En medio de la escalada diplomática de Venezuela, que amenaza con invadir la embajada argentina en Caracas, el Gobierno de Javier Milei le reclamó al régimen de Nicolás Maduro que respete la «Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas que consagra la inviolabilidad de los locales de las misiones«. Es un tratado que lleva 60 años de vigencia y que fue invocado recientemente por la comunidad internacional para condenar la invasión de Ecuador a la embajada mexicana, un caso que hasta despertó el repudio de Nicolás Maduro.
«Cualquier intento de intromisión o de secuestro de los asilados que permanecen en nuestra residencia oficial será condenado duramente por la comunidad internacional. Acciones como estas refuerzan el convencimiento de que en la Venezuela de Maduro no se respetan los derechos fundamentales del ser humano», advirtió la Cancillería argentina, este sábado a primera hora de la tarde, a través de un comunicado.
La Convención de Viena sobre las Relaciones Diplomáticas rige desde abril de 1964 y, como dice su nombre, regula las relaciones diplomáticas entre países y la inmunidad del personal diplomático.
En su artículo 22 dice expresamente que «los locales de la misión son inviolables» y también que «los agentes del Estado receptor no podrán penetrar en ellos sin consentimiento del jefe de la misión«.
Además, el punto dos de ese artículo indica que «el Estado receptor tiene la obligación especial de adoptar todas las medidas adecuadas para proteger los locales de la misión contra toda intrusión o daño y evitar que se turbe la tranquilidad de la misión o se atente contra su dignidad».
Por su parte, el punto tres señala que «los locales de la misión, su mobiliario y demás bienes situados en ellos, así como los medios de transporte de la misión, no podrán ser objeto de ningún registro, requisa, embargo o medida de ejecución».
El antecedente que repudió hasta Maduro
Un caso similar de invasión de una sede diplomática ocurrió en abril de este año, cuando un cuerpo de élite de la Policía de Ecuador irrumpió en la embajada de México para detener al ex vicepresidente ecuatoriano Jorge Glas, condenado por corrupción.
El propio Nicolás Maduro condenó enérgicamente la invasión ecuatoriana a la embajada de México en Quito y señaló que «ni en las más atroces dictaduras en la región, como la de Augusto Pinochet en Chile o Jorge Rafael Videla en Argentina» pasó algo similar.
En aquel momento, hace apenas cinco meses, el régimen de Maduro cuestionó que las fuerzas de seguridad ecuatorianas «ilegalmente allanaron y capturaron al ex vicepresidente, Jorge Glas, a quien el gobierno mexicano le había otorgado asilo político, producto de la atroz persecución de la cual ha sido víctima».
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El presidente López Obrador presentó una demanda ante la Corte Internacional de Justicia.
El presidente de Ecuador es Daniel Noboa, opositor en la región al régimen de Maduro y que incluso dio como ganador de las elecciones en Venezuela a Edmundo González Urrutia, el principal candidato contra el chavismo.
La amenaza del régimen de Maduro
El régimen de Nicolás Maduro le quitó este sábado a Brasil la custodia de la residencia de la embajada de Argentina en Venezuela y se prepara para ingresar a la sede diplomática, donde se encuentran refugiados seis dirigentes opositores desde marzo.
En un comunicado argumentó «pruebas de planificación de actividades terrorista«. En respuesta, la Cancillería de Brasil advirtió que no cederá la custodia y desde Buenos Aires se exigió a Caracas «respetar la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas».
Maduro está decidido a ingresar a la residencia diplomática de Argentina, ubicada en el coqueto barrio de Las Mercedes de la capital venezolana.
Desde el viernes a la noche, patrullas de la Dirección de Acciones Estratégicas y Tácticas (DAET) se apostaron frente a la sede argentina en la que desde el 1° de agosto, tres días después de la elección presidencial, flamea la bandera de Brasil por un acuerdo histórico entre las cancillerías después de que Maduro echara a los diplomáticos argentinos.