La ciudad de Magdeburgo, en el este de Alemania, escenario el viernes de un ataque brutal contra un mercado de Navidad repleto de personas, vivió un día de duelo marcado por interrogantes aún por resolver.
Un día después de que un médico de origen saudita lanzara su auto contra la multitud y dejara al menos cinco muertos -entre ellos un chico de 9 años- y casi 200 heridos, el dolor se mezclaba con el miedo y las dudas sobre los motivos que pueden haber impulsado al atacante, quien fue detenido de inmediato y estaba siendo interrogado por la policía.
«Todo nuestro país está de luto con Magdeburgo», declaró canciller Olaf Scholz en la visita que realizó a la ciudad que vivió lo que el jefe del gobierno alemán llamó crimen «horrible» y «brutal».
El ataque conmocionó en Alemania en un momento de ebullición política, cuando el país se encamina a unas elecciones generales anticipadas en febrero, tras un revés para Scholz en el Parlamento. Las encuestas auguran un avance de los conservadores y de la extrema derecha anti inmigrantes.
En su conferencia de prensa lo acompañó Reiner Haseloff, el primer ministro de Sajonia-Anhalt, el estado federado donde se encuentra la ciudad atacada el viernes poco después de las 7 de la tarde, cuando el mercado estaba repleto de visitantes que seguían la tradición de hacer compras navideñas y comer platos típicos como salchichas con chucrut.
Ambos prometieron hacer todo lo necesario para investigar lo ocurrido y aplicar todo el peso de la ley al responsable en una jornada en la que se llenaron de flores en honor a las víctimas varios puntos de la ciudad y cuya catedral organizó un acto religioso en favor de la «unidad» de los ciudadanos en «tiempos difíciles», según la alcaldía local.
«Tenemos que entender al delincuente, sus acciones y sus motivos con precisión para luego responder con el derecho penal y otras consecuencias necesarias, y lo haremos», afirmó Scholz al aludir a algunos de los muchos interrogantes que aún rodean las circunstancias del ataque, cuyo responsable fue detenido tras el atropello múltiple que desoló el mercado navideño.
Según el perfil que han trazado los medios de comunicación del autor del ataque transcurridas las primeras 24 horas, se trata de un psiquiatra identificado como «Taleb A.», un hombre que había abandonado la fe musulmana, defendido los derechos humanos de las mujeres sauditas y había, en redes sociales, acusado a Alemania de difundir el Islam en Europa.
En una entrevista al diario Frankfurter Allgemeine Zeitung realizada en 2019 se había definido como el «más agresivo de los críticos del Islam de la historia».
En redes, también había manifestado simpatía por el partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD) y lanzado críticas a la ex canciller Angela Merkel, a la que acusó de tener un plan para islamizar Europa.
Las autoridades responsables de la investigación en Magdeburgo eludieron entrar en detalles sobre la motivación del ataque, al que, sin embargo, sí llamaron «atentado», según el término empleado por Horst Nopens, fiscal de la ciudad germana.
Interrogantes sobre los motivos
«Hablamos de un atentado, si ha sido un atentado terrorista no lo sabemos todavía», dijo Nopens en una rueda de prensa sobre un ataque cuyo último balance, según las autoridades, incluye cinco muertos -cuatro adultos y un niño de nueve años- además de 200 heridos, entre ellos 41 de ellos de gravedad.
«Debemos valorar dispositivos de almacenamiento de datos, ordenadores, dispositivos móviles y, al final, sabremos o esperamos saber qué lo motivó», señaló Nopens, acompañado por Tom Oliver Langhans, director de la Comisaría de Policía de Magdeburgo, y Ronni Krug, responsable del Ayuntamiento de la ciudad.
Otra de las circunstancias por aclarar es cómo pudo un vehículo como el que conducía «Taleb A.» entrar en el espacio del mercado navideño cuando estas instalaciones suelen disponer de medidas de seguridad en Alemania después de que, en la Navidad de 2016, un camión embistiera un mercadillo de Berlín en un atentado reivindicado por el Estado Islámico.
Un ataque imprevisible
Según Krug, el responsable de la Alcaldía de Magdeburgo, las autoridades no podían prever un ataque como el del viernes, pese a que habían organizado un sistema de seguridad valorado por las instituciones policiales y de orden público de la ciudad.
Tras el ataque del viernes, varios mercadillos alemanes, como los de la ciudad sajona de Leipzig, los de Halle -urbe también situada en Sajonia-Anhalt- o los de Berlín intensificaron sus medidas de seguridad.
El del centro de Magdeburgo, sin embargo, permanecerá cerrado durante todas las fiestas y este sábado seguía acordonado pues la investigación de las autoridades continúa.