Casi no pasa un día sin que se publique una historia sobre cuántos estadounidenses árabes y musulmanes o judíos planean emitir su voto en esta elección presidencial en función de su malestar por la guerra en la Franja de Gaza o su propagación a los campus universitarios estadounidenses.
Si usted está en esa categoría, entonces sólo hay una candidata por la que votar: Kamala Harris.
Comprendo totalmente la angustia que recorre estas dos comunidades.
Los estadounidenses árabes y musulmanes con amigos y familiares en Gaza, Líbano o Cisjordania se preocupan todos los días por la muerte o las heridas de sus seres queridos con armas fabricadas en Estados Unidos que fueron transferidas a Israel.
Los estadounidenses judíos han tenido que preocuparse todos los días por la exposición de sus hijos al antisionismo de izquierda en los campus universitarios estadounidenses.
Eso a menudo se traduce en antisemitismo, que los desafortunados administradores universitarios a menudo han hecho muy poco por prevenir y que demasiados miembros del profesorado adoptan sin pensar.
Entiendo las preocupaciones de ambos y me llevan a dar dos consejos:
primero, independientemente de lo que piensen sobre la guerra o lo que está sucediendo en los campus universitarios, voten por el candidato que sea mejor para el futuro de Estados Unidos en su conjunto.
El ex presidente de Estados Unidos Barack Obama asiste a un mitin de la candidata presidencial demócrata Kamala Harris en Atlanta, Georgia, Estados Unidos, el 24 de octubre de 2024. REUTERS/Megan VarnerY entre Donald Trump y Harris, esa es, sin lugar a dudas, Harris.
Todo el enfoque de Trump en política consiste en ganar votos creando miedo al otro, dividiéndonos entre los estadounidenses leales y los enemigos internos, y menospreciando a nuestros aliados.
Tenemos grandes y difíciles cosas que hacer como nación.
Las grandes y difíciles cosas solo se pueden hacer juntos, y unir a los estadounidenses y a Estados Unidos y sus aliados no es algo que Trump priorice en su país ni practique en el extranjero.
Harris lo hace, y lo hará.
si se quiere la paz en Oriente Medio o la paz en los campus universitarios en lo que respecta a las cuestiones de Oriente Medio, sólo se conseguirá mediante un presidente comprometido con exactamente lo que Harris defendió en su asamblea pública de la CNN el miércoles por la noche:
“Traer a los rehenes a casa, llevar alivio al pueblo palestino y trabajar por una solución de dos Estados, donde Israel y los palestinos, en igual medida, tengan seguridad”.
La candidata demócrata a la presidencia, la vicepresidenta Kamala Harris, habla durante un acto de campaña en Riverside Park en Grand Rapids, Michigan, el 18 de octubre de 2024. (AP Photo/Jacquelyn Martin, Archivo)Misión
Este es el único objetivo del secretario de Estado del presidente Joe Biden, Antony Blinken, en su actual viaje a Oriente Medio.
En cuanto a Trump, uno de sus mayores donantes es Miriam Adelson, la viuda israelí-estadounidense de Sheldon Adelson, que, según se informa, ha contribuido con 100 millones de dólares a la campaña de Trump.
Ella y su marido crearon un periódico de donaciones en Israel con el fin de apoyar al gobierno de extrema derecha de Benjamin Netanyahu, que se opone a cualquier solución de dos Estados.
Cuando a Trump le preguntaron en una entrevista de la revista Time sobre una solución de dos Estados, dijo que alguna vez creyó en ella, pero que Sheldon Adelson le dijo que era imposible.
Me estremezco al pensar en un presidente cuyas opiniones sobre Oriente Medio están tan influidas por los Adelson.
Una administración estadounidense comprometida con la creación de dos estados para dos pueblos es la mejor manera de desactivar la crisis en Oriente Medio y de minar la energía del antisionismo de izquierda en los campus.
Y si cualquiera de esas dos cosas es su principal preocupación, Harris debería ser su candidata.
c.2024 The New York Times Company
