El aterrizaje del ex candidato opositor venezolano Edmundo González Urrutia este domingo en España, donde solicitó asilo político y se le concederá, no fue producto de un arrebato sino de meses de gestiones y preparativos.
“Esto no ha sido algo improvisado. Llevábamos muchos días preparando este momento”, confesó este domingo el ministro de Relaciones Exteriores español, José Manuel Albares, respecto de la acogida que España dará a González Urrutia, el ex diplomático de 75 años y ex candidato de la Plataforma Unitaria Democrática, la coalición opositora al chavismo que le hizo frente a Nicolás Maduro en las elecciones del 28 de julio.
Desde Beijing, adonde acompaña al presidente Pedro Sánchez en una gira por China, el canciller español aclaró que “el asilo político ha sido una solicitud personal de Edmundo González. Es Edmundo González quien ha solicitado personalmente venir a España”. “No ha habido ningún tipo de negociación política entre el gobierno de España y el de Venezuela”, subrayó Albares.
“El gobierno de España no da ninguna contrapartida par que se haya podido producir esa salida de Edmundo González”, insistió.
González Urrutia, quien fue embajador en Argentina a fines de los ‘90, había reemplazado a María Corina Machado, la carismática opositora que fue inhabilitada para presentarse a unas elecciones que el Consejo Nacional Electoral venezolano y el Tribunal Supremo de Justicia -ambos controlados por el chavismo- otorgaron a Maduro, sin presentar las actas que corroborarían ese triunfo.
Según datos publicados por la oposición -en la web https://resultadosconvzla.com/-, Edmundo González Urrutia habría resultado electo presidente de Venezuela con el 67 por ciento de los votos (7.303.480 sufragios), mientras que Maduro habría alcanzado el 30 por ciento, con 3.316.142 votos.
Desde entonces, González Urrutia sólo se comunicaba con los venezolanos opositores a Maduro a través de videos por redes sociales.
El día después de las elecciones, la embajada de Países Bajos en Caracas había recibido un pedido “urgente” para darle acogida. Y allí permaneció hasta el jueves pasado.
Sin que nadie supiera dónde se refugiaba, el ex candidato opositor faltó tres veces a las citaciones judiciales forzadas por Maduro hasta que el 2 de septiembre la Fiscalía venezolana emitió una orden de captura acusándolo de sabotaje, conspiración e instigación a la desobediencia.
“Su vida corría peligro y las crecientes amenazas, citaciones, orden de aprehensión e incluso los intentos de chantaje y de coacción de los que ha sido objeto, demuestran que el régimen no tiene escrúpulos ni límites en su obsesión de silenciarlo e intentar doblegarlo”, dijo Corina Machado en sus redes sobre la salida de González Urrutia de Venezuela.
Las protestas por la falta de transparencia en las elecciones de julio provocaron 27 muertos y más de dos mil detenciones.
El detrás de escena
“Días después de las elecciones del 28 de julio hablé con él y le dije que si lo que él quería era venir a España, pondríamos todos los medios materiales para que pudiera venir. Y que si su deseo era solicitar asilo como me estaba trasladando, nosotros se lo concederíamos -contó Albares-. También (le dije) que si, por algún motivo, él prefería permanecer en Caracas, podía hacerlo en la residencia de nuestro embajador, como hicimos con (el líder opositor venezolano) Leopoldo López durante un año y medio”.
España fue refugio de otros políticos perseguidos por el chavismo como el ex alcalde de Caracas, Antonio Ledezma, o el ex presidente de la Asamblea Nacional venezolana, Juan Guaidó, hoy radicado en Miami.
Respecto de la mediación que el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero habría protagonizado en el operativo de salida del opositor venezolano de su país, José Manuel Albares evitó adjudicarle ese rol, aunque aclaró: “El presidente Zapatero ha tenido una acción positiva desde hace muchos años en la liberación de detenidos políticos (en Venezuela)”.
Rodríguez Zapatero viajó a Caracas como observador para las elecciones del 28 de julio pero desde entonces mantiene un polémico silencio sobre el cuestionado resultado de las urnas.
Asilo político, sí. Reconocimiento como presidente, no
A pesar de otorgarle el asilo político solicitado, España no reconoce a Edmundo González Urrutia como presidente electo.
Lo aclaró el canciller español, según acordaron los 27 ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea: “Quedó claro que no íbamos a reconocer la supuesta victoria (de Maduro) del 28 de julio si no se exhibían las actas y la oposición no podía analizar los distintos resultados -señaló Albares este domingo, desde China-. Pero también la posición común era que no íbamos a reconocer la autoridad de Edmundo González”.
“Eso no resta el compromiso con Edmundo González y la democracia en Venezuela”, agregó el ministro.
Críticas de la oposición
En el tablero de la política doméstica española, los partidos de la oposición, el PP y Vox, le recriminan al gobierno de Sánchez no reconocer a González Urrutia como presidente electo.
“Sacar a Edmundo González sin reconocerlo presidente legítimo no es hacerle un favor a la democracia sino quitarle un problema a la dictadura”, señaló González Pons, vicesecretario general del PP, Esteban González Pons.
El canciller español respondió a las críticas: “Es una enorme irresponsabilidad del Partido Popular que no apoya a los venezolanos sino que se apoya en los venezolanos para desgastar al gobierno”.
“Es una vergüenza mundial que recae sobre España y la Unión Europea -afirmó Santiago Abascal, líder de Vox-. Y es el colmo del cinismo que pretenda el gobierno de Sánchez presentar su complicidad con Maduro como un acto humanitario hacia el presidente electo y legítimo que no reconoció y a cuyo exilio contribuye decisivamente”.
Nicolás Maduro gobierna Venezuela desde hace once años -el chavismo lleva 25 en el poder- y esta victoria forzada, su tercera reelección, le garantizará el sillón durante seis años más.