Club Newman cumple 50 años de existencia y a fines de año se hace el mejor regalo: ser campeón del Top 12, el certamen superior de la Unión de Rugby de Buenos Aires, que protagonizó por 27ª vez. Algo que esperó durante décadas de participación y seis derrotas seguidas por un punto en semifinales, que fue esquivo en la definición de 2018, y que parecía factible en varias campañas muy buenas en la etapa regular de la temporada. Un corto pero merecido 15 a 3 sobre San Isidro Club en la cancha de CASI lo hizo acreedor a un trofeo que mereció por propuesta de juego, por ejecución y por mentalidad.
En un partido cerrado, difícil porque SIC es un especialista en defensa, Newman hizo diferencia como consencuencia de un juego más generoso. Salvo en ciertos pasajes, el Cardenal abrió la pelota, jugó con las manos y procuró llegar al in-goal ajeno, con más intenciones que aproximaciones efectivas. Pero la búsqueda terminó en hallazgo: al cierre del primer tiempo consiguió un try vía Marcelo Brandi y a mediados del segundo llegó otro mediante Bautista Bosch. Conquistas de forwards en un equipo tradicionalmente caracterizado por el brillo de sus backs, algo que habla del crecimiento para volverse un conjunto integral, completo.
SIC, por su parte, siguió un libreto conservador (patadas afuera, patadas largas para presionar, juego corto), el que muchísimas veces le dio resultados. Pero esta vez no lo dejó a tiempo en plena necesidad: recién en los últimos minutos, estando 12 puntos abajo, intentó ganar inercia. Era tarde. Queda por develar si el enorme esfuerzo físico necesario para ganar el superclásico siete días antes consumió energías no del todo recuperadas en la semana.
Como haya sido, el rugby de Buenos Aires tiene un nuevo campeón –en el sentido más absoluto del adjetivo– y corona al que lo mereció muchas veces y lo consiguió justo al cumplir medio siglo.


