Concluida su participación en el Mundial de Clubes, Inter Miami volvió este sábado a la liga norteamericana, la MLS, con una goleada por 4 a 1 sobre Montreal, con la presencia estelar de Lionel Messi, autor de dos golazos, marca registrada. Y lo mejor: fue ovacionado por los hinchas canadienses. Lo de Leo es universal.
El astro rosarino, de 38 años, no descansó un solo minuto en los cuatro duelos del Inter Miami en el Mundial de Clubes, incluida la derrota en los octavos de final ante el Paris Saint-Germain por 4-0, jugada el pasado domingo. Volvió, jugó y brilló.
El crack tuvo un error insólito en el arranque del desarrollo: dio una asistencia… que derivó en el gol de su rival. Más tarde, empezó su show. Marcó dos golazos (marca registrada), se divirtió y hasta recibió una cálida ovación de los hinchas canadienses, el mejor premio.
Ahora, Inter Miami mejora en la tabla de la Conferencia Este. Suma 32 puntos en 17 jornadas disputadas. Montreal, en cambio, sigue último (14 puntos en 21 encuentros).
El partido empezó con un error insólito del genio. Recibió un pase de Lucho Suárez, dominó el balón, se retrasó unos metros y buscó asociarse con los zagueros, para iniciar la jugada de nuevo. Sin embargo, el pase se convirtió en una asistencia… para Prince, que definió ante Oscar Ustari.
Contra cualquier tipo de pronóstico, porque el equipo local está último, Inter Miami prácticamente empezó perdiendo el partido. Y con un insólito error de Messi.
De a poco, el genio intentó dejar atrás esa falla, pero le costó demasiado. Buscó asociarse con Lucho Suárez, con Jordi Alba, pero no pudo. Justamente el español, en un solitario, lanzó un remate potente, que chocó con un palo. Era un partido abierto, con Montreal motivado y con Inter Miami dispuesto a todo.
De a poco, Leo fue encontrando espacios y, sobre todo, se reencontró con sus mejores sensaciones. Pelota dominada, cabeza levantada, su aspecto corporal ya era otro. Intentó liderar la reacción, con fugaces apariciones. Y algo más: Jonathan Sirois, el arquero de Montreal, era una muralla.
Hasta que Inter Miami llegó a la igualdad, justamente, con una asistencia de Leo. Lo convirtió Tadeo Allende, también argentino, tal vez el jugador con mejor rendimiento del equipo norteamericano.
Y en el final de la primera mitad, Messi, desatado y seguro, encontró un espacio y no falló. Tomó el balón, como tantas veces, desde la derecha hacia el centro y definió al segundo palo, luego de dejar en el camino a dos rivales. Al fin, ganaba Inter Miami.
Y el genio suma 11 goles durante esta temporada en el conjunto rosa. A los 38 años, el mejor de todos los tiempos demuestra que se mantiene vigente, aunque en un torneo impropio para su clase y frente a uno de los peores rivales de la MLS.
El tramo final fue eléctrico, porque Montreal se adelantó varios metros, convencido de que podía igualar las acciones, mientras que Inter Miami, con espacios y a campo abierto, disponía de la magia del crack.
Y de las situaciones desperdiciadas por Lucho Suárez (y Montreal), Inter Miami pasó a ganar con una joya de Segovia, desde unos 25 metros, directo al ángulo. Telasco tiene 22 años, es venezolano y una fuerza de voluntad arrolladora.
Con el partido acabado, apareció Messi otra vez. Y definió con clase, con zurda, alcanzó los 12 gritos, luego de superar a cuatro adversarios, que se chocaron entre sí. Una auténtica locura.
Durante el final del desarrollo, Javier Mascherano, el técnico de Inter Miami, le preguntó a Messi cómo estaba su físico, si prefería dar un paso al costado. El trajín, el desgaste, no suelen hacerle mella. Siguió brillando, hasta con otro gol, no cobrado por posición adelantada.
Volvió Messi a la MLS. Y después de un error, el show de siempre.