Un pack poderoso y un 10 rubio, grandote y de buena patada son la piedra angular del rugby de Sudáfrica. Sacha Feinberg-Mngomezulu rompe con el molde del apertura sudafricano de la misma forma en que desarticuló la defensa de los Pumas. En Durban, la Argentina fue víctima de su audacia y padeció una actuación consagratoria del joven, que dejó el traje de promesa para confirmarse como el jugador que guiará a la próxima generación de Springboks.
El partido de la quinta fecha del Rugby Championship era vibrante y estaba para cualquiera cuando Feinberg-Mngomezulu metió un kick cruzado de 30 metros que cayó en las manos de Cheslin Kolbe, que venía corriendo al lado del touch a toda velocidad. De allí, sin escalas hacia el in-goal. Una patada quirúrgica, una pelota colocada como con una mano. El try, al inicio del segundo tiempo, empezó a marcar distancias para los Springboks, que sacaron ventaja de nueve tantos.
Fue la acción más lucida de las múltiples que desplegó el apertura de los Springboks en la goleada de 67-30 a los Pumas. El back de 23 años hizo lo que quiso. Manejó el partido con sus patadas tácticas, y también quebró la defensa argentina constantemente con su velocidad y su elusión. Una actuación magistral coronada con 37 puntos, récord para un jugador de la selección sudafricana que supera la marca que ostentaba desde 2007 el fullback campeón del mundo Percy Montgomery, que le había anotado 35 a Namibia en un 105-13.
Otra jugada saliente fue la del segundo try sudafricano, el primero de Feinberg-Mngomezulu. En la acción siguiente al try de Santiago Chocobares, vio un espacio en el fondo de la defensa contraria, pateó al vacío, corrió, retomó la pelota y apoyó. Como si fuera una asistencia a sí mismo. Terminó con tres tries, dos penales y ocho conversiones (10 sobre 11 en envíos a los palos).
Try de Feinberg-Mngomezulu contra los Pumas
Feinberg-Mngomezulu es la nueva joya del rugby sudafricano. Nacido hace 23 años en Ciudad del Cabo, debutó en los Stormers a los 19, jugó en la selección M20 y el año pasado dio el salto hacia los Springboks. Tuvo su estreno con la camiseta verde y oro en la ventana de julio ante Gales y saltó a la titularidad en el Rugby Championship. Sin embargo, no jugó ninguno de los dos partidos contra los Pumas. La oportunidad llegó un año más tarde y él la aprovechó al máximo.
Naas Botha, Henry Honniball, Butch James, Morné Steyn y Handré Pollard son algunos de los aperturas más salientes de la historia de Sudáfrica. Todos parecen haber sido cortados por un mismo molde. Rubios, grandotes y de patada potente y certera. Feinberg-Mngomezulu rompe ese molde, no tanto por ser de raza negra sino por la osadía y el desparpajo con que se desempeña. El juego con el pie, claro está, es parte central de su repertorio. Pero a ello el 10 agrega una dosis de intuición, velocidad, repentización y lectura de juego que lo predisponen a ser una de las próximas figuras del rugby mundial, Australia 2027.
Es nieto de Barry Feinberg, un activista anti-apartheid y y miembro del Congreso Nacional Africano (ANC) que debió exiliarse en Londres. Allí tuvo al padre de Sacha, Nick, por lo que el apertura podía optar por jugar en la selección de Inglaterra. Eso nunca estuvo en sus planes. Su madre, Makhosazana Mngomezulu, es de origen zulú y trabaja como abogada.
“Mi abuelo jugó un rol muy importante en mi formación. Estaba al lado de la cancha en cada partido que jugué”, dijo entre lágrimas tras su debut en Springboks, en julio del año pasado. “Le habría gustado estar aquí. Mi éxito es la razón por la que él luchó toda su vida. Estoy orgulloso”.
El entrenador de los Springboks, Rassie Erasmus, es uno de los grandes responsables del gran momento de Feinberg-Mngomezulu, ya que apostó por él a una edad temprana. Lo convocó por primera vez en 2022 y el joven estuvo en la preparación para el Mundial Francia 2023. Supo esperar su momento.
“Estuvo brillante hoy. Siempre decimos que no se puede poner a alguien ahí y esperar inmediatamente que sea de clase mundial. Eso no sucede de la noche a la mañana”, dijo el head coach bicampeón del mundo. “Ha crecido un poco contra Nueva Zelanda, y un poco contra Australia, y creo que tiene solo unos 11 caps, o algo así. Damian de Allende lo ayudó mucho, Damian Willemse jugó bien y Manie [Libbok] entró y también jugó bien, y hubo muchos chicos que jugaron bien. Pero nadie puede discutir que Sacha fue el mejor jugador del partido e hizo cosas increíbles en la cancha”.
Compacto de Sudáfrica 67 vs. Argentina 30
La imposición del poderío físico y la solvencia en las formaciones fijas son y seguirán siendo las bases del juego de los Springboks. Con Sacha Feinberg-Mngomezulu en la conducción, agregan otra dimensión. Los Pumas lo padecieron en Durban.