El Lepenismo y la diputada Marine Le Pen se convirtieron en el árbitro parlamentario de la Asamblea Nacional francesa.
Le Pen decidió no aplicar un voto de censura al nuevo primer ministro Michel Barnier y lo mantendrá en el cargo con su abstención hasta que ella lo decida.
El acuerdo fue el resultado de dos llamadas secretas del presidente Emmanuel Macron y Marine Le Pen, que el Eliseo desmiente y la prensa francesa confirma.
Macron fue abucheado en la noche del domingo en las ceremonias de clausura de los Juegos Paralímpicos, bajo una lluvia torrencial. Allí se vio por primera vez juntos al presidente y su primer ministro en la tribuna.
La sociedad francesa votó contra la ultraderecha y contra la continuidad del poder de Macron, que aún derrotado, quiere demostrar que lo conserva en su cargo presidencial en el ballotage de la Asamblea Nacional.
Cuando el primer ministro Barnier almorzó este lunes en el palacio del Eliseo con Emmanuel Macron, todos se preguntan cuándo los parlamentarios le aplicarán e lvoto de censura y hasta dónde este gobierno es una débil hoja al viento.
El Republicano y conservador Barnier continúa sus delicadas negociaciones para formar gobierno, con sus habilidades de diplomático. Los diputados, aun oficialistas, sienten que Michel Barnier ha quedado “bajo vigilancia” de Reagrupación Nacional, el partido de Marine Le Pen, gracias al acuerdo con Macron.
“No hay ninguna censura automática» del gobierno de Michel Barnier por parte de la RN, insistió el diputado de la RN por Somme, Jean-Philippe Tanguy.
«Si partimos de la idea de que necesariamente habrá censura, no la superaremos», susurró. Por otro lado, “el señor Barnier parece estar haciendo lo que todos los gobiernos han hecho sin éxito para el control de las cuentas públicas, por lo que si continúa por este camino, sí lo censuraremos”, afirma.
En particular, pide un “plan sólido de recuperación de las finanzas públicas, que implique una reforma estructural del gasto estatal”.
¿Cómo escapar al voto de censura?
El gran problema para Barnier es armar un gobierno que no sea sometido a un voto de censura de la Asamblea Nacional. “Considero que tenemos un gobierno de derecha, apoyado por la extrema derecha”, denunció François Hollande en France Inter el lunes, en reacción al nombramiento de Michel Barnier como primer ministro.
No será fácil para el premier conseguir ministros de prestigio en estas horas, al filtrarse el acuerdo Macron-Le Pen. Antes Macron deberá aceptar sesiones extraordinarias en la Asamblea Nacional antes del 1 de octubre, cuando se inicia su agenda de sesiones.
El estado actual de las cosas ha convertido a Francia, en plena V República gaullista, en un régimen parlamentario. Si hay sesiones extraordinarias, el voto de censura se puede producir allí. La presidente de la Asamblea Nacional, Yaël Braun-Pivet no sabe si habrá o no extraordinarias.“Hasta el momento no tengo respuesta”, responde la interesada en Europa 1, antes de aducir “dos razones”para aceptar su solicitud. En primer lugar, «considero que si se nombra al Gobierno debe comparecer ante lar epresentación nacional», explicó.
«No puedo entender cómo los ministros pueden trabajar durante 15 días, dar entrevistas, sin responder a la representación nacional», dijo. Yaël Braun-Pivet destaca a continuación la posibilidades trabajar ahora en “textos transpartidistas” sobre “temas en los que podríamos avanzar muy rápidamente”.
El gran interrogante es cuando será el voto de censura. En las sesiones extraordinarias, donde Barnier debe presentar su plan político, o más adelante?
Hollande lo censurará
El ex presidente socialista Francois Hollande, que salió de su retiro para ayudar en la crisis y hoy es diputado, dijo que votará contra Michel Barnier en un voto de censura.
“La extrema derecha no es mayoritaria, pero apoya sin participación”, cree el expresidente socialista, antes de precisar que votará a favor de la moción de censura prometida por la izquierda.
«¿Cómo espera que podamos dar nuestro acuerdo a este gobierno?», se preguntó, subrayando que, durante las elecciones legislativas, «los franceses querían descartar a la extrema derecha» en la segunda vuelta y querían «que no hubiera continuidad con Emmanue lMacron” afirmó el ex presidente.
El es un moderado socialdemócrata pero parte del Nuevo Bloque Popular, que se armó en dos días tras la disolución inesperada de la Asamblea Nacional. Busca reformas fundamentales, como la de las jubilaciones.
“Cuando un gobierno va a ser de derecha, con políticas de derecha, apoyado por la extrema derecha, ¿cómo se espera que participen hombres y mujeres de izquierda?, se preguntó Hollande, que inicialmente se pensó que podría formar parte de un gobierno de todos.
Hollande se preserva. Junto al ex primer ministro Edouard Philippe serán candidatos presidenciales para el 2027. Pero ese período podría ser adelantado estrepitosamente, si un voto de censura hace caer a Barnier
Podría forzar a una dimisión presidencial de Emmanuel Macron, cuya cabeza pidió en la calle la Francia Insumisa, en una amplia manifestación el fin d semana, y llamar a elecciones anticipadas.
Eso es lo Reclama la Francia Insumisa, que considera que le robaron la elección porque consiguió el mayor número de bancas en la Asamblea Nacional y no fue convocada a gobernar. El 74 por ciento de los franceses creen que Macron no respetó las reglas democráticas en su elección.
Un gabinete difícil de formar
El diputado del MODEM, el centrista Ramos considera que la nominación de Barnier “es un error político” de Macron. “Los Republicanos fueron los primeros en no estar dentro del arco republicano. Y no dieron ninguna consigna de voto contra la extrema derecha en la segunda vuelta de las elecciones legislativas”, explicó.
Los socialistas de Olivier Faure no formarán parte de este gobierno, que pretende ser arco iris, de Barnier. Anne Hidalgo, la alcalde de Paris que no flota en la misma línea que estos socialistas, afirmó que “será un gobierno de derecha y no ve que tendrían que hacer allí la gente de izquierda”. Michel Barnier continúa las consultas por teléfono y personalmente. Por segunda vez se reunió este lunes con el ex premier Gabriel Attal.
Nadie sabe si Barnier se sumará o no al partido qu econduce Attal en el Parlamento. También se reunió con“personalidades francesas” , que son su objetivo, cuando los políticos profesionales huyen a una designación ministerial ante el temor de que el gobierno sea conducido por Emmanuel Macron, y habló por teléfono con “representantes de la izquierda”.
Al menos 300.000 franceses apoyan la destitución de Emmanuel Macron y han firmado una petición.