Marcelo Gallardo diseña a River, desde la elección de los futbolistas y la propuesta de juego, para ser ofensivo y ganar. Ese es su norte, pero desde hace tiempo se desvía, se encamina hacia repetidos empates, que lo frustran, lo dejan insatisfecho. Este lunes por la noche reincidió en ese resultado, con el 1-1 que Lanús consiguió en los últimos segundos de los cinco minutos adicionados. Una igualdad, como las dos frente a Libertad que lo llevaron a la agonía de los penales para conseguir la clasificación a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
Se vuelve de la Fortaleza con el lamento de una victoria que se le escapó en los últimos segundos, aunque en los 95 minutos precedentes no había hecho tantos méritos como para ser un vencedor claro e indiscutido.