Cuando a fines de enero firmó con Boca, Agustín Marchesin sintió que había cumplido el sueño de toda su vida. Y repite esa palabra al menos seis veces durante una charla con LA NACION. Así es, nomás: desde pequeño quería defender el arco xeneize. Y está haciéndolo realidad.
Pero así como tuvo un comienzo muy auspicioso, con grandes atajadas, luego atravesó etapas críticas en las que pareció verse superado por un contexto adverso en lo deportivo. Aquella eliminación frente a Alianza Lima, en la que su salida antes de los penales para que ingresara Leandro Brey generó un runrún que sacudió su confianza, y la derrota ante River en el Monumental derivaron en cuestionamientos.
Pero a este hombre nacido hace 37 años en San Cayetano, una localidad bonaerense de poco más de 7000 habitantes, si algo le sobra es templanza. En las últimas semanas el equipo se clasificó para disputar la Copa Libertadores en 2026 y Marchesin atajó un penal contra Talleres en los playoffs del torneo Clausura importante para clasificarse para los cuartos de final. Mientras su fanatismo por Boca puede derivar en declaraciones innecesarias, él confía en sus condiciones. Las que lo llevaron a construir una sólida carrera en la primera división que ya lleva 17 años.
De esa montaña rusa que fue su 2025, y el de Boca, y de mucho más, Marchesin charló con LA NACION, en un mediodía en que el sol no dio tregua en el predio de Ezeiza.
–¿Cuál es el balance que haces de tu año y el de Boca?
–Creo que es muy bueno, más allá de lo de Alianza Lima. Tengo la obligación y la suerte de estar en Boca, algo que para mí es un sueño muy grande. Tengo la obligación de rendir siempre, y después, la ilusión de lograr un objetivo para todos nosotros, que es el campeonato. Ojalá se dé este año.
–¿Cómo está Boca?
–El equipo está muy bien, con mucha ilusión, trabajando día a día para seguir creciendo, para seguir mejorando. Ojalá lo hagamos de la mejor manera.
–¿Y cómo estás vos?
–Estoy contento. Cuando el jugador tiene confianza, eso se nota. Había empezado bien, pero después de la lesión me costó volver a tomar ritmo. Ahora estoy bien, me siento bien. Hay energía positiva. Estamos en un momento lindo del equipo.
–¿Estás conforme con tu primer año en Boca?
–Puede ser. La verdad es que no lo pensé, pero yo disfruto día a día. Trabajo para mejorar, para seguir creciendo. No es mi primer año en el fútbol. Empecé en esto hace ya 17. Acepté las críticas, que en Argentina son más destructivas que constructivas, pero traté de asimilarlas y aprender de ellas. Y me enfoqué en mi sueño de estar en Boca. Obviamente, no siempre en el trabajo las cosas salen de la mejor manera, pero lo que sí depende de uno es venir cada día a tratar de mejorar, dar lo mejor para estar a la altura de lo que fue mi carrera y de la institución. Es un sueño muy grande estar acá, y un desafío muy grande también. Creo que es el más importante en mi carrera. Así que ojalá las cosas sigan saliendo como ahora.
–¿Qué pasó en aquel cambio sobre la hora ante Alianza Lima que hizo tanto ruido?
–Uno profesional y respeta y acepta las decisiones de un entrenador. Después, sobre lo que se dice no me compete a mí salir a hablar o aclarar rumores, o cosas que no fueron ciertas. Simplemente, acepté la decisión. Creo que contra Alianza Lima tuve dos rendimientos muy buenos. Después, no queda otra que trabajar en silencio.
–Antes del superclásico de abril [1-2], dijiste que tu partido más importante en el Monumental había sido aquel 1-0 de Lanús en 2011 que contribuyó al posterior descenso de River. ¿Creés que algunas declaraciones que hiciste te jugaron en contra?
–Tal vez hubo declaraciones que uno hizo como hincha que, si las cosas no salen de la mejor manera, pudieron perjudicar. Pero es lo que uno hace con el corazón, y trata de hacerlo siempre así. Mi carrera nunca ha sido de querer dar declaraciones para quedar bien. Siempre fui sincero, siempre fui frontal, y es lo que me caracteriza.
–¿El clic final para este buen momento fue dado por ganar el superclásico en la Bombonera el 9 de noviembre [2-0]?
–Para todo jugador ganar un clásico da confianza. La vez pasada le ocurrió a River, y ahora, a nosotros. En lo personal, es un sueño vestir esta camiseta, y más, ganando el superclásico. Lo viví así. Todos saben que soy hincha del club.
–¿Que te genera el apoyo de tus compañeros?
–Me hace bien, lógicamente. Estoy contento. He tenido la suerte de ser campeón en distintos clubes, así que trabajo día a día para lograrlo también con esta camiseta. Estoy viviendo el sueño de estar trabajando en el club del cual soy hincha desde chiquito. Y eso se vive de una manera especial, con mucha ilusión.
–Durante el superclásico en La Boca Exequiel Zeballos marcó el 1 a 0 y Leandro Paredes corrió a abrazarte. ¿Por qué a vos?
–Que cualquier compañero venga a abrazarme es muy lindo. Y más Leandro, con la carrera que tiene. Todos lo admiramos. Un jugador que que ha venido a dar mucha frescura. Es un gran compañero, ustedes lo ven en el día a día. En ese partido hubo una situación de juego en la que logramos que el rival se adelantara y generamos el espacio para llegar al gol. A lo mejor Leandro vio todo eso y por eso vino a abrazarme.
–¿Qué le sumó Paredes a este grupo?
–Es un crack. Todo lo que hemos hecho muy bien en este torneo es gracias a su llegada. Su jerarquía hace jugar mejor, obliga a que la salida sea más prolija también. La llegada de Lean le dio un plus fundamental al equipo. También [Edinson] Cavani, Ander [Herrera]. Son jugadores que tienen mucha experiencia y tratamos de apoyarnos en ellos. Tener un jugador que maneje la pelota parada como Leandro también da un plus. Es una ventaja que tenemos, porque además contamos con buenos cabeceadores.
–¿Cambió tu manera de jugar por Paredes?
–Por supuesto que sí. Un jugador como Leandro obliga a dar mucho más. Más allá de tener 37 años, uno aprende día a día, trata de crecer, de mejorar. Y la salida es algo que yo tenía que mejorar. Su llegada obliga a jugar mejor, exige porque él viene a buscar la pelota, pide todas. Y uno tiene que jugar un poco más con los pies.
–¿Qué te genera esta confianza que estás logrando con las vallas invictas?
–Cuando el delantero hace goles, eso le da confianza. Y en mi caso terminar con el arco en cero y tener buenas actuaciones me hace encarar el siguiente partido de la mejor manera. Quizás más suelto, más relajado. Pero estar en el arco de Boca es difícil. Lograr eso es consecuencia de la exigencia de dar lo mejor día a día, de estar bien. Terminar con el arco en cero es muy bueno. Y mucho más en este equipo, que tiene grandes jugadores.
–¿Quién atajó el penal el domingo? ¿Vos o la Bombonera?
–[ríe] En estos años fui mirando videos de lo que hacían los hinchas, y es una locura. Siempre digo que la gente de Boca es impresionante, no se compara con nada en el mundo, y tenemos la suerte de estar en este club. Hay que defender eso a muerte. Esta oportunidad que se nos está dando es inigualable. No todos la tienen en su carrera y ojalá sigamos disfrutándola mucho tiempo. Sobre el penal del domingo, siempre se estudia a cada rival y la carrera que toma el jugador. Por suerte, salió bien.
–Quedan apenas tres partidos para ser campeones. ¿Cómo manejan la ansiedad?
–Estamos trabajando día a día para darle una alegría a la gente, que tanto la merece. Para darles una alegría al el cuerpo técnico, a los dirigentes, a los compañeros mismos. Detrás de este equipo hay un grupo espectacular de trabajo, así que ojalá sigamos por esta senda de victoria y lograr lo que tanto ansiamos.
–¿Dónde tenés el buzo de Fernando Navarro Montoya que usabas en la infancia?
–[sonríe] ¡Bien guardadito! Tengo una gran admiración por él, un gran respeto. Es un placer muy grande cada vez que lo escucho decir cosas buenas sobre mí. Me llena orgullo porque es alguien que admiro mucho, y sin dudas, un referente.
–Este viernes se cumplirán 25 años de Boca campeón intercontinent. ¿Dónde viste el partido contra Real Madrid?
–[carcajada] Seguramente estaba volviendo del boliche a mi casa con mis amigos.


