El lento caminar de la transición en Uruguay, donde el presidente Luis Lacalle Pou (51) recibirá el miércoles a la tarde al electo Yamandú Orsi (57), contrasta con la velocidad con la que asoma la mayoría parlamentaria para el Frente Amplio.
Dos días después de la derrota de oficialista, uno de los diputados electos de Cabildo Abierto ya se mostró cercano a Orsi y el FA acaricia la mayoría en la Cámara Baja, un dato clave porque controlará el Senado. Esto favorece a un presidente electo con un Gobierno en formación que afronta un desafío importante en una economía con índices saludables pero no crece.
Tras la cosecha del 49,8%, Orsi visitó al ex presidente José «Pepe» Mujica (89) y después se refugió en su casa de Salinas, a 40 kilómetros del centro de Montevideo, donde vivirá como Presidente. Con una agenda cargada, postergó para este miércoles a las 14 el encuentro con Lacalle Pou. También pospuso su participación en un encuentro del secretariado ejecutivo del Frente Amplio, también agendado para el martes.
Mientras Orsi busca un hotel para organizar los 90 días de transición, mira con atención la posición de Cabildo Abierto (CA), el partido conservador que conduce el ex general Pablo Manini Ríos y que integra la Coalición Republicana que gobierna junto al Partido Nacional de Lacalle Pou, los colorados y el Partido Independiente.
En cinco años, CA pasó del 11% al 2,6%, y ahora solo obtuvo dos bancas en Diputados. La noche de la derrota, el líder de CA Manini Ríos se mostró autocrítico y advirtió que no tiene sentido una alianza para oponerse. Pero este martes llegaron más señales. El diputado electo Álvaro Perrone, que conoce al presidente electo de Canelones, contó que tiene un “excelente vínculo con Orsi”, le elogió la gestión como intendente y adelantó que no se ve “trancando la gestión”.
“Hay una propuesta de Orsi que viene sobre la Seguridad, sobre la pobreza infantil o la situación de los asentamientos, que la hemos trabajado mucho, ahí estamos para colaborar, sobre todo desde la experiencia que adquirimos”, afirmó Perrone. De paso, también criticó a la Coalición que integra por no haberlos dejado llevar adelante su agenda: “Uno de los puntos en la baja de la votación fue por eso”.
Y por si quedaban dudas, el militar retirado y ministro de Vivienda de Lacalle Pou, Raúl Lozano, que preside CA, lanzó otro dardo a la Coalición tras la derrota: “Nunca nos hemos manejado en bloque”.
Esto alimenta la expectativa del Frente Amplio de conseguir la mayoría parlamentaria que quedó en disputa después de la elección de octubre. Tiene 17 bancas en el Senado contra 14, pero en Diputados está parejo.
El FA tiene 48, y la Coalición 49, al sumar las 29 del Partido Nacional, 17 de los colorados, las dos de Cabildo Abierto y la del Partido Independiente. Las otras dos bancas quedaron para el antisistema Gustavo Salle y su hija, pero si bien será proyecto a proyecto, al Frente Amplio le será más fácil negociar con CA que entiende las reglas que con “el loco” Salle -como él se llama-. “Que Cabildo ya haya hecho autocrítica es importante, es bueno”, dijo una fuente del Frente Amplio a Clarín.
Esto facilitará las reformas que impulse Orsi, especialmente en la economía estable, pero que no crece. La pregunta sobre ese fenómeno se la hizo la revista The Economist, que después de la elección publicó un artículo bajo el título: «¿Es Uruguay demasiado estable para su propio bien?».
«Uruguay demuestra cada vez más no sólo los beneficios de la estabilidad, sino también sus límites como estrategia de desarrollo. En muchos indicadores desde 2014 (..) Uruguay se ha estancado. El ingreso per cápita, que creció más del 50% en los nueve años hasta 2014, solo ha aumentado un 7% en los nueve años posteriores. La desigualdad, que venía desplomándose, ha aumentado ligeramente», publicó la revista.
Con algo de picardía, Lucía Topolansky (80), ex vicepresidenta, ex senadora y esposa de Mujica, lo marcó tras el balotaje: “En los 15 años de gobierno del Frente, el salario subió un 100%, pero en los de la Coalición, desde el retorno de la democracia, no llegaron al 13%”.
Sin embargo, para que eso suceda, hay varios desafíos. “Hay que apretar el acelerador del crecimiento pero Uruguay está caro para el mundo hace difícil atraer inversiones. Sin rentabilidad para las inversiones, que la dan los beneficios especiales, es más complicado y eso está sobre la mesa, lamentablemente, porque el Frente Amplio propuso discutir los incentivos fiscales”, resume a Clarín, Ignacio Munyo, director Ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES).
El economista establece un dilema entre la estabilidad y revisar esos incentivos. “Esperemos que la revisión sea para bien, pero nunca es claro cuando hay gente dentro del FA que cuestiona los regímenes de exoneraciones al impuesto a la renta de las empresas y el Gobierno lo va a tener que resolver”, agrega y recuerda Uruguay solo crece más del 2,5% cuando hay precios internacionales altos de carne o soja, o tasas de interés bajas y también cuando a la Argentina le va bien económicamente: el 70% del turismo que recibe Uruguay es de Argentina.
“Desde 1985 hasta la fecha, cuando los vientos soplaban bien Uruguay crecía arriba del 3%, cuando el viento estaba neutro crecía al 1%, como en la última década. Y cuando estaba en contra como en 2002, el PBI caía”, detalló Munyo.
Y también marcó como un punto a tener en cuenta el gasto público. “Uruguay está al límite de lo tolerable del gasto, debería intentar reducirlo, algo que este Gobierno no pudo. Y la promesas que han hecho en la campaña todas exigen mayores niveles de gasto y la pregunta es ¿cómo lo van a cumplir?”, se pregunta Munyo y es la clave de la gestión que tendrá Gabriel Oddone, quien asumirá como ministro de Economía.