Emocionada, con el discurso más importante de su carrera política, Kamala Harris aceptó este jueves por la noche la nominación como candidata y cerró la Convención Demócrata en Chicago, entre miles de globos azules, rojos y blancos que cayeron desde el techo para festejar la culminación de cuatro días de esta reunión partidaria que energizó al extremo al partido oficialista que sueña con retener la Casa Blanca el 5 de noviembre. Kamala prometió ser una presidenta para todos, que reconstruirá la clase media.
Vestida con un traje negro, Harris pisó el escenario y tardó varios minutos en comenzar a hablar porque las 50.000 personas que colmaban el estadio la ovacionaban. Con lágrimas en los ojos, prometió ser «la presidenta de todos los estadounidenses», al aceptar su nominación. «
«En estas elecciones nuestra nación tiene una oportunidad preciosa de dejar atrás la amargura, el cinismo y las batallas que nos dividen», agregó, en referencia a su rival, el republicano Donald Trump. «¡No volvamos al pasado!», gritaba la multitud.
«Seré la presidenta que nos una en nuestras mayores aspiraciones», agregó. «Reconstruir la clase media será un objetivo de mi presidencia. Es algo personal. La clase media es de donde vengo».
Y también dijo que será «una presidenta realista, que lidera, que escucha, práctica, con sentido común y que siempre luchará por los estadounidenses».
Harris también advirtió sobre las consecuencias «extremadamente graves» de una eventual victoria de su rival. «Consideren el poder que tendrá especialmente luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos decidiera que podría tener inmunidad judicial», advirtió.
Kamala pasó buena parte de los últimos días (apenas interrumpió para un par de actos de campaña) encerrada con un pequeño grupo de estrechos asesores en un hotel, a pocas cuadras del lago Michigan, refinando el mensaje que brindó a los miles de delegados llegados de todo el país, invitados especiales y periodistas que abarrotan el United Center de esta ciudad.
Pero sobre todo la vicepresidenta apuntó a los millones de estadounidenses que seguieron su discurso en el prime time televisivo y que aún no conocen bien su historia personal y sus propuestas.
Si bien Harris es vicepresidenta hace más de tres años, saltó a la candidatura presidencial de manera inédita y en forma vertiginosa hace apenas un mes con la renuncia de Joe Biden, y sus asesores consideran que su biografía no es demasiado conocida para el estadounidense que no sigue de cerca el vaivén de la política, ese voto que ella quiere conquistar.
Su vida y su familia
Aunque han conseguido un fuerte espaldarazo en las encuestas los demócratas buscan llegar a un electorado más amplio. Por eso su discurso estuvo muy centrado al comienzo en su historia de vida personal, donde su madre tuvo una fuerte influencia.
«Vengo de una familia de clase media, mamá tenía un presupuesto muy ajustado», dijo y citó a su madre que le decía que las oportunidades no eran para muchos y que todos deben tener las chances de competir y tener éxito.
Harris contó que creció en California como hija de inmigrantes (padre jamaiquino profesor de Economía y madre científica de origen indio) y que su infancia estuvo rodeada de bomberos, enfermeras y obreros de la construcción, en un barrio de trabajadores.
Habló de los valores de la comunidad, la fe y la importancia de tratar a otros con amabilidad, respeto y compasión. «Mi madre fue dura, corajuda, una topadora y siempre me dijo que cuando tenía un problema no me quejara, sino que hiciera algo».
Harris buscó así marcar un contraste con Trump, que nació en una familia rica de Nueva York y quien, según los demócratas, solo piensa en sí mismo y no en el bienestar de los demás.
Harris también resaltó su gestión como fiscal en California y recordó a los votantes los tipos de casos en los que trabajó, y dijo que siempre pensaba que defendía a las víctimas en nombre de todos los estadounidenses. Buscó mostrar que ella está acostumbrada a lidiar con el “tipo de personas como Trump”, condenado por abuso sexual y falsificación de documentos, entre otros cargos penales.
Kamala también puso en relieve el tema de la libertad, que fue un emblema de esta Convención, porque aseguran que la agenda “extremista” de Trump las pone en peligro. De hecho, la canción con la que se cerró la reunión partidaria y es un himno de la campaña es “Freedom”, de Beyonce. Libertad para elegir a la persona que uno ama, de decidir si tener hijos o no, de enviar a los niños a la escuela sin temor a que haya un tirador en las aulas, entre otras.
El ánimo en el piso del centro de convenciones era electrizante. La gente llegó temprano y no cabía un alfiler. Entre discurso y discurso animaba n DJ y en el escenario y en las pantallas desfilaron decenas de políticos y personalidades como el basquetbolista Stephen Curry, que dieron su apoyo a Kamala. Y la cantante PINK, que conmovió con su canción «What about us». Había corrido el rumor de que se presentaría en escena la misma Beyonce, pero no apareció.
En primera fila se ubicaba Adriano Espaillat, representante de estado de Nueva York, dijo a Clarín que “El partido está unido. La nación está poniendo atención. Hay un entusiasmo extraordinario a favor de Kamala y de Tim Walz. Ella trajo aquí esta noche su plataforma para presentársela al pueblo norteamericano”.
Sobre la transición Biden-Harris, dijo que “aunque fue un cambio doloroso, él lo hizo por el bienestar del país y por el bienestar del partido y del pueblo norteamericano. Por esta razón yo creo que ha beneficiado a la candidatura y vemos el entusiasmo que existe a favor de Kamala. Es histórico de que se elija aquí por primera vez una mujer, precisamente cuando lo derechos reproductivos de la mujer tan bajo ataque”.
A su lado estaba Nydia Velázquez, congresista del Estado de Nueva York, que está vestida de blanco como la mayoría de sus colegas en la delegación, en homenaje a las mujeres que impulsaron el voto femenino. “Mira alrededor: el entusiasmo, la energía, no solamente aquí, pero a nivel de toda la nación. Obviamente estamos preparados para tener una mujer con una experiencia que puede competir con cualquiera de los hombres anteriores. Además, ella está mucho más preparada sobre todo para encarar un candidato como Donald Trump, un convicto y un abusador sexual.”
Marcia Knox, delegada por Ohio, dijo que Harris “es una de las mejores cosas que nos ha pasado. Es trabajadora, es honesta y creo que necesitamos tener a alguien en la Casa Blanca que comprenda a la gente de la clase trabajadora. Una persona que trate a todos con dignidad y respeto. No podemos volver atrás con las cosas que ya tenemos. Cuando tienes una persona que puede tener el poder de quitártelas como Trump hay que tener gente que defienda los derechos de las personas. Me da orgullo que ella sea mujer pero esa no es la única razón por la que realmente estoy feliz con la situación. Ella es alguien que ilumina el lugar cuando llega. Hay muy pocos que tienen ese carisma que les permite hablar con personas de diferentes partidos. Y siento que esto incluso podría hacerlo con diferentes países. Realmente siento que puede lograrlo todo”.
Así, el discurso de Kamala coronó un período que fue un torbellino para ella, durante el cual consolidó el apoyo en el Partido Demócrata detrás de su candidatura presidencial; se hizo cargo del aparato de campaña de Biden; seleccionó a Walz como su compañero de fórmula y estrenó un mensaje de campaña adaptado a su formación y experiencia.
Ahora, a 75 días de las elecciones, los demócratas esperan que Harris mantenga el impulso en las encuestas y profundice el mensaje que sirva para navegar con fuerza hasta el 5 de noviembre.