Ha explotado en Italia el más grande escándalo que se recuerda de robo de datos de instituciones, políticos, grandes personajes de la vida nacional y del mundo económico. La investigación de la justicia ha difundido rápidamente la impresión de que se trata de un caso mayúsculo que hasta es peligroso para la democracia por el uso de los datos robados.
Las investigaciones se alargan a la convicción que los datos robados han terminado también en manos de “clientes” peligrosos, como los servicios de espionaje extranjeros y mafias.
Junto al fiscal milanés Marcelo Viola, que con otros magistrados conduce las investigaciones, ha comparecido el fiscal nacional anti-mafia de Italia, Giovanni Melilo, quien denunció que el caso es “extremadamente alarmante”.
El fiscal Viola dijo que los “clientes” que se servían de las informaciones robadas eran estudios legales e “importantes empresas de Italia y el extranjero”.
De las interceptaciones filtradas se piensa que el grupo delincuencial que dirigía el tráfico de información sustraída manejaba 800 mil informes robados a las bancas de datos del ministerio del Interior, robadas por “hackers”, especialista en penetrar los sistemas informáticos. Entre los detenidos, los que se consideran los cerebros del caso, figuran el presidente de la Feria de Milán Enrico Pazzali, el policía retirado Carmine Giallo, puesto en arresto domiciliario, y el “hacker” Samuele Calamuci.
En total los investigados llegarían a sesenta, especialmente en el mundo de los “hackers”, que son los expertos en informática capaces de desarrollar y proteger las redes informáticas, pero también penetrarlas para sustraer la información.
Los delitos imputados son los de asociación criminal, acceso ilegal a sistemas informáticos, corrupción y revelación de secretos.
Meloni denunció un complot contra el gobierno
La audacia de los delincuentes informáticos llegó a las cumbres del poder. La primera ministro Giorgia Meloni denunció un complot contra el gobierno y señaló la violación de su cuenta en un banco que también sufrió su hermana. La investigación descubrió que los delincuentes poseían al menos una copia de documentos del presidente de Italia.
El ministro de Justicia, Carlo Nordio, dijo que “todos estamos en riesgo. Había interés en penetrar en la documentación de personas de alto prestigio político. La maniobra de penetración ha terminando perjudicando a los mismos delincuentes”.
Nordio agregó que “no estamos al seguro y no lo estaremos hasta que la ley y la tecnología a nuestra disposición no logren alinearse con la tecnología a disposición de los criminales”.
“Debemos activar nuestros esfuerzos para alinear la legislación para prevenir las malas intenciones”, señaló el ministro de Justicia.
También el presidente del Senado, Ignazio Larussa, segundo cargo institucional del Estado, fue espiado por los “hackers”.
El fiscal Marcello Viola señaló que “el frente más importante parece ser el del mundo de la economía y los empresarios. Hasta el momento no hay grandes emergencias que lleven al mundo de la política”.
El domingo, hubo seis nuevas medidas cautelares. Entre los indagados se encuentra Leonardo María del Vecchio, uno de los propietario del gigante de la producción de anteojos Luxotica. También está Matteo Arppe, personaje conocido en el mundo de los bancos y las finanzas.
En la investigación aparecen envueltos ex dependientes de una sociedad de investigación, la SKP de Milán.
Investigadores del arma de Carabineros señalaron en un informe difundido por los medios, que las empresas de “hackers” ingresaron 3,1 millones de euros, en su mayor parte para la empresa “Equalize”.
El “Corriere della Sera” señaló que en Equalize “se preocuparon siempre de camuflar la proveniencia ilícita de los datos bajo una proveniencia lícita de los fondos en los informes vendidos a los clientes”. “Mi objetivo –explicó el “hacker” Calamucci a un colega–, es como motivo la noticia…así sale un informe sano y nutriente”.