Las consecuencias de atravesar la peor racha de partidos sin triunfos y el peor año de la era Riquelme sacude los cimientos de Boca y de su estructura: este miércoles se disolvió el Consejo de Fútbol, que integraban Raúl Cascini, Mauricio Serna y Marcelo Delgado. Así se lo confirmó a LA NACION alguien que trabaja diariamente en el complejo que el club tiene en Ezeiza.
Según pudo reconstruir este diario, Cascini y Serna presentaron la renuncia después de la derrota frente a Huracán, aunque la noticia de su desvinculación se hizo pública hoy. Delgado, en tanto, quedará como nexo entre el cuerpo técnico y el presidente.
De fondo, desde el club dejan trascender la idea de que Riquelme analiza elegir un manager, el cargo que ostentó Nicolás Burdisso hasta diciembre de 2019, cuando la fórmula Ameal-Riquelme ganó las elecciones y cambió la configuración con la creación del Consejo de Fútbol y el despido del exdefensor. Aunque existe la posibilidad de que la estructura podría seguir funcionando como hasta ahora, con menos cantidad de integrantes y otro nombre.
La noticia tiene un fuerte impacto. Ocurre que el Consejo de Fútbol era una de las banderas que más defendió Riquelme desde que asumió como máxima autoridad del Departamento de Fútbol de la institución, y parecía que ese bloque era inquebrantable. No por la eficiencia de su trabajo sino por los lazos de amistad que los une. De hecho, los roles de todos los integrantes del Consejo eran testimoniales, ya que todo lo decide Román.
“Es algo que sabíamos que iba a pasar desde hace tiempo. El asunto era cuándo”, le confió a este diario alguien que integra la mesa chica de la dirigencia.
Poco después del mediodía, el club publicó en sus redes sociales un comunicado anunciando las novedades: “El Club Atlético Boca Juniors informa que Mauricio Serna y Raúl Cascini dejan sus cargos en el Consejo de Fútbol y ya no forman parte de la institución. Les agradecemos a ambos el compromiso y el trabajo sostenido de estos años. Durante su gestión, el Club alcanzó importantes logros deportivos e institucionales, período en el cual obtuvo seis títulos oficiales, además de ser el último club argentino en disputar la final de la Copa Libertadores. Valoramos también su intervención en el desarrollo y proyección de numerosos jugadores de las divisiones juveniles, muchos de los cuales fueron promovidos al equipo de primera división. Les deseamos a Mauricio y a Raúl el mayor de los éxitos en sus futuros proyectos personales y profesionales».
Según pudo saberse, Cascini y Serna le presentaron su renuncia a Riquelme pocas horas después de la derrota de Boca ante Huracán, que sentenció la peor racha sin triunfos en los 120 años de historia xeneize: 11 partidos sin lograr un triunfo, desde el que consiguió ante Estudiantes por 2-0, el 19 de abril, por el torneo Apertura. Desde entonces, se alternaron cinco derrotas y seis empates. Pero lo más fuerte fue que pasaron tres técnicos (Fernando Gago, Mariano y Herrón y ahora Miguel Russo) y tres eliminaciones (del Apertura, del Mundial de Clubes en primera rueda y de la Copa Argentina).
De acuerdo a lo poco que dejó trascender el club se abren dos etapas. La primera (y más inmediata) es que Delgado será de ahora en adelante el único nexo entre Riquelme y Russo. Eso será así hasta que el presidente de la institución defina si incorporar a otra persona y mantener esta estructura o contratar un manager. Llegada esa instancia, es muy posible que el Chelo (a quien Román considera “su hermano de la vida”) forme parte de esa estructura.
Ahora bien, si se concreta la segunda opción, lo siguiente será determinar qué margen de maniobra podría tener el manager. ¿Trabajará sobre el armado del plantel, sus salidas y refuerzos, en consonancia con Riquelme, e incluso disintiendo a veces con él? Eso es lo que el presidente cortó de raíz cuando decidió cortar el contrato que tenía Burdisso, que ejerció ese rol durante el último año de la gestión de Angelici y su vínculo laboral finalizaba en diciembre de 2020. Volver a ese modelo podría ser la consecuencia de un cambio profundo de las ideas de Riquelme, que hasta aquí concentró todas las decisiones sobre entrenadores y futbolistas que llegaron y se fueron del club en estos años.
Cascini formó parte del Consejo desde el primer día que asumió esta dirigencia, a fines de diciembre de 2019, junto a Delgado y Jorge Bermúdez. Había comenzado su trabajo con un perfil alto y adoptando un rol de vocero de la institución. Pero un episodio muy negativo obligó a Riquelme a que le bajara el protagonismo.
En julio de 2021, luego de la eliminación por penales de Boca ante Atlético Mineiro, por los octavos de final de la Copa Libertadores, el exmediocampista (que era el responsable de la delegación) no toleró una provocación del presidente del conjunto brasileño en la zona mixta del Mineirao y reaccionó de muy mala manera.
Eso derivó en que el plantel saliera del vestuario a defenderlo, en lo que terminó siendo una batalla campal entre los jugadores xeneizes y la policía. las consecuencias fueron durísimas: seis futbolistas recibieron fuertes sanciones deportivas y multas económicas, y Boca debió jugar dos partidos con juveniles por romper la burbuja sanitaria del COVID.
Desde entonces, el único rol evidente de Cascini fue posar en cada foto de renovación de algún contrato. Su última aparición se dio hace apenas unas semanas, cuando en la presentación de Leandro Paredes ingresó cn Serna al campo de juego a entregarle al volante dos camisetas xeneizes.
Por su parte, Serna se incorporó a esta estructura en febrero de 2021. En principio iba a ser el nexo entre el Consejo y los entrenadores de las divisiones inferiores. Sin embargo, terminó adoptando un papel más protagónico y desde hace poco más de seis meses (desde que Riquelme eligió dejar de hablar con los medios) es el vocero del club.
Un video suyo terminó siendo convirtiéndose en meme, ya que cuando le preguntaron cuáles eran las funciones que debía realizar, el colombiano respondió entre risas: “Ni yo sé cuáles son mis funciones”.
A pocas horas de oficializarse su salida del Consejo de Fútbol, Mauricio Serna se refirió públicamente a la decisión que tomó junto con Raúl Cascini. “Presentamos la renuncia. Me ofrecieron continuar en otra área del club, pero decidí no aceptar porque considero que no sería conveniente”, explicó. En su breve declaración, reconoció errores y aciertos en la gestión: “Nos equivocamos muchas veces, otras acertamos. Pero no me guardé nada: di lo mejor que tenía para dar”.
En tiempos de una crisis futbolística, será cuestión de esperar si de aquí en adelante esta decisión de Riquelme impacta de manera positiva en el plantel y en el nivel de juego y, sobre todo, en el malestar de los hinchas, que ya expresaron su descontento en varias ocasiones.