Los rebeldes, que entraron en la capital durante el fin de semana y derrocaron al presidente Bashar Assad, nombraron este lunes un nuevo primer ministro, mientras el premier saliente informó que el gobierno seguía en funciones y que deseaba una transición ordenada y rápida con los milicianos.
La alianza rebelde que ahora controla gran parte del país, liderada por el exmiliciano de Al Qaeda que rompió lazos con el grupo extremista hace años, Abu Muhammad Jolani, ha prometido un gobierno representativo y tolerancia religiosa. Ya adelantaron que no dirían a las mujeres cómo vestirse.
Muhammad Bashir será el jefe del gobierno de transición en Siria y no el ex primer ministro sirio exiliado Riad Hijab o el actual primer ministro Muhammad Jalali.
Así lo informó el canal Al Jazeera TV en la capital Damasco, según el cual Muhammad Bashir es el primer ministro del «gobierno de salvación», que desde hace años administra las zonas bajo el control de Hayat Tahrir ash Sham (HTS), dirigido por Al Jolani, en el noroeste de Siria.
La elección de Muhammad Bashir habría sido impuesta, según la televisión, por el propio Jolani.
Damasco busca volver a la normalidad
Damasco estaba tranquila el lunes y la vida volvía lentamente a la normalidad, aunque la mayoría de las tiendas e instituciones públicas seguían cerradas. Algunas personas todavía celebraban en las plazas públicas. El tráfico civil se reanudó, pero no había transporte público, de modo que algunos hacían dedo para moverse. Se formaron largas filas frente a panaderías y otras tiendas de alimentos.
La escasez de pan y productos básicos en Damasco por la suspensión de servicios ante el caos producido tras la toma de control este domingo, de la capital siria por una coalición insurgente ha hecho que las ONG se pongan manos a la obra, como ‘Violet’, que ya empieza a distribuir ayuda urgente en el área capitalina.
«Los equipos de Violet llegaron a Damasco con el principal objetivo de inaugurar su oficina en la capital y empezar a brindar ayuda a la gente», señala Fuad Sayed Isa, director de esta ONG, desde la capital siria.
Esta ayuda, sobre todo, es «pan y otros productos alimentarios básicos por el cierre de varias panaderías y comercios durante esos momentos, y debido a las necesidades en la ciudad», afirma, junto a un grupo de vehículos de la organización, como ambulancias, que han llegado desde el norte pasando por las ciudades de Hama y Homs.
Esta ayuda comienza a distribuirse en un momento de confusión en la capital, donde también escasea el combustible, y la gente espera a ver cómo es la nueva vida con los insurgentes que han tomado la ciudad, además de un toque de queda impuesto que comienza desde las 16.00 y dura hasta las 5.00 hora local,
No había un gran despliegue de seguridad, y los reporteros de Associated Press vieron algunas camionetas al lado de un bulevar principal que parecían haber sido forzadas, con las ventanas rotas y las puertas abiertas.
En algunas áreas había pequeños grupos de hombres armados estacionados en las calles. Un video que circulaba en línea mostraba a un hombre con uniforme militar sosteniendo un rifle intentando tranquilizar a los residentes del barrio de Mezzeh en Damasco asegurando que no serían lastimados.
“No tenemos nada en contra de ustedes, ni alauíes, ni cristianos, ni shiítas, ni drusos, pero todos deben comportarse bien, y nadie debe intentar atacarnos”, dijo el hombre armado.
El primer ministro dice que el gobierno sigue operativo
El primer ministro, Mohammed Ghazi Jalali, quien permaneció en su cargo después de que Assad y la mayoría de sus principales funcionarios desaparecieran durante el fin de semana, ha intentado transmitir un mensaje de normalidad.
“Estamos trabajando para que el período de transición sea rápido y sin problemas”, dijo a Sky News Arabia TV el lunes, diciendo que la situación de seguridad ya había mejorado desde el día anterior, cuando multitudes entusiastas se reunieron en plazas públicas y disparos de celebración resonaron en la capital.
Dijo que el gobierno estaba coordinando con los insurgentes y que estaba listo para reunirse con el líder rebelde Ahmad al Sharaa, anteriormente conocido como Abu Mohammed al Jolani, quien hizo una aparición triunfal en una famosa mezquita de Damasco el domingo.
Los sirios que hace solo unos días trabajaban en todos los niveles de la burocracia en el gobierno de Assad se adaptaban ahora a la nueva realidad.
En el tribunal de Justicia en Damasco, que fue asaltado por los rebeldes para liberar a los detenidos, Khitam Haddad, juez y ayudante del ministro de Justicia en el gobierno saliente, dijo el domingo que los jueces estaban listos para reanudar el trabajo rápidamente.
“Queremos dar a todos sus derechos. No queremos que sus derechos se pierdan”, dijo Haddad a AP ante el tribunal. “Queremos construir una nueva Siria y mantener el trabajo pero con nuevos métodos”.
Los rebeldes dijeron que garantizarían las libertades personales y que no impondrían el vestido islámico a las mujeres. “Está estrictamente prohibido interferir con el vestido de las mujeres o imponer cualquier exigencia relacionada con su ropa o apariencia, incluidas exigencias de modestia”, dijo el Comando General en un comunicado en redes sociales.
Por su parte, un grupo opositor que monitorea la guerra dijo que un destacado colaborador del hermano de Assad, Maher, fue encontrado muerto en su oficina cerca de Damasco. Un video que circuló en redes sociales supuestamente mostraba al general de división Ali Mahmoud cubierto de sangre y con la ropa quemada. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, con sede en Reino Unido, dijo que no estaba claro si fue asesinado o murió por suicidio.
Maher Assad, cuyo paradero se desconoce, lideró la Cuarta División Blindada del ejército, que jugó un papel importante en la guerra civil que estalló en 2011, después de que un levantamiento popular contra Assad llevara a una represión violenta de la disidencia y a la aparición de una insurgencia.
Israel atacó lugares sospechosos de contener armas químicas y cohetes de largo alcance en Siria para evitar que caigan en manos de actores hostiles. Israel también se apoderó temporalmente de una zona de separación dentro de Siria tras la retirada de las tropas sirias.
En el norte de Siria, Turquía dijo que las fuerzas de oposición aliadas arrebataron la ciudad de Manbij a las fuerzas lideradas por kurdos respaldadas por Estados Unidos, un recordatorio de que incluso después de la partida de Assad a Rusia, el país sigue dividido entre grupos armados que han luchado en el pasado.
Escenarios posibles
¿Qué puede ocurrir ahora en Siria, un país aún dividio?
Tres hipótesis surgen con mayor frecuencia: el de un escenario tipo «libanés» o el de una transición ordenada bajo los auspicios de la ONU. O, acaso, el riesgo de un escenario «libio», la perspectiva más caótica.
– Escenario libanés:
La primera hipótesis considera que Siria sigue un modelo similar al Líbano, con un frágil equilibrio entre comunidades religiosas y étnicas. Desde esta perspectiva, las potencias extranjeras (Estados Unidos, Turquía, Rusia, Israel) mantendrían una influencia directa en el país a través de aliados locales, estableciendo una división informal del poder.
El Estado formalmente unitario seguiría siendo poco más que una cáscara vacía, con los líderes locales administrando sus propios feudos.
Cada grupo alimentaría el amiguismo y la corrupción, asegurando así la influencia de sus patrocinadores extranjeros.
Si bien este escenario parece ofrecer una apariencia de estabilidad, conllevaría el riesgo de una parálisis política crónica. Al igual que en el Líbano, las tensiones entre comunidades correrían el riesgo de estallar periódicamente, mientras que la población seguiría padeciendo servicios públicos deficientes y estancamiento económico.
– Transición ordenada:
El camino de la resolución 2254 de 2015 de la ONU ofrece una base para el escenario más deseable por la comunidad internacional.
El camino implica un proceso teórico claro pero complejo de aplicar: el mantenimiento de las instituciones del Estado -distintas del régimen-, incluidas las fuerzas armadas regulares y la administración civil, y un proceso político supervisado por actores internacionales.
Un comité constitucional, que represente a todos los componentes políticos, étnicos y religiosos, sería responsable de redactar una nueva constitución. Este proceso incluiría también a los kurdos, actualmente marginados en las regiones nororientales controladas por Estados Unidos. Una vez completada esta fase, nuevas elecciones garantizarían la participación de todas las fuerzas políticas, desde partidos históricos como el Baath hasta nuevos movimientos, incluidos los islamistas radicales.
– El espectro libio:
Emerge como el peor para Siria, que seguiría siendo un país rehén de innumerables señores de la guerra, fuerzas extranjeras y grupos extremistas, todos involucrados en una competencia violenta por el control de los recursos y el poder.
La población seguiría viviendo en la incertidumbre y la pobreza. Con una crisis económica cada vez más extendida, los sirios desplazados (alrededor de 13 millones, incluidos refugiados en el extranjero y desplazados internos) verían disminuir aún más cualquier esperanza de regresar. Este escenario, caracterizado por la ausencia de un Estado central que funcione, dejaría a Siria en el limbo durante años.
Pero permitiría que las potencias externas -principalmente Estados Unidos, Turquía e Irán, que hoy se benefician del colapso de rusos e iraníes- siguieran siendo dominantes en la región.
Con información de ANSA , AP y EFE