En el boletín médico de las 19:30 (cuatro horas menos en la Argentina) , el Vaticano informó que el Papa “sigue mejorando levemente”. El portavoz Matteo Bruni dijo que Francisco “no tiene fiebre y sus parámetros siguen siendo estables”.
El Sumo Pontífice se recupera de una neumonía, tras haber sido internado el viernes 14 por una bronquitis. Los médicos diagnosticaron después que se había detectado “el inicio” de una neumonía en ambos pulmones y que se confirmaba una bronquitis asmática.
Se confirmó que el Papa “continua recuperándose, que esta mañana “recibió la Eucaristía”, había desayunado sentado en un sillón y que durante la jornada trabajó con sus asistentes en el hospital.
La terapia del Papa desde la internación del viernes ha sido cambiada tres veces desde que se descubrió que el mal más peligro que afrontaba era la pulmonía doble polimicrobica, “porque fue difícil encontrar la terapia mejor”.
Varios cardenales comentaron el estado de salud del Papa. “Si realmente quieren que descanse tienen que hospitalizarlo”, bromeo el cardenal Jean-Marie Aveline, arzobispo de Marsella. El cardenal Gianfranco Ravasi dijo que “no hay duda que si Francisco estuviera en una situación donde su capacidad de tener contacto directo con las personas estuviera comprometida, podría decidir renunciar.
La agencia ANSA recordó que no es la primera vez que Francisco sufre de neumonía. A los 21 años estuvo a punto de morir en Buenos Aires cuando era un joven seminarista.
Según contó el mismo Papa Bergoglio en varias ocasiones entonces le salvó la vida una monja italiana de origen piamontés, como la familia del futuro pontífice. Fue la hermana Corneglia Caraglio la que le administró las dosis necesarias de medicamentos, en desacuerdo con el criterio de los médicos.
El joven Bergoglio fue sometido a una operación en la que le extirparon un lóbulo del pulmón derecho. Contó que le habían quitado mucho líquido del pulmón. “El médico dijo: denle un millón de unidades de penicilina y 500 mil de otro medicamento. Y se fue”. La monja que era la enfermera le dijo a otra enfermera: “no denle tres millones y un millón”. “ comentó el Tenía el instinto de la situación” . El comentario lo hizo el Papa el 15 de diciembre de 2016 durante una audiencia en el Aula Pablo VI.
El Papa comentó que “no hablo mal de los médicos. Son muy buenos, pero las enfermeras y los enfermeros, por la cercanía que tienen con los pacientes poseen una cualidad especial para acompañar y también para curar».
Francisco pudo encontrarse y abrazar a los familiares de la hermana Caraglio, ya fallecida, que eran una decena de personas llegadas desde la provincia de Cúneo, en Piamonte. Uno de ellos dijo: “Gracias a ella hoy tenemos un gran Papa.”