En nuevo desafío a la comunidad internacional, Irán anunció que instalará nuevas máquinas centrifugadoras avanzadas que le permitirán alcanzar muy pronto el poder nuclear, tras la decisión en su contra de la Agencia Internacional de Energía Atómica que, dirige el argentino Rafael Grossi, que critica a Teherán por falta de cooperación en materia nuclear.
El régimen de Teherán ha logrado avances importantes al conseguir en muchas de las centrifugadoras que posee en sus sitios nucleares, casi todos bajo tierra, un 60% de enriquecimiento de pureza del uranio.
Para al nivel de los explosivos atómicos hace falta el 90%. Algunos cálculos señalan que Irán posee ya algunos artefactos prohibidos. Las nuevas centrifugadores avanzadas “mueven el gas de uranio para enriquecerlas más rápidamente», indica la agencia AP.
Irán es el líder de una alianza que está combatiendo en una guerra de vastas dimensiones a Israel en Oriente Medio y que integran grupos palestinos, el Hezbollah libanés, los hutíes del Yemen y potentes grupos en Siria y en Irak.
La condena a la República Islámica “por falta de cooperación en materia nuclear” fue presentada por Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y Alemania en la reunión de la Junta de la OMI en Viena y contó on el apoyo de 19 países de los 35 representados, informó la agencia AFP.
China, Rusia y Burkina Faso sufragaron en contra y hubo 12 abstenciones.
El representante iraní criticó “el voto motivado políticamente”.
Las centrifugadoras enriquecen uranio trasformado hasta alcanzar un aumento de la materia fisible del Uranio 235 al 90%.
Irán anunció que tomará medidas recíprocas como respuesta y el director de la Organización de Energía Atómica del país persa calificó como “destructiva, beligerante e injustificada”. la medida aprobada con el respaldo norteamericano, informó la agencia EFE.
«El jefe de la Organización de la Energía Atómica de Irán emitió una orden para tomar medidas efectivas, entre ellas el lanzamiento de una serie significativa de nuevas centrifugadoras avanzadas de varios tipos», señaló un comunicado conjunto de este organismo y el Ministerio de Relaciones Exteriores iraní.
La resolución que indignó a Teherán
El texto validado el jueves en Viena, de carácter simbólico por el momento, recuerda a Irán sus «obligaciones legales» en virtud del Tratado de No Proliferación (TNP), ratificado en 1970.
Los países promotores de esta medida denuncian que Irán está acumulando importantes cantidades de uranio altamente enriquecido con el que podría desarrollar un arma nuclear.
La resolución afirma que «es esencial y urgente» que Irán dé «respuestas técnicas creíbles» sobre la presencia de restos de uranio inexplicados en dos sitios no declarados, escriben los autores del texto.
Los países occidentales también reclaman «un informe completo» de la AIEA para la primavera boreal de 2025.
Irán defiende el derecho a la energía nuclear con fines civiles, pero niega tajantemente que busque desarrollar el arma atómica, aunque su programa nuclear no hace más que crecer.
El TNP obliga a los Estados signatarios a declarar y poner sus materias nucleares bajo el control del OIEA.
La República Islámica lamentó que no se haya fomentado el clima constructivo creado durante la visita la semana pasada del director de la Agencia Internacional, el argentino Rafael Grossi. Pero dijo que Irán mantendrá su cooperación técnica con la AIEA.
La Agencia informó el martes a sus Estados miembros de que Irán ralentizó ligeramente su producción de uranio al 60% de pureza, cercano al uso militar del 90%, pero acumula ya 182,3 kilos.
El problema preocupa en particular a Israel que trata de impedir que Irán, su principal adversario en la guerra actual en Oriente Medio, se convierta en un Estado con pleno uso de armamentos nucleares.
El presidente Masud Pezeshkian afirmó querer despejar “dudas y ambigüedades» sobre el proceso nuclear de su país. Dijo que dio muestras de “buena voluntad” al invitar la semana pasada al jefe de la AIEA, a visitar las plantas nucleares de Natanz y Fordo, ubicadas en el centro del país.