Apenas 114 días después de ser presentado como refuerzo, Darío Benedetto dejó de ser futbolista de Newell’s Old Boys. El delantero rescindió su contrato tras no ser considerado por el nuevo entrenador, Lucas Bernardi, que decidió reordenar el plantel con miras al cierre del año. El paso del ex delantero de Boca por Rosario se suma a otros dos consecutivos sin goles por diversos clubes.
Con 35 años de edad, Benedetto había sido incorporado el 6 de julio con la expectativa de que aportara jerarquía y goles a un equipo al que por entonces dirigía Cristian Fabbiani. Sin embargo, protagonizó apenas nueve partidos, y un total de 409 minutos, y no logró marcar. Su rendimiento estuvo condicionado por una larga puesta a punto, que sin embargo no lo alejó de las molestias físicas, y por una seguidilla de bajos desempeños y un penal errado –pateó al medio– frente a Belgrano por el Torneo Clausura, que graficó su desconexión con el arco.
La decisión de apartarlo fue tomada por Bernardi, que asumió como director técnico interino el 22 de octubre tras el despido al “Ogro”. En sus primeros días de gestión, el ex volante campeón en la Lepra en el Clausura 2013 impulsó una serie de medidas para ajustar la plantilla con miras a las últimas tres fechas del Clausura, sosteniendo el objetivo de clasificarse para los octavos de final —matemáticamente aún posible, pero dependiente de otros resultados—. Además de resultar desvinculado a Benedetto, fueron bajados a la división reserva Alejo Tabares, Gaspar Iñíguez y Josué Colmán, también por determinación del nuevo entrenador.
Esta salida precoz deja expuesto el ocaso del ciclo profesional del goleador, que supo brillar en Boca, jugar en la selección argentina y llegar a Europa. Venía de transitar etapas sin convertir en dos clubes inmediatos anteriores: Querétaro, de México, donde afrontó ocho encuentros y 425 minutos, y Olimpia, de Paraguay, en el que jugó 12 partidos y 671 minutos, dirigido por su ídolo, Martín Palermo. Ahora, con este período estéril en Newell’s, acumula 29 compromisos y 1505 minutos sin anotar.
¿Su último gol oficial? Cuando todavía estaba en Boca, el 5 de febrero de 2024, en una victoria por 2-0 sobre Tigre como visitante, por la fecha 3 de la Copa de la Liga Profesional. Desde entonces pasaron 631 días, casi un año y tres cuartos, una prolongada sequía para un 9. Un contraste marcado respecto a sus años más productivos: Benedetto tuvo un primer ciclo fulgurante en el club azul y oro, entre 2016 y 2019, con 45 goles en 76 partidos, pese a la rotura de ligamentos que sufrió cuando se perfilaba para jugar el Mundial Rusia 2018.
El atacante había regresado al país con la ilusión de redimirse, tras dos pasos fallidos en el exterior y una salida en conflicto de Boca por diferencias con la directiva y con varios de los últimos entrenadores. Pero su presente dista mucho del que disfrutó en sus años más destacados. Su rendimiento actual y el cierre anticipado de su vínculo en Rosario, donde estaba vinculado hasta mediados del 2026, reflejan una distancia creciente entre aquel goleador implacable y el presente menguante de un futbolista que aún intenta reencontrarse con su mejor versión.
Para Newell’s, su paso termina siendo una apuesta fallida tanto en lo deportivo como en lo económico. Y para Benedetto, una frustración en su carrera a los 35 años. Mientras tanto, Bernardi afianza su perfil de conducción con decisiones firmes: pretende contar con un plantel acotado, competitivo y comprometido para alejarse de los puestos de descenso, tanto por promedios como por la tabla anual, y en lo posible, seguir adelante en el Clausura.

