Cuando el invierno y la nieve llegaron con fuerza a Gran Bretaña, más de 20.000 de agricultores y ganaderos británicos, con sus tractores, maquinarias y arados, avanzaron hoy hacia Whitehall y Downing St, sedes del gobierno en Londres, para protestar contra un impuesto que significará “el fin” para muchas de las pequeñas granjas.
Es el impuesto a la herencia, que el gobierno laborista extendió al 40%. Estaba dirigido a los latifundistas pero afecta a todos los agricultores y no podrán pagarlo. Le exigen al gobierno que lo modifiquen.
Los agricultores han conseguido el apoyo número 1: el de Jeremy Clarkson, periodista, experto en automovilismo convertido en “Farmer” y con la más exitosa serie de Netflix sobre sus desventuras aprendiendo a serlo. Refleja en sus sus series la dura vida de los granjeros en Gran Bretaña, la enorme inversión y la escasa ganancia. Se ha transformado en su héroe y está frente a Downing St con un cartel que dice: «Por favor, retrocedan”. Es su mensaje al gobierno.
Jeremy Clarkson dijo que la chancellor de las finanzas, Rachel Reeves, ha usado un “trabuco” para atacar a los agricultores. Le dijo a la agencia de noticias PA: “Si hubieran querido matar a gente como James Dyson y banqueros de inversión, etc., habrían usado un rifle de francotirador. Pero han usado un trabuco y han atacado a todos estos”.
Pocas veces se han visto en Whitehall tantos chaquetas verdes Barbour, gorras de tweed, botas de goma sucias y familias de agricultores, con sus hijos en la espalda. La oposición es familiar y se sumaron sus empleados. Hay abuelos, hijos y nietos marchando bajo la lluvia. Es un problema de supervivencia, más que de herencia.
“Sin agricultura, no hay futuro”, ”Sin granjeros, no hay comida”, “Salvemos nuestras granjas” dicen los carteles. Un chico llevaba su pancarta: “Déjame cultivar, como mi papá”. Coliflores, zanahorias, repollitos de flores eran exhibidos por los agricultores. Las cajas van a ser donadas a un banco de alimentos.
Cómo tapar el «agujero negro» fiscal
El gobierno tiene que “tapar el agujero negro” en las finanzas públicas. De lo contrario “no podemos arreglar los servicios públicos”, dijo Steeve Reed, secretario de medio ambiente. “Es justo que hayamos tenido que pedir a los terratenientes más ricos y a las granjas más grandes que paguen su parte justa”, agregó, antes de reiterar que la “gran mayoría” de las granjas no se verán afectadas.
“El Instituto de Estudios Fiscales y la Oficina de Responsabilidad Presupuestaria respaldan la afirmación del gobierno de que no se verán afectadas más de 500 granjas”, dijo.
Los granjeros no están de acuerdo. No les alcanza la productividad para pagar el impuesto y deberán vender sus tierras y no transferirlas a sus hijos sin impuesto, como sucedía antes.
El presidente de la NFU recibió una ovación de pie, después de calificar los planes del gobierno sobre el impuesto a la herencia como una “traición” a los agricultores, que fue “la gota que colmó el vaso”.
Tom Bradshaw dijo a sus miembros: “Lanzar una política tan destructiva sin hablar con nadie en la agricultura desafía la imaginación”.
Después de detallar las escandalosas presiones inflacionarias sobre los agricultores y el terrible clima de crecimiento de los últimos 18 meses, continuó: “Ustedes en esta sala no tienen nada más que dar. Es un error en todos los niveles y, lo que es igual de malo, no logrará lo que el Tesoro quiere lograr”.
El gobierno espera atrapar a las personas ricas que invierten en grandes propiedades para reducir las facturas de impuestos a la herencia, con el objetivo de recaudar 520 millones de libras al año para 2029.
«Esto es sólo el comienzo»
El presidente de la Unión Nacional de Granjeros (NFU) advirtió que “esto es solo el comienzo”. Y remarcó: “Los necesitaremos durante días, semanas y tal vez meses”.
Los agricultores podrían luchar durante meses. Los productores rurales “no se cansarán y los ministros no pueden simplemente esperar a que esto pase”, dijo el líder de la organización.
“En cada circunscripción llevaremos la lucha a nuestros diputados. Y si no se dan cuenta de eso, no conocen la sensación de traición que hay en esta industria agrícola”, continuó.
Los agricultores han advertido de una posible huelga si es necesario, que dejaría a las ciudades sin alimentos.
Richard Wainwright, de 58 años, de Halifax, West Yorkshire, cuyo abuelo comenzó a cultivar con algunas vacas y entregó leche a la zona circundante, dijo a la agencia de noticias PA: “Estamos hablando de una posible huelga. Espero que no llegue a eso porque eso afectará gravemente a la cadena alimentaria”.
Explicó que el impacto del nuevo impuesto será “como si tuviera que volver a comprar mi propia granja”.
“Posiblemente tendremos que vender una participación del 20 por ciento de las tierras agrícolas para poder cubrir la factura fiscal”, dijo.“Para nosotros, son alrededor de 600.000 libras lo que vamos a tener que pagar” explicó.
Apoyo de los conservadores
Los ex primeros ministros Boris Johnson y Liz Truss han expresado su apoyo a los agricultores.
Johnson calificó los cambios en el impuesto a la herencia como “el demente impuesto a las granjas familiares del Partido Laborista”. En una publicación en X, dijo: “Deberíamos hacer más para defender la comida británica y mantener a nuestros agricultores en la tierra. En cambio, Reeves está golpeando a la agricultura británica con un impuesto que es rencoroso, punitivo y económicamente desastroso. Terminemos con él ahora”.
La ex primera ministra Truss dijo que “el estilo de vida británico está amenazado”.“La amenaza de gravar a las granjas familiares hasta que desaparezcan”, agregó. “La priorización del cero neto sobre la producción de alimentos debe terminar. Este ataque socialista a la propiedad debe detenerse”, afirmó.
Este martes se ha hablado mucho sobre los planes del Partido Laborista de cambiar la política del impuesto a las sucesiones para los agricultores. El primer ministro Sir Keir Starmer está en Rio de Janeiro en el G20 y no esperaba esta resistencia, que no se va a frenar. Para los agricultores británicos es un problema de sobrevivencia.