Hace un mes el Partido Demócrata estaba sumido en un mar de dudas sobre la candidatura del presidente Joe Biden a la reelección, pero el aparato de la formación aseguraba públicamente que la convención de Chicago se preparaba para coronarlo, tras imponerse por una mayoría clara en el proceso de primarias.
Finalmente, cuatro semanas de vorágine y maniobras han desembocado en un cónclave que ungirá a una política que ya no mantendrá más un segundo plano: la vicepresidenta Kamala Harris.
Lo que parecia imposible hace apenas un mes ahora es una realidad. En julio, Joe Biden iba abajo en los sondeos ante Donald Trump y el triunfo parecia cercano para el republicano. Pero semanas mas tarde, la vicepresidenta altero todo el escenario y llega mañana lunes a esta cita clave con una ventaja de 2 puntos para el sondeo nacional de The New York Times/Siena (49 a 47%) y de 4 puntos para la encuesta de The Washington Post-.ABC News/Ipsos (49 a 45%)
La Convención Nacional Demócrata, que comienza este lunes, culmina un proceso que comenzó el 27 de junio, el día en que Biden y el expresidente republicano Donald Trump celebraron el que debía ser el primer debate televisado, el más tempranero de la historia y que se daba antes de que ambos aspirantes presidenciales fueran confirmados en sus respectivas convenciones.
Eso era lo de menos: ambos eran considerados ya inamovibles.
La actuación dubitativa y a ratos balbuceante de Biden levantó una inminente preocupación sobre su capacidad de cumplir un segundo mandato en plenas facultades a sus 81 años. Por si fuera poco, dos semanas después, el 13 de julio, Trump estuvo apunto de morir asesinado por una bala que le rozó la oreja derecha y que lo consolidó, junto con el arreón en la Convención Nacional Republicana, como el favorito en la carrera presidencial.
Pero la certidumbre y las esperanzas han vuelto a instalarse en la campaña demócrata y en un tiempo récord todo el aparato del partido se ha volcado en una nueva fórmula presidencial, la que componen Harris y el gobernador de Minesota, Tim Walz, desde hace solo diez días.
El 11 de julio, el equipo de campaña y de la Casa Blanca organizaban una rueda de prensa que aseguraban había servido para que Biden demostrara que estaba en plenas facultades y contaba con la energía, el apoyo del partido y el favor de las matemáticas electorales.
Diez días después, el presidente anunciaba que no iba a optar a la reelección y daba su apoyo a Harris; una vicepresidenta que mantuvo hasta entonces un papel gris y discreto.
El anuncio del día 21 de julio, un domingo, sorprendió a muchos miembros del equipo de campaña y obligó a varias semanas maratonianas en las que el principal objetivo era modelar el proceso de primarias, ya casi finalizado, para que se confirmara el apoyo del Partido Demócrata a Harris de manera transparente y con credibilidad, aseguran fuentes que fueron parte de esas intensas jornadas que culminaron con votaciones virtuales que hace menos de dos semanas confirmaron la nominación de Harris por mayoría.
«Lo que hemos experimentado en este último mes es uno de los giros electorales más significativos de la historia de este país«, indicó esta semana el analista senior de Cook Political Report David Wasserman en una mesa redonda en Washington.
Harris llega a Chicago tras haber concluido tres semanas para tomar el control de una nueva campaña bien financiada y dotada de nuevo talento; y que ha conseguido energizar a los votantes demócratas, con mitines que han superado en ocasiones los 14.000 asistentes consiguiendo darle la vuelta a las encuestas.
Biden, en la Convención
El presidente estadounidense, Joe Biden, será el orador principal en la primera jornada de la Convención Nacional Demócrata el lunes y su intervención servirá para simbolizar el paso del testigo en el liderazgo del partido de gobierno a la vicepresidenta, Kamala Harris, que aceptará la nominación el jueves, según informaron este domingo los organizadores.
El cónclave demócrata, que tiene como tema central el lema ‘Por el pueblo; por nuestro futuro’, quiere servir para consolidar el impulso que ha conseguido en menos de dos semanas desde su presentación la fórmula de Kamala Harris y el gobernador Tim Walz, candidato a vicepresidente.
La apertura del lunes también contará con los discursos de la primera dama, Jill Biden, de la exsecretaria de Estado Hillary Clinton y con la bienvenida del alcalde de Chicago, Brandon Johnson.
La Convención Nacional Demócrata servirá para que la principales voces del partido intervengan en «prime time» televisivo, mantengan el impulso de popularidad de la fórmula Harris-Walz y permitan a nuevo talento político presentarse ante el público estadounidense.
Eso fue lo que ocurrió hace justamente 20 años, cuando un desconocido senador por Illinois llamado Barack Obama realizó un discurso en la convención que lo catapultó a la primera línea de la política y permitió su histórica victoria electoral en 2008.
Obama, que tiene en Chicago su hogar político, será el orador principal el martes en el escenario del United Center, al que también se subirán el marido de Harris, Doug Emhoff, y el gobernador de Illinois, JB Pritzker.
El miércoles será el día del gobernador de Minesota Tim Walz, apodado el «entrenador» por su pasado como maestro y entrenador de fútbol americano, quien aceptará la nominación a candidato como vicepresidente en un discurso.
Walz, que tiene un estilo cercano y sencillo, ha conseguido una gran popularidad pese a ser un desconocido hasta hace unas semanas y ha demostrado una gran astucia para atacar al candidato republicano y expresidente, Donald Trump, y a su compañero de fórmula, el senador JD Vance.
El jueves será el día central de la convención, con el esperado discurso de aceptación de la nominación de Kamala Harris, que oficialmente se convierte así, en un tiempo récord de un mes, en la candidata presidencial demócrata en reemplazo de Biden, que renunció el 21 de julio tras las presiones del partido, que temían una debacle electoral después de que su actuación en el debate presidencial elevaran las dudas sobre su edad y su capacidad de abordar un segundo mandato.
El expresidente Bill Clinton, la expresidenta de la Cámara Baja Nancy Pelosi o el líder demócrata de la Cámara Baja, Hakeem Jeffreis son otros de los oradores confirmados, mientras que medios locales han revelado que la exprimera dama Michelle Obama hablará el martes.
Se espera que varias celebridades y artistas acudan e intervengan durante esta Convención Nacional Republicana, que pese a los acontecimientos de las últimas semanas llega con el partido unido y sin esperados sobresaltos, más allá de las críticas de algunas facciones a la postura del Gobierno de Biden frente al conflicto y la tragedia humanitaria de Gaza.