Donald Trump prometió una nueva «edad dorada» para Estados Unidos. En el despacho oval, al menos, ha cumplido su promesa con un cambio de imagen en tonos oro en un estilo recargado.
El republicano ha engalanado el santuario interior de la presidencia estadounidense con trofeos y posavasos dorados con la marca Trump, y ha llenado casi cada centímetro disponible de pared con retratos de sus predecesores.
Casi cada día trae algo nuevo. Esta semana Trump reveló una copia de la Declaración de independencia, el histórico documento que desencadenó la liberación de Estados Unidos de la monarquía británica hace 250 años.
La ex estrella de telerrealidad y magnate inmobiliario de 78 años parece más interesado en la estética ahora que en su primer mandato, de 2017 a 2021.
«El presidente Trump interpreta muy bien el papel de Donald Trump», explica a AFP Peter Loge, director de la escuela de medios de la universidad George Washington.
«El espectáculo es lo importante. Parte del espectáculo es la ostentación. Sería sorprendente que Trump no convirtiera el despacho oval en un plató de televisión que reflejara su marca», añade.
WASHINGTON (United States), 13/03/2025.- US President Donald Trump gestures during his meeting with NATO Secretary General Mark Rutte in the Oval Office of the White House in Washington, DC, USA, 13 March 2025. EFE/EPA/YURI GRIPAS / POOLPero oculta un mensaje político.
El despacho oval es el símbolo de poder estadounidense, telón de fondo de sus frecuentes ruedas de prensa y reuniones televisadas con dignatarios extranjeros, incluido el reciente desencuentro entre Trump y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Por eso no fue casualidad la nueva incorporación a su galería de retratos presidenciales: el presidente del siglo XIX James Polk.
Bajo el mandato de Polk, undécimo presidente, Estados Unidos vivió su mayor periodo de expansión territorial al hacerse con enormes franjas de la costa oeste, el suroeste y Texas.
Todo un símbolo en un momento en el que Trump alarma a sus aliados por reclamar el canal de Panamá y hablar abiertamente de la posibilidad de anexionar Groenlandia y tomar el control de Gaza.
Cada presidente se las arregla para imprimir un toque muy personal al despacho oval.
La diferencia con el predecesor demócrata de Trump, Joe Biden, no podría ser mayor.
«¿Crees que Joe Biden haría esto? No lo creo», dijo el propio Trump esta semana mientras descorría la cortina que protege de la luz la Declaración de independencia en una entrevista con el programa «The Ingraham Angle» de Fox News Channel.
Trump señaló los querubines dorados recién instalados sobre las puertas.
«Dicen que los ángeles traen buena suerte», comentó.
En comparación el despacho oval de Biden era sobrio, con cinco retratos alrededor de la famosa chimenea, incluido el del presidente en tiempos de guerra Franklin D. Roosevelt.
Trump tiene nueve, y eso sin contar otros cerca de su escritorio, incluido el del republicano Ronald Reagan.
Biden colocó en la repisa de la chimenea una planta de hiedra que supuestamente databa de la época de John F. Kennedy. Trump tiene siete recipientes dorados, algunos de más de 200 años.
Ambos tienen un busto del líder de los derechos civiles Martin Luther King pero el republicano ha añadido otro: el del primer ministro británico de la Segunda Guerra Mundial Winston Churchill, que ya lució durante su primer mandato.
El ostentoso despliegue no debería sorprender a un hombre que anunció su primera candidatura presidencial bajando por una escalera mecánica dorada en la Torre Trump de Nueva York.
El millonario lleva mucho tiempo rotulando con su nombre todo lo que puede, desde edificios hasta biblias.
Y rara vez se abstiene de promocionar tanto su marca como una imagen de fuerza que ha sido fundamental en su carrera política.
Recientemente ha incluido un gran mapa con el «Golfo de América» escrito en grande, el nuevo nombre con el que la administración Trump ha rebautizado el Golfo de México.
Trump planea incluso pavimentar la famosa Rosaleda a la que da el despacho oval, para darle el aspecto del patio de su residencia de Mar-a-Lago, en Florida.
«La hierba sencillamente no funciona» porque «se empapa», contó a Fox.
Pero una de las cosas que más lo llenan de orgullo es un retrato muy poco convencional que cuelga cerca de los de sus ilustres antepasados.
Justo fuera del despacho oval, en un marco dorado, figura la ficha policial de Trump que le hicieron en 2023 en Georgia, en un caso judicial en el que se le acusa de haber intentado interferir en las elecciones de 2020.
