De haber podido elegir, seguramente Lionel Messi hubiese escogido un cierre de año como este: en su país, con la camiseta de la selección y frente a más de 50.000 fanáticos que lo harán sentir como en casa. Después de un 2024 con altibajos, nada mejor que el calor del hogar. Tras una temporada atípica, atravesada por las lesiones y la escasa cantidad de partidos disputados (la más baja desde sus inicios en Barcelona), el rosarino buscará concluir su calendario futbolístico con una victoria en la Bombonera ante Perú que deje atrás el tropezó en Paraguay y signifique, a título personal, un pequeño empujón para lo que viene.
Aunque ganó dos títulos (la Copa América y la Supporter’s Shield), el 2024 estuvo lejos de ser el deseado. Una inflamación en el aductor de la pierna izquierda no le permitió realizar la pretemporada con Inter de Miami y casi no pudo sumar minutos durante la gira de su equipo por Asia. Retornó a las canchas el 21 de febrero, jugó 12 partidos hasta el inicio de la Copa América y sufrió una nueva lesión en la final ante Colombia. Por ese inconveniente físico en el ligamento del tobillo derecho, se mantuvo dos meses apartado de las canchas, contando los días para volver, pero a la vez tomándose su tiempo para no empeorar el cuadro. Y si bien volvió de buena forma, no pudo plasmar en el césped esa diferencia de categoría que existe con el resto.
Padeció el partido en Maturín, brilló con tres goles -y dos asistencias- frente a Bolivia y casi no pesó en Asunción ante una Paraguay que propuso un juego físico y friccionado del que Leo no pudo escapar. La revancha será este martes ante Perú, en la Bombonera, donde Messi vivió dos de los momentos más emotivos de su carrera futbolística: compartió cancha con Diego Maradona en un partido de la fundación PUPI, allá por diciembre de 2005, y recibió una ovación desde los cuatro costados durante el triunfo 3-0 ante Venezuela, en 2021, previo a viajar al Mundial.
Salvo en sus primeros tres años en Barcelona, en los que computó menos de 40 partidos entre el conjunto español y la selección argentina (nueve en 2004, 37 en 2005 y 34 en 2006), Messi ha llegado a disputar hasta 76 encuentros (2014) por temporada, con una media de 57,3 compromisos. Sin embargo, ese promedio decayó notoriamente después de la consagración en Qatar, entre su despedida del Paris Saint Germain y su llegada a la MLS: 51 en 2022, 44 en 2023 y 35 en el año en curso. Incluso en 2020, con las restricciones propias de la pandemia, totalizó 11 partidos más que a lo largo del 2024, su registro más bajo de presencias en 18 años de trayectoria. Eso sí: su influencia en el juego no varió: 23 goles en 25 partidos con las Garzas.
La eliminación de Inter Miami en octavos de final de la MLS -tras liderar cómodamente la Zona A y caer 3-2 frente al Atlanta United- aceleró el final de temporada de un Messi acostumbrado a pelear todos los frentes. De haber avanzado a la final, su participación en la Major League Soccer hubiese concluido el sábado 7 de diciembre, 28 días después de la derrota con las Five Stripes.
“Hablamos de algunas semanas de parate, a lo mejor no es una diferencia que no significa tanto. A la selección no la afecta porque jugamos ahora (por los partidos ante Paraguay y Perú) y no volvemos a jugar hasta marzo. La sensación es que Inter podía haber llegado a las finales, pero en cuanto al tema del descanso no nos cambia absolutamente en nada”, relativizó la situación Lionel Scaloni. Argentina disputará este martes su último partido por eliminatorias en el año y retomará la actividad el 19 y 24 de marzo de 2025, primero en Montevideo y luego frente a Brasil.
En 2024, Messi suma diez partidos con la selección entre amistosos, Copa América y eliminatorias, con seis goles repartidos en tres juegos: dos a Guatemala, uno a Canadá y tres contra Bolivia. Y se perdió los duelos frente a El Salvador y Costa Rica por lesión y la doble fecha de septiembre ante Chile y Colombia.
A un año y medio del Mundial, Messi disputará uno de sus últimos partidos en la Argentina antes de ponerle fin a su etapa en la selección. Por lo pronto, el 10 tendrá casi 100 días de inactividad que utilizará para realizar una pretemporada completa, disputar algunos amistosos en Estados Unidos y enfocarse de lleno en un 2025 cargado de competencias, con una nueva temporada de la MLS, la Concachampions, el Mundial de Clubes y los seis partidos de eliminatorias que restan hasta el inicio de la Copa del Mundo, todavía lejana en el horizonte del ídolo. Pero antes, claro, será tiempo de parar la pelota, pasar las Fiestas en familia y tener el descanso físico y mental que tanto le hace falta.
A sus 37 años, Messi se propuso disfrutar cada encuentro hasta el momento de colgar los botines. El domingo, tras 24 horas libres, el astro encabezó la vuelta de la selección a los entrenamientos a 48 horas del partido con Perú, la selección sudamericana a la que menos goles le marcó en sus 190 partidos con la celeste y blanca. Apenas tres: uno en la Copa América 2007 y doblete en Lima en el inicio de las eliminatorias.
Con entradas agotadas desde el martes, la Bombonera será escenario de la última función de Messi en 2024. Un año particular y marcado por la incertidumbre.