Tres horas y cuarto por un lado, y 48 horas por el otro. Las primeras fueron el tiempo de duración de la audiencia que tuvo lugar en la sede que Conmebol posee en Luque, Paraguay, en la que participaron dirigentes y abogados de Independiente y Universidad de Chile para explicar de manera presencial lo que, de acuerdo con sus criterios, sucedió el miércoles 20 de agosto en el estadio Libertadores de América-Ricardo Enrique Bochini. El equivalente a un par de días es, en cambio, el plazo que en principio habrá que esperar para conocer las medidas que correspondan a ambos clubes por los gravísimos incidentes ocurridos aquella noche de Copa Sudamericana y cómo se definirá su llave de octavos de final. La serie comenzó el 13 de agosto y nadie puede aventurar el desenlace que idearon sus guionistas.
El ente rector del fútbol subcontinental solicitó extrema confidencialidad sobre lo dicho en la sala donde se realizó el encuentro, pero se cree en principio que no añadió mucho a los descargos que los dos clubes habían remitido por escrito. “Todo el mundo sabe lo que viene diciendo cada una de las partes y no hubo nada nuevo. Nosotros pudimos reiterar nuestra verdad y los abogados estuvieron muy bien”, señaló Néstor Grindetti, el presidente de Independiente. “Estamos tranquilos. Expusimos nuestros argumentos de forma clara y concisa. Yo me voy contento”, dijo a su vez Michael Clark, titular de Azul Azul, la empresa gerenciadora de Universidad de Chile.
El “tercer tiempo” del frustrado partido que se estaba jugando en Avellaneda y fue cancelado a los 2 minutos de la segunda mitad tuvo sentado en un rincón este martes a Grindetti, el vicepresidente Carlos Montaña, el secretario general Daniel Seoane y los abogados Maximiliano Walker y Ariel Reck, y en el otro, a Clark y los representantes legales José Ramón Correa y Gerardo Acosta. Como moderadores oficiaron el paraguayo Eduardo Gross Brown, la venezolana Amarilis Belisario y el brasileño Lucas Ribeiro. “Fue una reunión ejemplar”, subrayó el titular de Independiente, como para desechar toda suposición de un desencuentro con sus pares chilenos. Cabe recordar que, luego de los incidentes, Grindetti había calificado de “cómplice y vergonzoso” el accionar del club trasandino “y de sus dirigentes”. Correa le había respondido que “sólo en su mente puede haber algo tan delirante”. En esta ocasión primó la cortesía.
Una vez cumplido el trámite, los integrantes de la Unidad Disciplinaria tienen previsto volver a juntarse en la mañana del miércoles, y emitir sentencia en principio el jueves, aunque Grindetti matizó que “no hay una fecha prevista para dar a conocer el fallo”. Tanto en Avellaneda como en Santiago se da por seguro que habrá duras sanciones disciplinarias para las dos instituciones, pero el gran interrogante es qué pasará con el resultado de la serie, un punto en que el desacuerdo es absoluto.
“La postura de Independiente es que corresponde que nos den los puntos y pasemos de ronda”, subrayó el mandamás del Rojo en Paraguay, aunque aclaró: “Subsidiariamente, damos la opción de continuar el partido porque está contemplado en las normativas de Conmebol”. Desde el otro lado de la cordillera disienten cien por ciento. El principal argumento que fundamenta la posición de la U es que en todos sus fallos Conmebol hace pagar las consecuencias al club organizador, y de hecho, varias entidades chilenas han recibido sanciones por desmanes cuando actuaron como locales (Colo Colo fue la última, este año).
No solamente los representantes de U de Chile piensan de ese modo. En su edición del lunes, el diario deportivo peruano Líbero no dejó espacio a dudas: “U ante Alianza” fue el título principal de la tapa. El conjunto limeño al que dirige Néstor Gorosito espera al ganador de esta llave en la ronda de cuartos de final.
Sin embargo, no todo está tan claro. La eliminación por decreto de uno de los dos clubes, y las de ambos, son absolutamente posibles, pero desde su asunción, acontecida en 2016, Alejandro Domínguez, el titular de Conmebol, apoya el principio de que “a los partidos hay que ganarlos en la cancha”. La final de la Copa Libertadores 2018 entre River y Boca que se decidió en Madrid es el mejor ejemplo al respecto.
Lo sucedido en Avellaneda fue muy distinto a lo que obligó a postergar la revancha en el Monumental en aquella ocasión (una agresión al micro de Boca cuando estaba por llegar al estadio), pero si la postura se mantiene cabe esperar un desenlace semejante. Una fuente presente en la audiencia afirmó que al inicio de la sesión “el tribunal se veía con ganas de sancionar, pero después pareció que fue aflojando”.
La eventual continuidad del partido exigiría un ajuste de fechas. Los cruces con Alianza Lima están programados para los jueves 18 y 25 de este mes, y la segunda jornada de la próxima ventana FIFA concluirá el martes 9. Esto abriría la posibilidad de jugar los 43 minutos restantes el jueves 11, y en ese caso Independiente debería posponer su encuentro con Banfield por el torneo Clausura, previsto para el sábado 13, y Universidad, la final de la Supercopa chilena, por la que debe enfrentarse con Colo Colo el domingo 14. Otra posibilidad, más sencilla, sería postergar una semana la serie contra Alianza, aprovechando que los encuentros de ida de las semifinales de la Sudamericana tendrán lugar recién el 21 de octubre.
Mientras las especulaciones sobrevolaban Luque, en Argentina la Agencia de Prevención de la Violencia en el Deporte (Aprevide) decidió prohibir en la provincia de Buenos Aires el ingreso de público visitante para los partidos que allí juegue Universidad de Chile hasta el 31 de diciembre de 2027, y la concurrencia a espectáculos deportivos a 41 individuos (identificados con nombre, apellido, número de DNI y, en algunos casos, domicilios) como integrantes de la barra brava de Independiente, que agredió de manera salvaje a los hinchas chilenos en la tribuna Pavoni alta.
Independiente y la U chilena siguen jugando un larguísimo octavo de final. Quizás Conmebol decrete dentro de 48 horas que se acabará; tal vez decida que todavía queden 43 minutos para conocer la definición. La serie de suspenso que se estrenó el 13 de agosto vivió un episodio más. Continuará…