Cuarenta minutos antes de que las sirenas sonaran en Tel Aviv este martes por el ataque de misiles de Irán a Israel, en esa ciudad hubo un atentado. La agresión con rifles semiautomáticos en las cercanía de una estación de tranvía tuvo como reacción la intervención de un civil que, armado y en chancletas, mató a uno de los terroristas que había disparado a mansalva.
Tel Aviv es una ciudad moderna, donde, como en muchas, cualquier despistado que por la noche se da cuenta que se quedó sin algo para comer, puede encontrar un local abierto. Pero la capital administrativa de Israel también vive, como el resto del país, en situación de guerra hace décadas, prácticamente desde su fundación en mayo de 1948.
Allí, el servicio militar es obligatorio para hombres y mujeres a partir de los 18 años y, tras terminar los años obligatorios, quedan como reservistas por si la situación requiere de sus servicios.
Lev Kreitman, de 35 años según la prensa israelí, contó por televisión que salió de su casa porque «no tenía nada para comer». Vive en la zona sur de Tel Aviv y probablemente haya pasado gran parte del día en los refugios por los más de 180 misiles que Irán disparó contra suelo de su país.
Kreitman es además reservista, como la gran mayoría de los ciudadanos israelíes. Pertenece, según dijo, al cuerpo de ingenieros. Relató además que se compró un arma, una pistola, luego de haber sido convocado a intervenir militarmente en la Franja de Gaza. Es normal allí que la gente esté armada. Casi tanto como llevar lentes oscuros los días soleados.
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Dos agresores, con arma automática, abrieron fuego en una estación de tren. Fueron abatidos.
Antes de los misiles que impactaron en la cobertura aérea de Israel, en una estación de tren ligero en Jaffa, en el sur de la ciudad, terroristas atacaron a civiles con rifles semiautomáticos y mataron a siete personas. El reservista, con pelo largo atado, vestido con una remera rosa y barbudo, ya estaba sentado tomando algo cuando se dio cuenta de la situación de riesgo que lo rodeaba.
«Cuando salí de la tienda comencé a comprender lo que estaba pasando y desde dónde», le dijo Kreitman al programa «Kan Ha’elel» de Kan Network B.
En ese momento reaccionó y comenzó a dispararle a los agresores. Así se observa en videos que se viralizaron en redes sociales y que aparentemente fueron grabados desde ventanas de viviendas aledañas a la zona atacada.
«Uno de los terroristas corrió en mi dirección, lo sorprendí por un lado y comencé a disparar. Fue alcanzado», dijo Kreitman, sobre cómo ultimó a un terrorista. No hace mucho, el rescatista estuvo en otra situación de riesgo: sobrevivió al ataque de Hamas cuando disfrutaba del festival Nova el 7 de octubre de 2023.
El ritual religioso que lo salvó de tres disparos en la cabeza
Vinculado a la industria de la música y los festivales, Lev Kreitman contó en otro video difundido en las redes sociales, otra historia en la que debió enfrentar a terroristas y un apuro le salvó la vida.
Los tefilin son objetos de un ritual judío consistente en pequeñas cajas de cuero negro unidas por unas correas en cuyo interior se aloja enrollado un trozo de pergamino con cuatro pasajes de la Torá, el libro sagrado del judaísmo.
Según su relato, de misión en Gaza, en el barrio de Shejaiya, se estaba colocando los tefilin en una «mañana normal» y aún tenía unos minutos antes de comenzar sus tareas habituales en la conflictuada zona que está en poder de Hamas e Israel repele.
«De la nada, escucho en la radio que había terroristas a pocos metros de nosotros, entonces me quité rápidamente los tefilin y me coloqué el casco«, comenzó su historia.
Luego, en lo que parece una mesa con amigos o familiares, detalló que esa protección para la cabeza tiene en su frente un artefacto «cuadrado, pesado e incómodo» que, en el apuro, no hizo tiempo a quitar, por lo que con él enfrentó a los atacantes.
«Recibí tres disparos en la cabeza y, gracias a dios, por milagro, los impactos fueron en ese metal que no tuve la chance de quitar», recordó.