Tras reunirse con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, Javier Milei voló este domingo a Río de Janeiro, Brasil, donde participará de la Cumbre del G20 y mantendrá importantes bilaterales, entre ellas con el presidente chino Xi Jinping, y el primer ministro de India, Narendra Modi.
Este domingo, además se sumó a su agenda una cita con la directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, hecho importante -aunque no el primer encuentro con la funcionaria de origen búlgaro- teniendo en cuenta que el ministro de Economía, Luis Caputo, sigue negociando con el organismo otra «ronda» de dinero fresco para la Argentina.
El Gobierno considera que la llegada al poder de Donald Trump, un aliado de Milei, favorecerá a la Argentina en materia política y económica porque -según el razonamiento de la Casa Rosada- apoyará al pais ante el Fondo Monetario y promoverá inversiones. El futuro lo dirá.
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Viajó junto a los ministros Luis Caputo y Gerardo Werthein.
La cita con Xi Jinping, cuyos detalles finales gestionó la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei, dada la sensibilidad del tema frente a Trump y EE.UU., aliado del libertario, es muy importante dado el nivel de presencia china en la economia argentina.
Por cierto el Presidente decidió sumar a este viaje al ministro de Economía Luis Caputo, lo que hace que el mandatario chino también sume a sus ministros y le dé mayor envergadura al encuentro, en el que estará también el canciller Werthein.
Milei pasó de considerar a China una «dictadura comunista» a afirmar que es «un socio comercial muy interesante porque ellos no exigen nada. Lo único que piden es que no los molesten”.
La mayoría de las bilaterales del Presidente serán el martes, incluyendo empresarios como el gerente general de la empresa italiana Enel, Flavio Cattaneo. Aunque el lunes por la tarde se verá con el presidente del Banco Mundial, Ajay Banga. Y no se descartan otras reuniones.
Entre tanto, la llegada del libertario inquieta enormemente a Lula da Silva, de Brasil. Tal como dijeron los. negociadores en Rio de Janeiro, Argentina amenaza con romper el consenso no solo en materia de políticas sociales y género, sino nuevamente rechaza el cambio climático, y hasta hizo objeciones al Acuerdo de Paris. Tampoco apoya el impuesto a los más ricos que promueve Lula en esta cumbre.
El saludo obligado entre el anfitrión Lula y el visitante Milei -después de los insultos y la escalada que protagonizaron- genera una gran expectativa. Lula tuvo un gesto la semana pasada. Tras mantenerlo «frizado», recibió en persona las cartas credenciales de Daniel Raimondi, un diplomático de sólida trayectoria. Milei viajó a Brasil con su hermana Karina, y el canciller Gerardo Werthein, entre otros.
La agenda de Presidencia tiene este domingo algunos datos llamativos. Dice que el Presidente participará «lunes, durante todo el día, del Plenario de Jefes de Estado. En este encuentro, los mandatarios expondrán en distintas sesiones sobre temas como la lucha contra el hambre y la pobreza, y la reforma de las instituciones de gobernanza global. Además, compartirán un almuerzo de trabajo y formarán parte de la tradicional foto de familia de la cumbre». Y afirma que participará de la tradicional recepción que se brinda en estas cumbres para todos los Jefes de Estado que participan de la misma.
Mientras tanto la Argentina de Milei se encuentra en una situación curiosa ante el G20, al que ingresó el pais en los ’90 por habilidad entonces de Carlos Menem y su ministro Domingo Cavallo pero sin tener condiciones entonces, y quizás tampoco ahora, para pertenecer a este «club» de potencias y países emergentes.
Si durante el kirchnerismo hubo infructuosos intentos británicos para sacar a la Argentina del G20 en medio de las tensiones por Malvinas, Javier Milei, un estrecho aliado de Trump, es el que amenaza ahora con bloquear un comunicado conjunto de los líderes del G20, lo que molesta no sólo a Lula, sino al gobierno saliente de Joe Biden, a asiáticos y europeos.
Federico Pinedo -que llegó a convertirse en sherpa a principios de año y no fue arrastrado en el despido de Diana Mondino porque por él intercedió Patricia Bullrich- intenta llevar los documentos adelante como puede. Y sujeto a la ola ultraconservadora y rupturista agenda de la Rosada. Nunca pudo hablar con el Presidente, para explicarle los temas.
Fuentes en Rio de Janeiro contaron que los argentinos no sólo objetan parte del documento -como el tema de igualdad de género- sino también el impuestos a los ricos que busca acordar Lula, pero que genera diferencias. Hay quienes señalan que Argentina al igual que Trump buscaría salirse del Acuerdo de Paris sobre el cambio climático, pero no hay elementos aún para confirmarlo.
