Después de la selección del primer ministro, llegó la hora de la formación del gobierno, en una Francia crispada por la crisis política e impopularidad presidencial. Tres de cada cuatro franceses, es decir el 74 por ciento, considera que el presidente Emmanuel Macron no ha considerado el resultado de las urnas para elegir a su nuevo primer ministro, el republicano Michel Barnier, según el Instituto Elabe.
Nadie sabe qué clase de gobierno existirá. Si es una coalición, una cohabitación , un gobierno técnico o un gobierno de emergencia.
Apenas ha terminado la interminable espera por el nombramiento del primer ministro cuando comienza otra telenovela: la de la constitución del gobierno. Y este nuevo episodio también promete ser particularmente complejo. Puede terminar con otro voto de censura y en ese caso, probablemente Macron deba presentar su renuncia y anticipar las elecciones presidenciales. Hay candidatos que se preparan hoy para ese escenario.
En un contexto político sin precedentes, con una asamblea fragmentada en tres bloques, Michel Barnier recibió del Jefe de Estado una hoja de ruta para “formar un gobierno de unificación”. Entender desde la derecha moderada hasta la izquierda del gobierno. Un desafío en medio de esta fragmentación y furia.
El futuro gabinete
¿Quién se sumará a un gobierno de un presidente impopular y detestado por la sociedad como Emmanuel Macron? Es un raro fenómeno de aversión el que sufre el mandatario, aun entre los suyos.
Los socialistas no serán parte. Al unísono con sus aliados del Nuevo Frente Popular han dicho que censurarán a Michel Barnier. No parecen dispuestos a sumarse.
“Para los diputados, incluso del PS, será muy duro, pero fuera de la Asamblea podemos encontrar personalidades de izquierda”, tranquilizó un peso pesado de la macronía. “Todo depende de lo que entendemos por izquierda. Sólo hace falta un alto cargo con influencia de izquierdas”, añadió un asesor ministerial.
Michel Barnier quiere imponer su huella a Matignon.
A la derecha, el camino parece más claro: “En casa, hay muchas personas que sueñan mañana, tarde y noche con ser llamadas a volver al gobierno”, aseguró un alto ejecutivo de los conservadores Les Républicains.
En perspectiva, tampoco hay problemas para reclutar personalidades de la antigua mayoría presidencial. Muchos ministros dimitidos también serían reelegidos.
Los perfiles de los cargos electos locales también serían bienvenidos en este nuevo equipo: «Hemos pasado siete años con cargos electos principalmente parisinos en el gobierno. Sería muy bueno para Francia tener cargos electos que vengan de los territorios», insistió así el jefe de los diputados de la LIOT, Stéphane Lenormand.
“Todos los nombres que han circulado para Matignon también pueden unirse al gobierno, en particular perfiles de la sociedad civil como Jean-Dominique Senard (jefe de Renault) y Éric Lombard (director general de la Caisse des Dépôts et Consignation). Didier Migaud (presidente de la Alta Autoridad para la Transparencia en la Vida Pública), tampoco debemos excluirlo”, afirmó un amigo cercano del presidente.
Mientras tanto, los dos antiguos favoritos en la carrera por la rue de Varenne, el gaullista Xavier Bertrand y el socialista independiente Bernard Cazeneuve, rechazaron los cargos de ministros de Estado que les ofrecía el Elíseo.
Voto de censura
“Desde el principio, el presidente ha tenido la idea de formar un equipo perfecto de gobierno, y no ha abandonado esta ambición. Todo lo contrario», subrayó un visitante habitual del Eliseo. Pero, ¿podrá hacerlo con un primer ministro y un gobierno que probablemente sufra una moción de censura en la Asamblea?
“¿Quién va a meterse en este lío? anticipa ya un ministro dimisionario, para quien “encontrar a alguien sólido que sostenga Bercy, la Educación Nacional y el Interior, no va a ser fácil”. Y también señaló otro riesgo: “Si logra capturar a algunos nombres importantes, se comerán unos a otros y él no podrá mantener unidas a sus tropas”.
“Las elecciones fueron robadas”, consideró Jean-Luc Mélenchon, el líder de Francia Insmisa. Fueron ellos los que ganaron la mayor cantidad de bancas en la Asamblea legislativa pero Macron los ignoró a ellos y su Nuevo Frente Popular a la hora de formar gobierno. Los que liderarán el voto de cesura serán ellos. Barnier solo lo puede resistir si los Republicanos, los macronistas, el centro lo apoya y Marine Le Pen y su equipo se abstiene. Ese sería el acuerdo entre Macron y Marine Le Pen.
Es difícil imaginar a Macron manteniendo las distancias frente al gobierno de Barnier. ¿Tendrá Michel Barnier toda la libertad para formar su equipo?
Los allegados a Emmanuel Macron juran que así será: “El Elíseo no hará las nominaciones. Corresponde al Primer Ministro, hombre libre e independiente, hacer propuestas al Presidente. Somos claros en este punto”, certificó uno de ellos. Sin embargo, antes de añadir: “En los ministerios del dominio reservado, siempre tiene voz. Más aún en este período”.
“Conociendo a Macron, habrá necesariamente una co-construcción”, anticipa ya un viejo compañero de viaje del ex negociador del Brexit.
El Elíseo pretende en cualquier caso “dar tiempo” a Michel Barnier.
Macron y Barnier se encontraron en el Eliseo a la hora del té. Después el premier se reunió con uno de sus antecesores: Jean Castex. Antes entrevistó al joven ex premier Gabriel Attal en Matignon. Durante el fin de semana seguirán Elizabeth Borne y Edouard Philippe, que ya se presentó como candidato presidencial para el 2027.
El nuevo primer ministro tenía previsto dar una entrevista televisiva este viernes a la noche. Se esperaba que diera los primeros nombres en el gobierno.
El sábado lo esperan las primeras manifestaciones en contra de la decisión de no nominar a un primer ministro de izquierda, fiel al resultado electoral. Comienzan las marchas de protesta en Francia.