En el único partido del viernes por la Premier League, Lisandro Martínez volvió a ser titular luego de casi 11 meses en Manchester United, tras ingresar en el segundo tiempo en los últimos cinco juegos de los Diablos Rojos. Ante Newcastle, en el Boxing Day que menos encuentros tuvo en la primera categoría inglesa desde la Segunda Guerra Mundial, el campeón del mundo en la selección argentina volvió a sentir la adrenalina de jugar desde el inicio, en un plantel que afronta numerosas bajas por lesiones y convocatorias a la Copa Africana. El entrerriano disputó 88 minutos en el triunfo por 1-0 en la fecha 18.
Luego de la rotura de ligamentos cruzados de la rodilla izquierda sufrida en febrero pasado ante Crystal Palace, el defensor regresó a las canchas contra el mismo rival diez meses después, para jugar los últimos nueve minutos, el 30 de noviembre. Cuatro días más tarde, sumó apenas tres minutos frente a West Ham. Pero fue creciendo su presencia en los duelos siguientes: 22 ante Wolverhampton y Bournemouth y 45 contra Aston Villa, el último domingo, en ese caso, llamativamente como mediocampista.
Cinco días más tarde y a casi 11 meses de su última participación desde el pitazo inicial, con la cinta de capitán -por la ausencia del lesionado portugués Bruno Fernandes- Licha volvió a la última línea, en un esquema atípico de cuatro defensores para los dirigidos por Ruben Amorim, y tomó el rol de líder del equipo. En la noche de Old Trafford, asomó al frente de la fila de jugadores al atravesar el túnel desde los vestuarios y dio tres saltitos seguidos con el pie derecho al tomar contacto con el campo de juego. Enseguida, un salto con las rodillas flexionadas y un repiqueteo, antes de llegar al saludo con los adversarios y al sorteo en la mitad de la cancha junto al cuerpo de árbitros.
Tras el dominio inicial del United, Newcastle estuvo cerca de abrir el marcador al cuarto de hora en un tiro de esquina que Lewis Miley peinó en el primer palo y que tapó, a puro reflejo, el arquero Senne Lammens sobre la línea del arco. Fue una señal de la propuesta de los visitantes: siguieron nuevos centros, que obligaron a Martínez y compañía a despejar una y otra veces. Las Urracas iban por los laterales y buscaban alguna cabeza.
Por esa vía, como queriendo pagar con la misma moneda, de un saque lateral lanzado al área llegó el tanto de Patrick Dorgu, que tomó un despeje y con un zurdazo de aire clavó la pelota junto a un palo. Un golazo, con algo de suspenso porque el VAR verificó la posición de Matheus Cunha ante la trayectoria del balón.
Para defender la ventaja, los Diablos Rojos mostraron más garra que orden. Cada ataque bloqueado era motivo de festejo. Sobre el cierre de la primera etapa, por ejemplo, Martínez recorrió unos 15 metros para celebrar con un golpe de manos abiertas y unas palabras elogiosas casi al oído con Luke Shaw tras el cierre justo de su compañero, después de que Newcastle generara una situación de peligro por la derecha. La actitud de Lisandro estaba en el sentido de la señal de liderazgo que espera Amorim del zaguero.
Sólido en los quites y llevando la voz cantante de la defensa, el Carnicero tuvo más trabajo en el segundo tiempo, cuando el equipo adoptó un rol más especulativo, replegado para el contragolpe, con una línea de cinco defensores. En ese contexto, casi en continuado, el travesaño negó un gol en cada arco: primero, al esloveno Benjamin Sesko, en una jugada fortuita en la que el juez de línea había marcado una posición adelantada que no existía, y luego, a Lewis Hall, que intentó de media distancia tras un par de amagos.
A los 20, Lisandro quedó en medio de la acción polémica del partido, cuando un disparo del suizo Fabian Schar, en un córner pasado, dio en el pecho y, de rebote, en un brazo del defensor antes de que él despejara. El VAR estuvo más de un minuto revisando la jugada, mientras ‘Licha’ perseguía al árbitro y le mostraba la marca del pelotazo que le había quedado marcada en el pectoral menor.
Más tarde, el argentino convirtió en una acción de peligro un tiro libre desde la media cancha. Ante un rival adelantado, puso la pelota en el pecho a Diogo Dalot, por detrás de los defensores, pero el portugués definió por encima del travesaño ante la salida del arquero Aaron Ramsdale.
Manchester United no aprovechó dos oportunidades claras para definir el partido y terminó sufriendo, ya sin Lisandro en la cancha, porque a falta de dos minutos (y los siete adicionados) el DT prefirió más estatura para protegerse de los centros recurrentes y lo reemplazó. El argentino celebró con un puño apretado y una sonrisa detrás del banco de suplentes, a la par del desahogo que bajó desde casi todas las tribunas del estadio: por el éxito y por haber terminado con el arco imbatido luego de 10 partidos sin lograrlo.

