Tras un verano de conmociones históricas, el camino a la presidencia tanto para Kamala Harris como para Donald Trump este otoño se está tornando mucho más claro.
La vicepresidenta demócrata y el ex presidente republicano dedicarán casi todo el tiempo y los recursos que les quedan a sólo siete estados.
Gastarán cientos de millones de dólares en apelar a votantes que, en muchos casos, recién empiezan a prestar atención a las elecciones. Y sus equipos de campaña tratarán de centrar sus mensajes en tres temas conocidos -la economía, la inmigración y el aborto-, incluso en medio de acalorados debates sobre el carácter, la cultura y la democracia.
Los candidatos debatirán dentro de una semana en su primer encuentro. El principal estado indeciso del país, Pensilvania, comienza la votación en ausencia en persona la semana siguiente. A fin de mes, el voto anticipado estará en marcha en al menos cuatro estados, a los que seguirá una docena más a mediados de octubre.
En sólo 63 días se emitirán los votos definitivos para decidir cuál de ellos dirigirá la nación más poderosa del mundo.
Al menos en privado, ambos bandos reconocen que la victoria no es algo seguro al comenzar la carrera de ocho semanas hasta el día de las elecciones. Harris y Trump están empatados en la mayoría de las encuestas nacionales que se realizaron desde que el presidente Joe Biden puso fin a su campaña por la reelección.
La campaña de Harris el fin de semana emitió un comunicado en el que se presentaba como un equipo que tenía pocas posibilidades de ganar la contienda.
Batalla reñida
“No hay un escenario fácil”, dijo David Plouffe, asesor principal de Harris, en una entrevista. “El camino para derrotar a Donald Trump, el camino hacia los 270 votos electorales para Kamala Harris, es extremadamente difícil, pero factible. Y eso es una realidad”.
Trump, por su parte, rechaza cualquier indicador que sugiera que Harris lleva ventaja, incluso cuando arremete contra ella en términos profundamente personales y a veces apocalípticos, declarando que “nuestro país está acabado” si ella gana.
“Cuando pasemos el Día del Trabajo (que se celebró este lunes), llegaremos realmente al momento en que los votantes empiecen a endurecer sus opiniones”, dijo James Blair, director político de la campaña de Trump.
“Nos sentimos bastante bien con cómo está todo. Nos sentimos con energía. Nuestra gente está llena de energía. Pero sin duda queda mucho trabajo por hacer”, agregó.
Estados clave
Hace poco más de un mes, los aliados de Trump insinuaron que estados de tendencia demócrata como Minnesota, Virginia o incluso Nueva Jersey podrían estar en juego. Ninguno de los dos bandos cree que esto siga siendo así luego del fin de semana del Día del Trabajo.
Al reemplazar a Biden como candidato del partido, Harris insufló nueva vida a las perspectivas políticas de los demócratas, especialmente en los estados del Cinturón del Sol: Arizona, Georgia, Nevada y Carolina del Norte. Los cuatro cuentan con un importante número de afroamericanos y latinos, tradicionalmente demócratas, que en el plano nacional no apoyaban a Biden, pero que parecen haber vuelto al redil para apoyar a Harris.
El senador por Carolina del Sur Lindsey Graham fue uno de los altos funcionarios del Partido Republicano que negoció la paz entre Trump y el gobernador de Georgia Brian Kemp, cuya disputa amenazaba con socavar los esfuerzos republicanos en ese estado. Graham dijo a The Associated Press que estaba preocupado por el giro a la izquierda de Georgia.
“Trump estaba 5 o 6 puntos arriba, y en el transcurso de un mes todo se ha vuelto mucho más competitivo”, dijo.
El encuestador republicano Paul Schumaker, asesor del senador de Carolina del Norte Thom Tillis, dijo que incluso un ligero repunte en el voto negro podría dar a Harris la ventaja en Carolina del Norte, haciendo referencia al condado de Mecklenberg, sede del área metropolitana de Charlotte, pero también a condados de rápido crecimiento como Durham y Wake.
“Si Kamala Harris consiguiera que fueran a las urnas al mismo ritmo que los republicanos en las zonas rurales de Carolina del Norte, se acabaría el partido para los republicanos”, dijo Schumaker refiriéndose a los votantes negros.
Al mismo tiempo, Trump sigue decididamente a la ofensiva en los campos de batalla del Medio Oeste de Michigan, Pensilvania y Wisconsin, que forman el llamado “muro azul” demócrata que él ganó por poco en 2016 y perdió por escasa diferencia en 2020.
Esos siete estados -además de los distritos indecisos de Nebraska y Maine que otorgan cada uno un solo voto al Colegio Electoral- atraerán prácticamente toda la atención y los recursos de los candidatos durante las próximas ocho semanas.
Trump invertirá más dinero en publicidad en Pensilvania que en cualquier otro estado hasta el día de las elecciones.
Una victoria de Trump en Pensilvania haría mucho más difícil que Harris obtuviera los 270 votos electorales necesarios para ganar la presidencia. El equipo de Harris insiste en que tiene múltiples caminos hacia la victoria.
Millones de dólares para la TV
En la pelea por presentar la elección en la TV y llegar a los votantes en persona, los demócratas tienen actualmente una ventaja decisiva.
En los próximos dos meses, el equipo de Harris gastará 2 a 1 más que el de Trump en publicidad televisiva. E incluso antes de que Biden diera paso a Harris, los demócratas contaban con una infraestructura de campaña superior en los estados que más importan.
El equipo de Harris, que incluye su personal de campaña y un super PAC aliado, tiene más de 280 millones de dólares en reservas para televisión y radio para el periodo entre el martes y el día de las elecciones, según la firma de seguimiento de medios AdImpact. El equipo de Trump, por el contrario, tiene 133 millones de dólares reservados para la recta final, aunque se espera que esa cifra aumente.
De hecho, el equipo de Trump está gastando más que el de Harris en radiodifusión en Pensilvania, donde ambas partes gastarán más de 146 millones de dólares entre el martes y el día de las elecciones, según AdImpact, cifra muy superior a la de cualquier otro estado. En Georgia se gastarán casi 80 millones de dólares en avisos durante las últimas ocho semanas de campaña.
Pero en los otros cinco estados disputados, Harris tiene la radiodifusión en gran medida para sí misma… al menos por ahora.
Hasta la fecha, Trump y sus super PAC aliados sólo han hecho reservas marginales de avisos en Michigan, Arizona, Wisconsin, Carolina del Norte y Nevada. El equipo de Harris, en comparación, invertirá no menos de 21 millones de dólares en cada uno de los cinco estados, según un análisis de AdImpact.
El equipo de Harris también cuenta con más de 300 oficinas coordinadas y 2.000 empleados en el terreno en los estados indecisos, según el memo del fin de semana de su personal de campaña.
Blair, director político de la campaña de Trump, niega que los demócratas tengan una ventaja organizativa tan grande como parecen indicar esas cifras. Señaló que los aliados externos que participan de la campaña del republicano están bien financiados, incluida una nueva iniciativa respaldada por el multimillonario Elon Musk.
El equipo de campaña de Trump dijo el martes que también tiene más de 100 oficinas de campaña dedicadas en estados clave, que están respaldadas por otras 200 oficinas existentes del Partido Republicano asignadas exclusivamente a las victorias republicanas este otoño.
Qué dicen las encuestas
Ambos candidatos están inmersos en una reñida contienda en los siete principales estados indecisos. El encuestador demócrata John Anzalone dijo que Harris “puso a los demócratas de nuevo en carrera hasta el punto de que esto es una especie de cara o cruz”.
Pero ahora viene la parte difícil, dijo Anzalone.
“Después del Día del Trabajo, cuando suene la campana, habrá una batalla por un reducido universo de… pueden llamarlos como quieran: votantes de convicción, votantes indecisos, votantes independientes. Es bastante pequeño, y ahí es donde cada bando recibe mil millones de dólares”, señaló el encuestador.
Muchos independientes parecen considerar que ambos candidatos son poco satisfactorios, según una encuesta de AP-NORC realizada en agosto.
Por ahora, Harris también tiene una leve ventaja en algunos rasgos clave entre los independientes, mientras que ella y Trump están casi empatados en otros.
Por ejemplo, aproximadamente 3 de cada 10 independientes dicen que “honesta” describe mejor a Harris, mientras que aproximadamente 2 de cada 10 dicen que describe mejor a Trump. Aproximadamente 3 de cada 10 también dicen que “comprometida con la democracia” describe mejor a Harris, mientras que menos de 2 de cada 10 dicen que describe mejor a Trump.
Los candidatos tenían casi la misma probabilidad de ser percibidos por los independientes como capaces de ganar las elecciones, capaces de manejar una crisis y “preocupados por la gente como ustedes”.
¿Quién es el “candidato del cambio”?
La competencia podría decidirse en última instancia por el candidato que consiga presentarse con más éxito como el “candidato del cambio”, dado que alrededor de 7 de cada 10 votantes dicen que el país marcha en la dirección equivocada, según una encuesta de AP-NORC realizada a fines de julio después de que Biden se retirara de la contienda.
Trump fue el rostro del cambio cuando ganó las elecciones de 2016. E incluso después de ocupar la Casa Blanca durante cuatro años, sigue entusiasmando a millones de votantes frustrados que adhieren a su estilo de liderazgo descarado y su negativa a seguir las reglas tradicionales de la política.
Harris es la vicepresidenta de Biden desde hace casi cuatro años, pero el carácter histórico de su candidatura -sería la primera mujer presidenta- le permite argumentar de forma convincente que representa una nueva dirección para el país, dijo el veterano estratega demócrata James Carville.
Sin embargo, le preocupan los “malos resultados” de su partido en los estados del llamado “muro azul” en las últimas elecciones.
“Me sentiré bien después de las elecciones”, dijo Carville. “Hagamos todo lo que hay que hacer. Todavía hay mucho trabajo por hacer”.
Fuente: The Associated Press
Traducción: Elisa Carnelli