Un intercambio de mensajes por celular con quien era su ministro más cercano complica al presidente Pedro Sánchez sobre su verdadero rol en un confuso episodio que a la mayoría de los españoles nunca le quedó del todo claro: la escala en Madrid que la vicepresidenta venezolana Delcy Rodríguez realizó en enero de 2020.
Desde entonces, las versiones del gobierno fueron múltiples y variadas subrayando que se habían enterado del aterrizaje de la representante del chavismo en el aeropuerto de Barajas a último momento.
Ahora, sin embargo, un informe de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil (UCO) revela que Pedro Sánchez sabía, con antelación, que José Luis Abalos, por entonces ministro de Transportes, secretario de organización del PSOE y hombre de su extrema confianza, se reuniría con Delcy Rodríguez.
Abalos se lo había informado por chat y Sánchez le había respondido con un “Bien”.
“De esta manera, se aprecia cómo a través de Abalos, éste obtuvo el beneplácito del presidente del gobierno para la visita de Delcy”, subraya el informe.
La investigación de la Guardia Civil, que desde hace ocho meses indaga sobre una trama de corrupción que involucra al ex ministro Abalos, aportó evidencias sobre aquel viaje de la vice de Maduro del que el mismo presidente Sánchez dio distintas versiones.
El celular de Abalos es una pieza clave en la investigación y de allí la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil rescató este mensaje del ex ministro al presidente español de enero de 2020: “Y para acabar de molestarte, la vicepresidenta de Venezuela viene en privado el lunes y quiere verme discretamente como continuación del encuentro que tuve con el ministro de comunicación (que es su hermano). La gestión que acordamos en favor de las empresas españolas ha permitido que (el grupo empresarial) Duro Felguera haya cobrado una importante deuda”, informa Abalos.
“Bien”, es la respuesta de Pedro Sánchez.
El encuentro del ministro español y la vice de Venezuela
Cuatro días antes de que la número dos de Maduro llegara a Madrid, Abalos le comentaba a su asesor Koldo García -investigado en la red de corrupción- que Sánchez no había puesto trabas al encuentro con la funcionaria chavista: “Ya ves que no me ha dicho nada pero al menos no pone pegas”.
Pero lo que no habría funcionado tal como el ex ministro esperaba habría sido lo de encontrarse con Delcy Rodríguez “discretamente”. La presencia de la venezolana en el aeropuerto de Barajas trascendió y, a lo inexplicable de su presencia en suelo español y en reunión con un ministro, se sumaba la sanción que la Unión Europea impuso a ella y a otros funcionarios de Venezuela en 2018: la prohibición de poner pie en ninguno de los 27 países europeos que integran el espacio Schengen.
Por entonces, Sánchez daba explicaciones en el Parlamento y argumentaba que, al haber ido al aeropuerto, Abalos había impedido una crisis diplomática “con un gobierno que, al margen de las consideraciones que tengamos todos los grupos parlamentarios, ostenta la representación oficial de su país ante los organismos internacionales y ante 180 países del mundo”.
Este viernes, sin embargo, Pedro Sánchez dijo otra cosa: “A mí, efectivamente, el ex ministro Abalos me informó de esta visita privada de la vicepresidenta Delcy Rodríguez a España, y cuando el gobierno de España se percató de que había unas sanciones individuales a la vicepresidenta de Venezuela, efectivamente se canceló esa visita”.
“La saludé”
En enero de 2020 los diarios y los noticieros exprimían las sinuosas declaraciones del ministro Abalos sobre qué había venido a hacer la vicepresidenta de Nicolás Maduro, por qué había traído una docena de valijas que no habrían pasado por ningún control y cuál era la razón por la cual él se encontró con ella en el aeropuerto de Barajas.
“Siempre he dicho que no hubo reunión. Estaba de tránsito y, a instancias del ministro de Turismo venezolano (que sí viajaba a Madrid para participar en una feria internacional), me pidió si me importaba que la saludara. En mi caso, la saludé. Y ya está. Nada más -decía Abalos ante los micrófonos-. Al margen de recordarle que lamentablemente no podía pisar territorio español. Hay unas salas de frontera. En todo momento estuvo la Policía y la Guardia Civil. Desde la tarde se sabía que en ese vuelo iba la vicepresidenta”.
El actual informe de la Guardia Civil incluye una carta -a la que le faltan los acentos ortográficos- que el ministro habría enviado a Delcy Rodríguez en 2019 invitándola a España.
Ese documento, que no está firmado de puño y letra y del que se especula con que pudo haber sido elaborado por uno de los líderes de la trama de corrupción que apunta a Abalos, proponía “hablar de las posibilidades que tiene ahora mismo Venezuela para salir de las sanciones y del intercambio de productos españoles”.
La red de corrupción
Semanas después de aquella inexplicable presencia en España de Delcy Rodríguez, la pandemia de Covid arrasó con todas las agendas y los asuntos pendientes de la política nacional e internacional. Hasta ahora.
El hallazgo de la investigación de la UCO sobre lo que la oposición bautizó como “Delcygate” es un efecto secundario de su principal objetivo: desentrañar cómo funcionaba y hasta dónde se extienden las responsabilidades de la red que, en los primeros tiempos de la pandemia, cobró comisiones desmesuradas por facilitar barbijos y material sanitario al Estado español.
El principal involucrado se llama Koldo Gracía y era asesor del ex ministro Abalos que, cuando estalló el escándalo, ya no integraba el gabinete.
Sin demasiadas explicaciones, Sánchez lo había bajado del ministerio de Transportes en julio de 2021. Según la prensa española, el motivo había sido el gusto por la vida nocturna de Abalos, el rumor que estaría circulando un video suyo prohibido y las versiones según las cuales el secretario de organización del PSOE habría frecuentado reuniones privadas con señoritas en plena cuarentena por la pandemia.
Sin embargo José Luis Abalos figuró en la lista de diputados con la que Pedro Sánchez se presentó a su reelección en julio del año pasado. Y ocupaba una banca en el Congreso hasta que, en enero de este año, el PSOE lo expulsó del partido y le exigió que abandonara su banca de diputado por las denuncias de corrupción contra su asesor.
Abalos resistió lo más que pudo. Abandonó el partido pero no su banca: en solitario, se sumó al grupo mixto que integran los partidos que no reúnen los 15 diputados como Podemos, Coalición Canaria, Unión del Pueblo Navarro y el Bloque Nacionalista Gallego.
Según el informe de la Guardia Civil, el ex ministro Jose Luis Abalos desempeñó un “papel relevante” en la cadena corrupta que vendió barbijos en pandemia.
El juez que instruye la causa, conocida como “el caso Koldo”, acaba de consultar al Congreso si Abalos es diputado y si cuenta con fueros. Podrían imputarlo.