WASHINGTON.- Aquella arenga de Claudio Tapia en Ezeiza, una semana atrás, toma el cuerpo de una pelota aquí, a 8377 kilómetros de distancia entre los dos puntos. Si rodeado de dirigentes dijo, en una entrega de premios, que “las luchas se dan desde adentro, no desde afuera”, su presencia en este lugar de exposición mundial respeta esa lógica. Apuntado como nunca en los nueve años de mandato que lleva en la AFA, el presidente sigue en los últimos días una ruta geográfica y simbólicamente ascendente. Todavía con los escándalos arbitrales, los desfalcos reglamentarios y los ruidos judiciales que rodean a un financista cercano a él zumbando sus oídos, el dirigente fue primero a Lima, donde el viernes la Conmebol lo confirmó como su representante en la FIFA. Allí recibió los primeros abrazos contenedores fuera del país, luego de “semanas bravísimas”, como definió ante este enviado alguien de su entorno. Y ahora llegó aquí, donde la pelota todavía es más grande. Y él tiene un rol muy apetecible: es el presidente de la asociación campeona del mundo, nada menos.
Si hace unos días en la Argentina retumbó fuerte la carta de felicitaciones de Gianni Infantino, que valoró las “cualidades humanas” de Tapia tras ser confirmado por la Conmebol, es por un error de apreciación. “Lo raro no es que lo felicitara, la noticia hubiera sido que no lo hiciera”, razona con una lógica implacable un ejecutivo de la FIFA, parte de las centenas de empleados de la casa matriz del fútbol que pululan por Washington esta semana. Esa carta, filtrada por la propia AFA, es un formalismo, lo mismo que hubiera recibido un delegado de Surinam. Primera lección: no se debe leer con ojos argentinos lo que a la FIFA verdaderamente le importa. Por eso, el fantasma de una posible “intervención” pergeñada por Trump, Infantino y Milei para después del Mundial es más una lectura entusiasta (y afiebrada) de sus detractores que una posibilidad. “El tema no existe en Zúrich, ¿por qué la FIFA lo haría?”, concluye la fuente, que no se guarda la ironía: “¿Alguien puede imaginar a Trump preocupado por alguien a quien no conoce?”.


