Caroline Darian y sus dos hermanos estaban sacando rápidamente a su madre de la casa familiar, que se había convertido en la escena de un crimen, cuando la interrumpió una llamada de la policía para decirle que tenían algo que contarle en persona.
Ya Darian estaba destrozada por la noticia de que el padre que siempre creyó cariñoso y comprensivo había sido detenido bajo sospecha de haber drogado y violado a su madre, y de que presuntamente había traído a otros hombres para que también la violaran durante casi 10 años.
¿Qué más habría que saber?, se preguntó aquel día de noviembre de 2020.
Lo que vino después fue una nueva conmoción, según declaró Darian el viernes en el juicio de su padre.
Además de las miles de fotos y videos que la policía dijo que su padre guardaba de su madre inconsciente mientras se abusaba de ella, los agentes habían descubierto dos fotos de otra mujer dormida en la cama, con las sábanas apartadas y las luces encendidas.
Darian, cuyo seudónimo se creó tras las acusaciones, tardó un tiempo en darse cuenta de que esa mujer era ella.
“Me di cuenta enseguida de que estaba drogada en esa foto”, declaró Darian, de 45 años, ante el tribunal penal de Aviñón, Francia.
La pregunta que aún la atormenta:
Acusación
Los fiscales no han acusado a su padre de drogarla o abusar sexualmente de ella, algo que ella sospecha que él hizo y que el abogado de él dice que él niega.
Pero sí se le acusa de violar su intimidad al “tomar, grabar o transmitir” una imagen sexual de ella sin su conocimiento.
Aunque está claro que la víctima indiscutible en el centro de este devastador drama familiar es la madre de Darian, Gisèle Pelicot, toda la familia sigue gravemente herida y acosada por preguntas que quizá nunca tengan respuesta.
Unos 51 hombres fueron a juicio esta semana en Aviñón, la mayoría de ellos acusados de violar a Gisèle Pelicot mientras estaba drogada.
Su marido, Dominique Pelicot, ha admitido haber mezclado somníferos en la comida y bebida de ella durante casi una década y haber llevado a su dormitorio a decenas de hombres que conoció por internet para que se unieran a él y la violaran.
Tres miembros de la familia testificaron el viernes:
Darian, su cuñada y su ex cuñada.
Hasta las revelaciones de la policía, dicen los familiares, todos creían que Dominique y Gisèle Pelicot, que llevaban juntos unos 50 años, tenían un matrimonio fuerte y cariñoso.
Los tres hijos de la pareja les querían tanto que a menudo vivían con ellos cuando eran adultos, iban de vacaciones con ellos y llevaban a sus hijos a su casa del sur de Francia para pasar largas vacaciones de verano.
“Era un poco la familia ideal”, dijo Aurore, ex nuera de Dominique Pelicot, quien estuvo casada con su hijo menor y pidió que no se utilizara su apellido.
Céline Pelicot, quien está casada y tiene tres hijos con el hijo mayor de Dominique Pelicot, describió a este último como cariñoso con los niños.
Y aunque dijo que se había vuelto más irascible en los últimos años, nunca había oído salir de su boca una palabra soez sobre las mujeres.
“Yo lo quería mucho”, dijo refiriéndose a Pelicot, que ahora está en la cárcel.
“Pasé momentos magníficos con él”.
Ahora, dijo, la familia se pregunta qué ocurría realmente cuando estaban juntos.
“Todos estamos preguntando a nuestros hijos, a los que dejamos con sus abuelos, cosas que normalmente no les preguntamos:
¿qué te hizo él?”, dijo.
Dominique Pelicot también está acusado de violar la intimidad tanto de Aurore como de Céline bajo la sospecha de haberles hecho fotos sexuales sin su permiso.
Algunas de las fotos fueron tomadas desde el interior de los baños, donde las mujeres estaban desnudas.
Ambas mujeres declararon que se sentían degradadas.
A Céline le preocupaba que Dominique Pelicot pudiera haber difundido las fotos y dijo que ahora rara vez dormía más de dos o tres horas por la noche y que se le caía el cabello.
Aurore dijo al tribunal que una vez creyó oír a Pelicot decir algo a su sobrino sobre la aparente negativa del niño a jugar al médico con él.
Pero no se lo dijo a nadie, por miedo a habérselo imaginado.
Ella fue víctima de abuso en su familia, dijo, lo que le hizo preocuparse que fuera propensa a ver abuso en todas partes.
“Obviamente, ahora me pregunto qué habría pasado si hubiera dicho algo”, añadió, tras una larga pausa para serenarse.
“Todos cargamos con una especie de culpa sobre lo que podríamos haber hecho, y ésta es la mía”.
Todos han luchado a su manera para dar sentido a todo y reconstruir sus vidas.
Darian trató de convertir su trauma familiar en acción, formando una asociación sin fines de lucro, Don’t Put Me to Sleep, para dar a conocer los peligros de los delitos facilitados por las drogas.
También escribió un libro titulado And I Stopped Calling You Papa (“Y dejé de llamarte papá”), en el que detalla las secuelas emocionales del día de noviembre de 2020 en que la policía comunicó a su madre, y luego a ella, lo que habían descubierto.
Ahora suele referirse a él como su “progenitor”.
Darian declaró que vive con la convicción de que su padre la drogó, diga lo que él diga.
Y le preocupa qué más hizo cuando ella estaba en ese estado.
“¿Qué se puede hacer para que una persona como yo sane?”, preguntó en el juicio.
“Para tener una vida normal de mujer, una vida sexual normal”.
Calificando a su padre como el “mayor depredador sexual de los últimos 20 años”, preguntó:
“¿Cómo se reconstruye una desde las cenizas?”.
Catherine Porter es reportera internacional del Times y cubre Francia. Está radicada en París.
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