Con garra, esfuerzo y corazón, el equipo de fútbol silencioso “Espartanos” dejó bien representada a la provincia de San Juan en el Torneo Nacional que reunió a los mejores equipos del país. Integrado por 15 jugadores, el equipo viajó con lo justo y regresó con un histórico tercer puesto.
La delegación partió con 17 jugadores, pero uno debió bajarse antes del inicio del torneo, y el arquero titular sufrió una lesión en las costillas en el segundo partido. A pesar de eso, el cuerpo técnico logró mantener al grupo unido y competitivo.
En el debut, los Espartanos vencieron a Misiones en un partido intenso, con momentos ásperos dentro del campo. Posteriormente, obtuvieron el triunfo ante La Rioja por no presentación del rival. El siguiente cruce fue ante La Plata, un equipo ordenado que supo imponerse por 2 a 0, resultado que no reflejó completamente el desarrollo del partido.
Lejos de desanimarse, el plantel sanjuanino tuvo una charla clave que fortaleció el espíritu grupal. Con el mensaje claro de dejar todo en la cancha, salieron a disputar el partido por el tercer puesto frente a uno de los equipos más fuertes del torneo, ASAM.
El encuentro fue vibrante. San Juan comenzó ganando, luego sufrió el empate, y cuando todo parecía encaminarse hacia los penales, se eligió por irse al alargue, y es ahí donde apareció Axel Varela. Tras una jugada por el costado, selló el 2 a 1 definitivo. Axel, autor de los dos goles del partido, fue además elegido como uno de los mejores jugadores del torneo, compartiendo ese reconocimiento con un representante de La Plata.
“Vinimos con la idea de participar, sabiendo que teníamos menos jugadores que los demás. De los 15 que teníamos, algunos fueron incluidos a último momento, y aún así jugamos todos los partidos con mucha entrega. Incluso Enzo Cruz, que tiene parálisis cerebral, tuvo su oportunidad en cancha. Eso nos llena de orgullo”, destacó el entrenador, Guille Basáñez quien estuvo acompañado con su preparador físico, Miqueas Basáñez.
La delegación, que representa al programa Deporte Adaptado de la Secretaría de Deporte de San Juan y a la Asociación de Sordos de San Juan, regresó a la provincia con el corazón lleno y una promesa ya cumplida, antes de llegar a la ciudad se detuvieron en la Difunta Correa para agradecer, como parte del ritual sanjuanino. Una postal de fe que refleja lo que significa este grupo: unión, sacrificio y pertenencia.