El sábado pasado, a seis minutos de concluir el clásico CASI vs. SIC por la segunda semifinal del Top 12 de la Unión de Rugby de Buenos Aires (URBA), Bautista Viero, segunda línea de San Isidro Club, sufrió una grave lesión a causa de un derrumbe en un scrum. El forward de 23 años, uno de los mejores en su puesto en la temporada, dejó la cancha en camilla y fue trasladado en ambulancia a un centro médico para exponerse a estudios. Apenas se produjo la acción y Viero quedó tendido en el piso, surgió la preocupación: todos los golpes sufridos como consecuencia del desmoronamiento de esa formación fija causan inmediata inquietud.
Tiempo después del partido, concretado el triunfo del SIC por 13-9, surgió más en privado (cara a cara o mensajería instantánea en los teléfonos) que en público la primera noticia acerca de su estado de salud: “Lesión en una vértebra, sin daño en la médula”, indicaba el corrillo. Viero fue derivado al Hospital Universitario Austral y quedó en manos de los doctores Juan Pablo Guyot y Enrique Miguens, cirujanos de columna de la institución de Pilar, y su equipo. El doctor Guyot, que mantiene un vínculo con URBA a través de la Subcomisión Médica, contó para LA NACION el cuadro de situación.
Amable, y cuidadosamente, para no vulnerar la intimidad del segunda línea del SIC, el cirujano confirmó la versión inicial: “Bautista tuvo una luxación en la columna cervical, entre la quinta vértebra y la sexta. Una lesión muy grave, pero afortunadamente, sin ningún daño que afecte la médula espinal“. El delicado diagnóstico sensibiliza de manera especial al mundo del rugby, por los antecedentes que registra en esta materia.
“El domingo se le realizó una operación para reducir la luxación, y la toleró perfectamente. Bautista está dolorido y es esperable eso en estos primeros días postoperatorios. También es lógico que continúe internado, pero en relación con la evolución del dolor se puede planificar su egreso hospitalario para que continúe la rehabilitación en su casa. Nosotros apuntamos a que no permanezca internado mucho tiempo. Por ahora, todos los estudios y los controles vienen dando muy bien”, afirmó Guyot con prudencia.
Viero sabe todo lo que pasó; nunca perdió el conocimiento. “Bautista siempre estuvo consciente. Incluso en el momento de la lesión estaba lúcido. Se acuerda de todo. Vio los videos de la acción en la que se golpeó e incluso está en condiciones de ver la final del sábado, entre SIC y Newman. Veremos cómo se da la evolución. Indudablemente, este ha sido un llamado de atención”, concluyó el médico.
La formación del incidente fue repetida en tres ocasiones y demoró unos cuatro minutos. En el cuarto intento, la pelota finalmente salió del scrum y estuvo disponible. El CASI la jugó, como en la segunda ocasión, y esta vez el referí, Pablo Deluca (h.), dejó seguir el juego. Pero el scrum volvió a girar y mientras el balón pasaba del medio-scrum a la línea, Viero cayó y quedó tendido. El partido fue interrumpido unos segundos después, cuando Deluca advirtió que había un hombre acostado.
Ingresaron los asistentes y Viero fue asistido. Quedó inmovilizado, lo cargaron sobre la camilla, lo retiraron bajo una lluvia de aplausos y en su lugar ingresó Manuel Curuchaga. El partido mantenía el interés de la multitud porque no estaba resuelto. Se ignoraba la situación médica de Bautista. Y mientras tanto, en la ambulancia que partía rauda, había otro foco de atención e incertidumbre.
Que todavía permanece. No se sabe sobre el futuro deportivo del promisorio segunda línea de San Isidro Club.

