En su segunda jornada en la Ciudad-Estado de Singapur, uno de los países más ricos del mundo, el Papa Francisco apoyó las reivindicaciones de los 300 mil trabajadores migrantes que no reciben los beneficios del resto del país y alertó que el orden internacional “se halla amenazado por conflictos y guerras sangrientas”.
Hablando ante el presidente Thaman Shanmugaratam y las autoridades que le dieron la bienvenida tras su descanso el miércoles en la jornada del arribo, el Papa dedicó su atención a las diferencias sociales y por primera vez en su gira por cuatro países de Asia y Oceanía (Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Este y Singapur) aludió al deterioro de la paz mundial.
El presidente de Singapur, por su parte, dijo que “el orden global se está debilitando y los conflictos y agresiones no cesan. Hay una intolerancia creciente dentro de las sociedades y al mismo tiempo asistimos a la aceleración del cambio climático, lo que hace que el mundo sea menos seguro para la humanidad”.
El jefe de Estado elogió al Papa como “una voz global apasionada contra la guerra». Y afirmó: “Nos invita constantemente para promover la armonía y el diálogo entre diferentes grupo y religiones”.
Tras entrevistarse con el presidente y el primer ministro Laurence Wong en el Parlamento, el Papa se trasladó a la Universidad y habló a las autoridades.
El pontífice elogió la fortaleza económica de Singapur como “una prueba del ingenio humano”, pero hizo un llamado a la Ciudad-Estado de cuidar a los más débiles, especialmente los trabajadores extranjeros.
Destacó también el crecimiento del país y se maravilló de los modernos rascacielos “que parecen alzarse del mar» y el compromiso del gobierno con el desarrollo sostenible, como informa la agencia Associated Press.
El Papa instó a las autoridades a ocuparse más de los más pobres y les advirtió que no recompensarán la excelencia a toda costa, una alusión a la competitiva cultura local de trabajo y educación.
“Me gustaría recalcar el riesgo que supone centrarse solo en el pragmatismo o poner el mérito sobre todas las cosas, en especial la consecuencia involuntaria de legitimar la exclusión de aquellos que se encuentran al margen de los beneficios del pogreso”, dijo.
Salarios y condiciones dignas
Francisco pidió especialmente salarios y condiciones dignas para los trabajadores migrantes que han ayudado a convertir a Singapur en uno de los nucleos financieros más avanzados del mundo.
El Papa llamó además a reconocer a los migrantes, “que tanto contribuyen a la construcción de la sociedad y a quienes hay que garantizarles un salario justo”.
Jorge Bergoglio elogió a la Ciudad-Estado como “un mosaico de etnias, culturas y religiones que conviven en armonía” y los invitó a “continuar trabajando por la unidad y la fraternidad del género humano, en beneficio del bien común de todos los pueblos y naciones”.
Riqueza y tecnología
Durante la ceremonia de bienvenida le fue presentado al Papa un híbrido de orquídea blanca que lleva su nombre, la dendrobium His Holiness Pope Francis, preparada por la Junta de Parques Nacionales.
La ex colonia británica tiene uno de los mejores niveles de vida del mundo y es conocida por su seguridad y baja tasa de criminalidad. “Pero también es muy cara para vivir y el competitivo entorno laboral favore el estrés y sobrecarga a sus trabajadored”, destaca la agencia AP.
Singapur es uno de los países que más invierte en tecnología. En su discurso, el Papa llamó a “no olvidar que es esencial cultivar relaciones humanas y concretas. Estas tecnologías pueden aprovecharse precisamente para acercarnos unos a otros, propiciando la comprensión y la solidaridad, y no para aislarnos de manera peligrosa en una realidad ficticia e intangible”.
Los católicos son 176.000 en población de 5,7 millones de personas, mientras que los budistas llegan al 31%, los cristianos son el 19%, los musulmanes el 15% y el hinduísmo el 5%.
Singapur recibió al Papa Juan Pablo II en 1986.
Derechos humanos, en la mira
En la sociedad hay críticas en cuestiones de derechos humanos y por su sistema judicial, que contempla la pena de muerte que la Iglesia católica critica severamente.
El cardenal de Singapur, William Goh, dijo que “un atributo único de la Iglesia católica en Singapur es su profunda relación con las otras religiones del país, ya que nos reunimos para debatir y trabajar por el bien común”.
Por la tarde el Papa celebró una misa campal en el complejo “Sport Hub” que llenaron 50 mil fieles. El Papa destacó la vista de “las grandes y audaces arquitecturas de la Cudad-Estado de casi seis millones de habitantes» y se sintió inspirado para destacar que en cualquier obra “es el amor el que construye”.
Bajo la cubierta que incorpora una pantalla LED de 20 mil metros cuadrados, una de las mayores del mundo, Francisco afirmó en su homilía que “en el origen de esas importantes construcciones, como en cualquier otro proyecto que deja una huella positiva en el mundo, no está en primer lugar el dinero ni la técnica, sino en definitiva el amor”.
“De hecho no existe una obra buena detrás de la cual no haya tal vez personas brillantes, fuertes, ricas y creativas, aunque sean siempre mujeres y hombres frágiles como nosotros, para los cuales sin amor no hay vida, ni impulso, ni razón para actuar, ni fuerza para construir”, señaló.
“Si no fuera por eso aqui nadie hubiera podido hacer una metrópoli tan grande, los arquitectos no habrían hecho proyectos, los obreros no hubieran trabajado y nada se hubiera podido realizar”, dijo según informó la agencia EFE.
Agregó que “detrás de cada una de las obras que tenemos ante nosotros hay muchas historias de amor por descubrir. Historias de hombres y mujeres unidos entre sí en una comunidad de ciudadanos comprometidos con su país, de madres y padres preocupados por sus familias, de profesionales y trabajadores de todo tipo y grado”.
En el país donde viven muchos millonarios, el pontífice argentno advirtió que era un engaño “si creemos que podemos ser los autores de nosotros mismos, de nuestra riqueza, de nuestro bienestar, de nuestra felicidad. Al final la vida acaba por devolvernos a la única realidad, la de que sin amor no somos nada”.
Este viernes, ultimo día en Singapur, el Papa visitará en a un grupo de enfermos y ancianos en el Hogar de Santa Teresa.
Después, en un homenaje a la pluralidad religiosa, recibirá a jóvenes de distintas creencias en una residencia universitaria.
El Papa y su comitiva irán más tarde al aeropuerto de Singapur. Tras un acto de despedida el pontífice abordará el avión que lo llevará de regreso a Roma, donde está previsto su arribo a las 18.25 hora local, cinco horas menos en la Argentina.
Para visitar cuatro países de Asia y Oceanía (Indonesia, Papúa Nueva Guinea, Timor Este y Singapur), el pontífice argentino habrá volado en avión 32 mil kilómetros en once días.