El joven jugador de fútbol argentino en Italia, Felipe Bergoglio, tiene un tío abuelo especial: el papa Francisco.
Felipe es nieto de Jorge Bergoglio, a su vez primo hermano del Papa del mismo nombre.
Felipe tiene veinte años y hace un año voló de Córdoba a Italia para desarrollar su carrera de futbolista. Su apellido siempre produjo reacciones entre los interlocutores porque es Bergoglio. Y su abuelo es Jorge Bergoglio. Debe haber un error. No, no lo hay porque Jorge, el abuelo Bergoglio, tiene un querido y admirado primo hermano que es se llama igual, Jorge Bergoglio, y es Papa de la Iglesia.
La prensa italiana difunde este lunes la amable sorpresa al publicar notas acerca de Felipe, que ha saltado a la fama nacional al ser transferido a un tradicional equipo de la “D” italiana, la Trestina de Cittá di Castello, en la bella Umbria del centro de Italia.
Llegar a la “D” es todo un programa para Felipe, que sonríe cuando le recuerdan a su gran pariente Papa, que es su tío abuelo. Y a quién todavía no conoce pero está haciendo los preparativos para ir a Roma a fines de año.
El padre de Felipe que viaja de tanto en tanto a Italia por negocios con una empresa de Umbia, fue el que convenció a gente del fútbol que valía la pena que probaran a calidad futbolística de Felipe con el Misano Adriático, un equipo de la zona.
Fue hace un año, el joven Bergoglio fue contratado y ahora dio el salto al Trestina de Umbria y la serie “D”. Está lejos de la “A”, pero es un buen defensor y en el campeonato local en Romagna ha jugado ya 22 partidos.
Felipe habla con la bella tonada de los cordobeses. Explica que la familia quedó en Córdoba y lo ayuda mucho. También allí está su novia.
“Yo tenía diez años cuando el Santo Padre fue elegido el 13 de marzo 2013. Recuerdo la fiesta en casa y la confusión de muchos que creían que mi abueno había sido elegido Papa”.
Entre Buenos Aires, donde residía el futuro pontífice, y Córdoba, adonde su abuelo Jorge había emigrado, hay 700 kilómetros de distania. Los encuentros no han sido frecuentes aunque el Papa Francisco pedía siempre a la familia que lo fueran a ver.
“La relación siempre se mantuvo”, explica Felipe. “En cuanto me ven el apellido vaya donde vaya me preguntan por el parentesco”, explica sonriendo. “Y para mi ser un pariente directo el Papa es un gran honor. No me pesa para nada«.
Sus compañeros le piden bendiciones
Cuenta que sus compañeros del fútbol en Italia le piden bendiciones, incluso “del pie” cuando están lesionados. “Siempre les respondo que “deben dirigirse al otro Bergolio”.
Felipe espera con ansiedad porque cree que hacia fin de año podrá viajar a Roma con Clara, su hermana menor de 18 años para conocer al gran pariente. “Además de papá y mamá, mis dos hermanos mayores, Mateo de 29 años y Benjamín de 25, han sido recibidos por el Santo Padre”.
Felipe cuenta que su pariente Papa fue enterado por su padre del viaje a Italia y también él espera verlo pronto junto con Clara.
Futbolísticamente, Felipe se presenta como “un defensor central» que trata de usar el físico y los golpes de cabeza. Me gusta trasmitir equilibrio y sintonía con los compañeros del equipo y acompañar la acciones de ataque. He venido s Italia a aprender”.