Ochenta minutos separan de la gloria a uno de ellos. Para San Isidro Club será la chance de seguir agigantando su historia; para Newman, la de conseguir su primer título de campeón a 50 años de su nacimiento. Cuando Tomás Bertazza dé el pitazo inicial, la Catedral del rugby vibrará en un choque de estilos, que se proyecta reñido hasta el final. “No nos pesa la responsabilidad de tener que ser campeones. Estamos disfrutando como club”, anticipa Jerónimo Ulloa, una de las figuras del Cardenal. “No es fácil mantenerse siempre arriba. Es un trabajo de todos los años”, comenta Mateo Albanese, también antes del duelo que se iniciará a las 17.10 de este sábado y será transmitido por ESPN 2 y Disney+.
Los festejos por las semifinales dejaron secuelas en el terreno de juego. En el sector aledaño a la tribuna de cemento donde se ubicaron el último fin de semana las hinchadas de Newman y SIC predomina la tierra por sobre el césped. En una tarde agradable, pero ventosa, Ulloa y Albanese se reúnan a dialogar para LA NACION. Ninguno se atreve a tocar el novedoso trofeo que se estrenará en 2025, pero intercambian risas. Los dos empezaron el año juntos en la pretemporada de Pampas para el Súper Rugby Américas. Conocen de memoria el escenario donde la franquicia de Buenos Aires actúa como local, pero ésta es otra historia: defienden a sus clubes y, desde sus roles, aportan un valor diferencial a sus equipos.
“El club estaba intentando mucho ganar una semifinal y jugar una nueva final. Cuando terminamos el partido éramos conscientes de que íbamos a jugar una final contra el SIC o el CASI, que son los dos clubes más grandes de Argentina. Queda disfrutar y aprovechar jugar una final contra un club así. De los últimos años, el SIC es el equipo más ganador. Es un lindo desafío”, admite Ulloa, una de las armas letales en el ataque de Newman, club que protagonizará su segunda defininición, luego de la de 2008.
El Bordó quebró una serie de ocho eliminaciones en semifinales, las últimas seis, por un punto. Rompió la pared, como exteriorizó Gonzalo Gutiérrez Taboada tras el pitazo final. Con un segundo tiempo apabullante, se debía una actuación de esa magnitud en esa instancia. “Antes del partido hablaba con Bauti Daireaux y Santi Marolda de que el deseo era ir ganando por varios puntos en los últimos minutos y estar tranquilos. Sabíamos que, si trabajamos los 80 minutos, podía darse, pero no esperábamos ese resultado”, destaca el wing, que anotó uno de los seis tries contra Belgrano en el 41-24 del viernes pasado.
Fuerte de piernas y elusivo, Ulloa parece enjabonado cuando cambia de ritmo y encara rivales. Un back de esos diseñados para romper defensas estructuradas. Desde su debut, sucedido en el 2021, protagonizó 43 partidos en la primera división de su club, con una notable cifra de 33 tries. De alguna manera, fue el recambio generacional para Agustín Gosio, uno histórico de Newman, que se retiró en el 2024. El Canario ahora vive esto como un hincha más. Como uno de los tantos que transitan estas semanas con euforia y sueñan que este 1 de noviembre sea el día. “Se habla de disfrutar este momento y estar juntos. Este año cumplimos 50 y eso es muy importante para el club. Estamos haciendo un tremendo trabajo y obviamente sería increíble coronarlo con el título de la primera. Sinceramente, no nos pesa la responsabilidad de tener que ser campeones. Estamos disfrutando como club”, señala el back.
Del otro lado, SIC conoce de estos escenarios, y vaya si se lo hizo saber al rival de toda su vida. Con una defensa granítica y el oficio propio de un habitué de los playoffs, doblegó a CASI (13-9) y se clasificó para su quinta final en las últimas seis temporadas, y la 13ª desde que URBA instauró los cruces de eliminación directa. Va por su cetro de liga número 28. Se trata de un club que en la década de los setentas se transformó en uno de los grandes protagonistas. “Son partidos diferentes a los que uno está acostumbrado a jugar el resto del año. Todo vale oro y hay que estar muy consciente de lo que está pasando para aprovechar las chances”, explica Albanese. “Hay que animarse a hacer lo que se preparó en la semana. No hay nada peor que preparar algo y por las circunstancias de una final no animarse a hacerlo”.
Su papá, Diego Luis Albanese, participó en la primera final de la historia de URBA, la de 1998, que terminó en una derrota frente a Hindú. Mateo ingresó desde el banco de suplentes en las caídas ante CUBA en el 2021 e Hindú en el 2022 y se perdió la definición del 2023 por una lesión en un tobillo. Ahora será titular por primera vez. “La final contra CUBA fue un golpe y estábamos muy tristes porque no jugamos a lo que veníamos haciendo todo el año. CUBA tenía sus fortalezas y nos llevó al juego que quería. Al contrario del 2022, cuando también perdimos pero jugamos mejor. No teníamos tanta bronca”, recuerda el medio-scrum de 22 años. “Haber estado en varias instancias como ésta hace ser más maduro y consciente. Ya son algunos años los que tengo en el plantel superior y eso ayuda a tomar mejores decisiones y a prepararse mejor para los partidos de este calibre”, agrega.
San Isidro Club tiene una leve desventaja por haber pasado un día menos de descanso, a lo cual se suman el trajín físico y mental del partido contra CASI. “Un clásico en una semifinal es emocionalmente fuerte. Las dos semanas previas fueron vividas muy intensamente. Fue un gran rendimiento defensivo, nos sentimos cómodos en eso y hay que llevarlo al partido con Newman. Disfrutamos el triunfo el sábado y el domingo, pero el lunes pasamos la página porque viene un partido más importante aun”, señaló el número 9, que suma 58 presencias en la primera de SIC.
Newman repetirá la alineación titular que derrotó con autoridad de Belgrano y tendrá a Jerónimo Ureta entre los relevos, en lugar de Mateo Montoya. Su adversario tendrá una modificación obligada: Manuel Curuchaga reemplazará a Bautista Viero, que sufrió una luxación en la columna cervical ante CASI. El experimentado Santos Rubio se incorporará al banco de reservas junto a Tomás Legarre Matera.
Será interesante ver cuál estrategia prevalecerá. Newman es un equipo más equilibrado que en campañas anteriores y conserva el poder de fuego en sus backs, con Lucas Marguery y Gonzalo Gutiérrez Taboada como cerebros y amenazas de ataque. Con una defensa que exhibe pocas fisuras, buena presión post patadas y un gran trabajo en el piso, SIC suele ejecutar bien lo que propone. El que se imponga en el scrum podrá empezar a controlar el partido, al igual que en el line-out: Joaquín De la Vega, del Cardenal, y Santos Fernández de Oliveira, de la Zanja, son especialistas en la hilera y tratarán de ensuciar los lanzamientos ajenos.
Marcos Piccinini, Andrea Panzarini y Carlos Pirán son los que se mantienen como titulares en las últimas cinco finales para SIC. Rubio y Juan Soares Gache, que estarán entre los jugadores de relevo, también integraron el plantel de 23 convocados en las cinco definiciones. Se trata de un núcleo de jugadores acostumbrado a pelear en los primeros planos y redobla la apuesta año tras año, con camadas jóvenes que alimentan la competencia. “La mentalidad y las ganas de competir son las claves. Todo lo que se transmite de generación en generación va por ese lado. Cuando era chico e iba a ver a la primera me transmitían lo que era ser un jugador del SIC y ahora trato de transmitirlo yo. Eso genera un círculo virtuoso”, puntualiza Albanese.
Además de compartir el plantel de Pampas, Ulloa y Albanese tienen un denominador en común: se han recuperado de lesiones complejas y ahora están en plenitud. En el 2025 el wing bordó sufrió una lesión de tibia y peroné durante el Súper Rugby Américas, una luxación de hombro en Newman y un desgarro en un aductor en una concentración de los Pumas 7s. “Fue un año duro, muy complicado, pero de mucho aprendizaje. Si tres meses atrás me hubieras dicho que iba a ganar una semifinal en Newman y a estar preparándome para una final, me habría resultado soñado”, valora. Albanese sufrió una lesión en un tobillo que requirió una cirugía en el 2023 y al año siguiente se operó el otro tobillo y perdió terreno. En el 2025 adquirió la continuidad deseada: si bien empezó como tercera opción de medio-scrum en Pampas, terminó afianzándose como el titular (8 partidos), y afrontó 16 compromisos en SIC y uno en Argentina XV. Además, recibió su primera convocatoria para entrenarse en los Pumas, en julio. “Estoy feliz de jugar tanto. Cuando no juega, uno se da cuenta de lo que disfruta jugando y se valora más”, rescata.
Este sábado los dos backs estarán cara a cara en el partido que todos anhelan. Newman es un león hambriento de escribir la página más gloriosa en su historia. SIC, aun silbando bajo, siempre está.


