Tras haber cancelado el lunes sus audiencias por estar “ligeramente engripado”, el Papa Francisco, de 87 años, volvió a la actividad este martes por la mañana, en un encuentro con obispos que llegaron desde Mozambique.
Francisco debe viajar este jueves para un corto periplo europeo que comprende ocho horas en Luxemburgo y una estadía hasta el domingo 29 de setiembre en Bélgica.
El Vaticano no aportó detalles sobre la salud del Papa. Se informó que había recibido a los obispo de Mozambique en visita “ad limina”, que todas las conferencias episcopales realizan cada cinco años a la Santa Sede.
El portavoz vaticano Matteo Bruni había confirmado el lunes el viaje a Luxemburo-Bélgica y la audiencia general de este miércoles.
Hace poco más de una semana, el pontífice volvió al Vaticano tras el viaje más largo de su pontificado, a Asia y Oceanía, donde encabezó una quincena de misas y numerosos encuentros, en medio de decenas de horas de viajes en avión. En total, fue un recorrido agotador de 32 mil kilómetros.
Pese a los problemas de salud que ha tenido en los últimos años y que preocupan cada tanto a su entorno, el Papa se mostró en buena forma y animado en todas sus actividades durante la gira que lo llevó a cuatro países en 12 días: Indonesia, Papúa Nueva Guinea Timor Oriental y Singapur.
Algunas versiones señalaron que ya el domingo el Papa se sentía ligeramente engripado. De hecho tras pronunciar el Angelus del mediodía desde la ventana del tercer piso del Palacio Apostólico, se mostró en buenas condiciones pero habló menos que otras veces.
El Papa ha tenido recurrentes problemas bronquiales, que desde en el invierno europeo pasado le volvieron a causar problemas y debió arrastrar varias semanas. En diciembe de 2023 tuvo que anular el viaje que deseaba intensamente realizar a Dubai para participar de la Cumbre mundial sobre el clima.
