Un conflicto de poder y protagonismo ha estallado entre la reina Camilla y Catherine, la princesa de Gales y futura monarca, convaleciente de un cáncer. Camilla le reprochó a Kate, esposa de William y futuro rey, tomar decisiones fundamentales para la Casa Real sin consultar con Carlos III y con ella. La actual soberana pretende ser la voz del rey enfermo ahora.
Los celos y furia de Camilla surgieron por dos hechos. Uno fue más que secreto y el otro, público. Pero demuestran hasta dónde Camilla quiere ser la que decide el destino de los Royals en estos días difíciles.
Kate viajó a Estados Unidos a tratarse y consultar en la clínica oncológica Andersen de Houston en un momento. Nadie lo supo y el palacio lo desmintió. Se habría alojado en el hotel St Regis.
Encuentro secreto con Harry
Pero se encontró en Estados Unidos, a solas y en absoluto secreto, con Harry, duque de Sussex, hijo del rey y hermano de William, con quien mantiene una fuerte pelea a causa de sus diferencias por su casamiento con Meghan Markle y la biografia que escribió.
En «Spare» («Repuesto»), que fue un libro muy vendido, Harry contó el racismo de la familia, las intimidades de los Windsor y sus miserias, el rol de los tabloides en la consolidación de la imagen de cada uno de los miembros de la familia real, las manipulaciones, la violencia que sufrió y los problemas que tuvieron los Sussex con el palacio y con William. La fuente que reveló el encuentro es inapelable.
Kate y Harry hablaron largamente, según fuentes indisputables contaron a Clarín. Buscaron iniciar una reconciliación de un conflicto, que no solo afecta a los dos hermanos, sino que se extiende al rey, a causa de la influencia de Camilla. Es ella la que impide que Carlos vea a Harry o lo aloje en su casa o se reconcilien.
Harry se niega a que Camilla participe o esté presente en una reunión de reconciliación con su padre, como sucedió al llegar desde California a verlo, cuando él lo llamó para anunciarle que tenía cáncer. La reunión con su papá, el rey, con Camilla en el medio, duró 35 minutos.
El rey y la reina se fueron a Sandringham y Harry a un hotel, para volar después a California. Nunca más se vieron.
La furia de Camilla
Kate es psicóloga y especialista en arte, graduada en la universidad de St Andrews. Antes del conflicto familiar, Harry la consideraba “una hermana”. Ante la orfandad de William y Harry, el distanciamiento con el padre, los largos veranos de los chicos en África solos, la falta de un guía, la familia Middleton los protegió de estos sentimientos distantes, donde nada se habla, donde los sentimientos se ocultan, que reina en la Familia Real. La reconciliación de Harry con William estará en manos de Kate y no de Carlos.
Aún enferma pero sin quimio, Kate tiene la autoridad moral para decirle a su marido que llegó la hora de perdonar, de dar vuelta la página. Es una de las razones por las que Harry permanece en silencio, viene a Londres por pocas horas, no hace declaraciones y se comporta como un Royal en sus actividades benéficas.
Es una estrategia. Los tabloides británicos presionan para divorciar a Meghan y a Harry, que están más unidos que nunca, pero ella no está dispuesta a regresar a Gran Bretaña. Remarcan que hacen actividades separados.
Para Harry, que defiende públicamente la memoria de su mamá, la princesa Diana, divorciada de su padre a causa de Camila, frustrada reina y “desaparecida” de las conmemoraciones de Familia real, Camilla «es la madrastra malvada», que filtra a los tabloides, como The Sun, información contra él para redorar su imagen. Si Harry ha iniciado juicio a los tabloides es porque sabe que la familia real construye o deconstruye su imagen con la ayuda de ellos.
El encuentro entre Harry y su cuñada se produjo cuando Kate estaba en pleno tratamiento oncológico. Cuando se enteró, Camilla le reprochó que como se le ocurría dar ese paso sin consultar con el rey, con ella y con el palacio. Kate mantuvo con ella una fuertísima discusión.
La princesa de Gales se enfureció con la reina. Fue la primera gran pelea de poder. El vinculo entre ella y Camila no es agradable. Snob y por años amante del futuro soberano , la señora Parker Bowles nunca imaginó llegar a ser reina . Pero la muerte de la reina Isabel , que hizo todo lo posible para separarla de su hijo, logró que Charles III no la designara consorte , como su madre había pedido, sino reina con toda la pompa.
El gran interrogante es qué pasará si el rey abdica o muere y cuál será el futuro de Camilla bajo un reinado de William. ¿Le quitará el título de Su Alteza Real, como hicieron cuando su madre se divorció de Carlos?
Kate sufrió las esnoberías de Camilla y sus amigas durante el noviazgo con William. No le perdonaban su origen de clase media ni los millones de sus padres, hijos de la meritocracia. Cuando ella entraba, le decían: «Chicken or pasta”, en alusión al pasado de azafata de British Airways de su madre y de comisario de a borde de su padre, que hoy han sido claves en la recuperación de Kate.
Durante años Kate prefirió ver a sus padres, quedarse a vivir en su casa de campo en Ammer Hall en Norfolk y pasar sus vacaciones con ellos en la isla Mustique con William antes que ir a Sandringham o Highgrove, la casa de campo del rey. Su hijo George pasó los primeros años de su vida sin conocer demasiado a su abuelo, Carlos III ni jugar con él.
La pelea en la coronación del rey
Durante el Jubileo de Platino de Isabel, en el que celebró sus 70 años como soberana, la reina Isabel esperaba que Camilla fuera conocida como “la reina consorte” de Carlos, cuando él se convirtiera en rey.
El Palacio de Buckingham había guardado silencio previamente sobre si Camilla usaría el título de reina consorte). William y Harry se sintieron “sorprendidos” por la decisión. Era su manera de reconocer su rol, sin disminuir lo que había representado Diana para el público británico.
“No creo que haya ayudado el hecho de que la reina anunciara que la duquesa Camilla será la reina consorte y ese es otro tema”, dijo el experto real Christopher Andersen, señalando que está “abriendo una brecha” entre la realeza.
Kate es la Royal británica más popular y eso crea grandes celos en la familia real. Camilla no es una reina querida y será Catherine quien vaya a reemplazarla, si el rey abdica a causa de su enfermedad o muere.
El otro drama
El otro conflicto entre Camilla y Kate estalló cuando los príncipes de Gales visitaron el jueves de esta semana Southport. En este pueblo al norte de Gran Bretaña estuvieron con las familias que habían perdido sus tres hijos tras ser atacados por un joven británico de origen ruandés en una guardería. Fue la segunda visita pública de la futura reina post tratamiento. Era significativa porque ese asesinato desencadenó en Gran Bretaña una ola de violencia racista y anti inmigrantes.
Para Camilla, la visita de Kate y William era una distracción a los preparativos del viaje del rey a Samoa y Australia. Un hecho inadmisible e inconsulto.
Con el rey en tratamiento oncológico, cansado e inmunodeficiente, recluido en su muy privado palacio de Birkhall y sus 50.000 acres, y los Royal disminuidos por las enfermedades, Andrew decapitado en la sucesión y Harry y Meghan fuera de la familia real, la ex amante del rey era hasta ahora la “reina trabajadora” de esta familia profundamente disfuncional y reducida al mínimo. Kate y Carlos III se estiman y tienen una buena relación.
Kate, como llaman a la princesa de Gales, acaba de reiniciar lentamente su vida en la realeza, después de anunciar que iniciaba un largo tratamiento de quimioterapia.
«Ahora que el verano llega a su fin, no puedo expresarles el alivio que siento por haber completado finalmente mi tratamiento de quimioterapia», dijo Kate en un video filmado cerca de la casa de su familia en Norfolk en agosto de 2024. «Los últimos nueve meses han sido increíblemente duros para nosotros como familia», contó.
ViAgregó que la experiencia del cáncer -nunca se informaron muchos detalles sobre su enfermedad, salvo que es en la zona abdominal- le recordó a ella y al príncipe William que deben «estar agradecidos por las cosas simples pero importantes de la vida». Anunció que estaba ansiosa por volver a los compromisos públicos y a trabajar.
Visita sorpresa
Southport es un pueblo al norte de Gran Bretaña, donde un chico británico con padres de Ruanda ingresó a una guardería y acuchilló a tres chiquitos. Un acto horroroso, que desató una ola de violencia racista en Gran Bretaña contra los inmigrantes. Los Royals no habían visitado el lugar.
Kate Middleton eligió este lugar para hacer su gran debut. Con William, visitó y habló con las familias, con los que salvaron a más alumnos, con los ambulancieros y enfermeros. La princesa abrazó a algunos de ellos y el jefe de bomberos Phil Garrigan mencionó que reconoció las emociones que estaban experimentando. Esto marcó el primer compromiso público de Kate desde que completó su quimioterapia.
«Ella podía ver la emoción en ellos», dijo Garrigan.
La visita se planeó inicialmente como un evento tranquilo, que permitiera tener tiempo para reuniones privadas con las familias en duelo y una profesora de yoga, que había estado presente durante el ataque.
Aún así, este evento marcó su aparición más significativa desde su enfermedad.
Kate fue la tapa de todos los diarios británicos, delgadísima y elegante. Un protagonismo que enceguece de furia a los otros integrantes de la realeza, que trabajan para ser vistos. Ellos viven de los tabloides, de sus apariciones públicas con impacto.
El rey estaba por partir en su viaje a Samoa y Australia con Camilla. La aparición de Kate opacó cualquier información del viaje. Se esfumó de los diarios.
La reina Camilla volvió a la carga cuando vio a Kate en la tapa del diario The Times, que evaporó los detalles de como el rey organizaba su gira y su reunión con el Commonwealth, incluida la pausa de su tratamiento..
Kate tiene un fuerte carácter. Como Carol, su madre. “Yo estoy reponiéndome del cáncer. Estoy trabajando. Lo última que me interesa es hablar con vos o que me digas lo que debo hacer”, respondió la futura reina y le cortó la llamada a Camilla, la actual reina.
La inestabilidad de la familia real
El enfrentamiento entre Camila y Kate solo ratifica hasta donde la disfuncionalidad de la familia real, su unidad y su estabilidad está amenazada. Todo ha quedado lejos del misterio de los 70 años de la reina Isabel II.
«“Que disfuncionalidad”, dijo a Clarín la fuente que conoce a ambas. «Han puesto la existencia misma de la monarquía en riesgo. Nadie avizora un futuro. Esto es lo que siempre decía el duque de Edimburgo cuando criticaba a Camilla y Charles».
Tom Bower, el especialista en la realeza, contó que la crisis mayor surgió en la crisis de la coronación de Carlos III, en la lista de de invitados. Camilla consiguió más nombres que Kate y ella se enfureció. Los dejó esperando en la puerta de la abadía de Westminster, con todos los invitados adentro. Llegó tarde y debían entrar ellos antes que el rey.
Después, la princesa de Gales decidió no hacer la reverencia a la reina y sigue sin hacerla. El príncipe William defendió a su esposa. Ellos manejan su propia comunicación. Camilla decidió abandonar el trabajo real y sus actividades, con el argumento de que está cansada. La mayor parte del tiempo lo pasan en Escocia junto a Carlos, salvo algunas funciones que ella cumple.
El encuentro entre Camilla y Kate
La crisis entre Kate y Camilla, Harry, Meghan, William y su padre tiene implicancias para la estabilidad y negativa percepción de la familia real. La reina Camilla decidió a visitar a Kate cuando ella estaba enferma, en pleno tratamiento del cáncer. No fue una visita de cortesía.
Agravó la situación. Le sugirió a Kate que debía tomar más responsabilidades, cuando la princesa de Gales había anunciado que se retiraba para tratar su enfermedad. La visita enfureció a la futura reina y a William, su marido.
Camilla se retiró de las actividades reales, cargó el trabajo en los duques de Edimburgo, en el anciano duque de Kent. La princesa Royal, la más trabajadora de los Windsor, se recupera de una patada de caballo en la cabeza y no es con Camilla con quien tiene una buena relación.
Harry decidió no visitar más a su padre enfermo a causa de Camilla. Pasa por Londres y sigue viaje, sin contacto con la familia real. El arzobispo de Canterbury y los lideres religiosos británicos han sugerido al soberano que debe reconciliarse con su hijo Harry, por estar quinto en la línea de sucesión después de los chicos del príncipe William, por la estabilidad e imagen de la monarquía y su stress.
Detrás de los pesados cortinados de los palacios reales británicos hay una tensión emocional enorme entre la familia real. Nadie sabe cómo afectará a la funcionalidad de la monarquía el peso de estos conflictos interfamiliares.
El vínculo entre Camilla y Carlos está deteriorado. Todas las grandes actividades royals han quedado a cargo de príncipe William, cuando surgen rumores de una separación entre el debilitado rey Carlos y la exasperada Camilla, bajo el escrutinio de sus súbditos. En ese contexto podría reaparecer el príncipe Harry como Royal, solo para ayudar a su padre y a Kate. Pero ese será otro capítulo.