Con una historia deportiva forjada en las arenas del desierto y un vínculo personal que conmovió al mundo automotor, Nicolás Cavigliasso y Valentina Pertegarini alcanzaron la gloria en lo suyo: se coronaron campeones del Mundial de Rally-Raid (W2RC) en la clase challenger, de vehículos livianos. El matrimonio cordobés selló su consagración este viernes en Marruecos, escenario de la quinta y última fecha del calendario, tras conquistar en enero la competencia más exigente del planeta: el Rally Dakar.
La pareja argentina cambio al equipo de Vertical Motorsport en este año, quienes apostaron en ellos luego de que dejaran BBR, con los que ganaron el Dakar, por los costos. Concluyeron el Rallye du Maroc en el segundo puesto, resultado que le bastó para coronarse en una clase dominada desde el inicio de la temporada. La clasificación anual asigna a Cavigliasso, el piloto, 176 puntos, por delante del español Pau Navarro, que suma 148, y de la saudí Dania Akeel, que acumula 140. Pertegarini, por su parte, había alcanzado matemáticamente el título de campeona de navegantes una fecha antes, en Portugal.
El año había comenzado con el hito del histórico triunfo en el Dakar 2025, en Arabia Saudita, donde ambos argentinos dominaron las doce etapas a bordo del Taurus T3 Max. La competencia, célebre por su rudeza y su longitud, fue el escenario perfecto para la consolidación de un proyecto que llevaba años.
“Es imposible tener una competencia limpia, sin ningún problema”, comentó en su momento Cavigliasso, en pleno Dakar. Más que una observación, la frase expuso la necesidad de temple para atravesar la temporada toda. Las carreras posteriores al triunfo en tierra saudí produjeron desafíos diversos. En Emiratos Árabes, durante el Abu Dhabi Desert Challenge, marido y mujer afrontaron un vuelco y problemas mecánicos que los relegaron al séptimo puesto. Sudáfrica, en cambio, los vio recuperar terreno con un sólido segundo lugar, y en los caminos de Portugal aseguraron puntos importantes para el título, con un segundo lugar.
El Rally de Marruecos, última carrera del calendario, fue estratégico. El objetivo era llegar delante de Pau Navarro. De no ser posible, servía que el español no sumara la diferencia suficiente para arrebatarles el campeonato. Con un desempeño sólido, Cavigliasso y Pertegarini finalizaron inmediatamente detrás de su principal rival y conservaron una distancia de 28 unidades en la tabla.
La emoción en Marruecos se volvió incontenible. Luego de que los cordobeses cruzaran la meta y confirmaran el cetro, sus palabras brotaron con intensidad tras una temporada extenuante. Cavigliasso, conmovido, expresó: “Realmente estamos muy felices. Nos entrenamos muchísimo para estar acá. Fue un año larguísimo, movimos cielo y tierra para hacerlo completo, y lograr el campeonato nos pone muy, muy felices. Conseguirlo este año los dos juntos es una locura”.
Por su parte, Pertegarini, dueña de la corona de copilotos desde la fecha anterior, vivió la última con una tensión distinta. “Trato todos los días de hacer lo mejor que puedo, de mejorar, de aprender, y de ser cada día mejor navegando. Y llegar a esta instancia con Nico siendo campeón me pone muy feliz. Venía tranquila a esta carrera, pero hoy estaba más nerviosa que nunca por que Nico tuviera su título”, manifestó.
El campeonato cierra un año perfecto para ambos, con la victoria en el Dakar y el trofeo mundial como cúspide de un proyecto que demandó sacrificios personales, planificación y esfuerzo incesante. Consultado sobre la posibilidad de repetir semejante hazaña, Cavigliasso enunció: “Ojalá. Uno se entrena para eso, quiere ser competitivo, quiere ganar todo lo que se propone, pero estamos lejos en la Argentina, se nos hace muy cuesta arriba lograrlo. Hacer todo el año, ganar el Dakar, ser campeones del mundo no se consigue todos los días. Así que hay que festejar, porque realmente lo merecemos. Nos entrenamos muchísimo, dejamos muchas cosas de lado para lograrlo, y es increíble”.
El cierre en Marruecos implicó asumir riesgos para el futuro inmediato: el Dakar 2026. “Se mezclaban las emociones, entre cuidar el auto y salir a ganar. Hoy salimos a todo, pero siempre con atención a cada peligro, para mermar el ritmo cuando hacía falta y poder terminar. Creo que hicimos una carrera excelente”, evaluó Pertegarini.

La historia de esta pareja trasciende el rally-raid. Oriundos de General Cabrera, Córdoba, Nicolás y Valentina se conocieron en la escuela primaria y, tras años de caminos divergentes, se reencontraron en la adultez. En 2019, durante la coronación de Cavigliasso como ganador del Dakar en cuatriciclos, él le propuso casamiento en plena transmisión televisiva, frente al mar peruano. Desde entonces, forman un equipo irrompible dentro y fuera del habitáculo.
Ambos tienen también destacadas trayectorias en la actividad ganadera. Su trabajo en la genética bovina, con ejemplares como los toros Luisito y Mbappé, les valió premios en las principales exposiciones rurales del país. En paralelo diseñaron una carrera internacional con pasos firmes, primero en el campeonato argentino y luego en el exterior, hasta llegar al nivel más alto del rally-raid.
El Taurus T3 Max, desarrollado por MCE-5 y Wevers Sports, fue la herramienta perfecta para un proyecto ambicioso. Con motor de 1000 centímetros cúbicos derivado de Volkswagen, caja secuencial y un diseño específico para competición, el vehículo les permitió destacarse frente a prototipos automáticos de otras escuderías. Su mantenimiento accesible y su bajo centro de gravedad completaron un combo ideal que Vertical Motorsport supo aprovechar.
Con este campeonato, Cavigliasso logra su segundo mundial, tras el de cuatriciclos de 2019, y Pertegarini se conviertió en la primera argentina en consagrarse campeona mundial en el rally-raid de la Federación Internacional del Automóvil (FIA). El logro no solo enriquece el palmarés del deporte motor nacional, sino que también suma una página dorada en la historia de un matrimonio que combina amor, pasión y superación.