Entre los 21 nuevos cardenales que serán creados cardenales el 7 de diciembre próximo en la basilica de San Pedro en el Vaticano, habrá uno que concentrará todas las miradas. Se trata del dominicano inglés Timothy Radcliffe, que por expresa dispensa del Papa Francisco vestirá todalmente de blanco, eludiendo usar “la ropa tan elaborada” que históricamente visten los nuevos purpurados de la Iglesia.
Será una reiteración histórica. Los Papas visten la sotana blanca que llega hasta los pies a partir de Pío V (1566-1572), que decidió seguir usándola cuando era un sacerdote dominicano. Otro dominicano, tantos siglos después sella ahora la novedad de un “cardenal blanco” que vestirá la sotana blanca de la orden de los predicadores, eludiendo el rojo flameante de las vestiduras cardenalicias que monopolizaron el “look” cardenalicio durante más de cuatro siglos.
Ex maestro general de la orden de Predicadores entre 1993 y 2001, predicador del Sínodo Mundial en las dos últimas ediciones, en una de sus recientes prédicas en el aula sinodal, Radcliffe sorprendió refiriéndose a “este mundo del Vaticano con sus títulos grandiosos y sus ropajes extraños” teñidos de rojo que simbolizan la entrega total hasta el martirio.
Tanto colorido choca al futuro cardenal Timothy Radcliffe: el rojo predomina desde la sotana hasta la faja de seda del mismo color con flecos también de seda como adorno a ambos extremos. Roquete de lino o de otro tejido semejante. La muceta de color rojo, como también el solideo, el birrete sin borla y las medias también rojos.
Monseñor Radcliffe le confió al Papa su rechazo de esta ropa y le expresó sus deseos al Papa. Francisco mostró una comprensión total y le dijo que lo liberaría de esa ropa “tan elaborada”.
En la ceremonia del 7 de diciembre en el Vaticano, los otros veinte nuevos cardenales luciran las vestimentas tradicionales y sobre Radcliffe recaerán todas las miradas pues vestirá totalmente de blanco, que es el color de los dominicanos.
En 2003 la Universidad de Oxford le concedió un doctorado en Divinidad, que contrastó con el veto que antes le había sido impuesto, al parecer por “un sector de las derechas” cuando fue propuesto para una cátedra en la Universidad Católica de Estrasburgo.
Dicen que Radcliffe con su gesto quiere escapar de la imagen histórica de los cardenales como principes de la Iglesia.