San Juan está frente a la oportunidad única de convertirse en un actor clave en la transición hacia un modelo de desarrollo más sostenible. Con proyectos cupríferos de clase mundial, la provincia puede aportar un recurso esencial para una de las tendencias más innovadoras del diseño y la construcción: la arquitectura regenerativa.
En un mundo que busca soluciones frente al cambio climático, la arquitectura también evoluciona. Ya no basta con construir edificios eficientes o “verdes”. Hoy, la vanguardia propone un enfoque más ambicioso: crear espacios que no solo reduzcan su impacto ambiental, sino que regeneren los ecosistemas, mejoren la calidad del aire, del agua y del suelo, y fortalezcan la biodiversidad.
Para lograrlo, se necesitan materiales que acompañen esa lógica. Y el cobre se destaca como uno de los más versátiles y valiosos.
Este metal, presente en la historia humana desde hace más de 10.000 años, ofrece una combinación única de durabilidad, reciclabilidad, eficiencia energética y estética cambiante. Su capacidad de formar una pátina natural que lo protege sin necesidad de mantenimiento lo convierte en una opción ideal para revestimientos exteriores, techos, sistemas hidráulicos, calefacción y tecnologías solares. Además, es 100% reciclable, y se estima que más del 80% del cobre extraído a lo largo de la historia aún está en uso.
La arquitectura regenerativa es solo una de las múltiples áreas donde el cobre está ganando protagonismo. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, UNCTAD sus siglas en inglés, la demanda global de este metal crecerá más de un 40% hacia 2040, impulsada por la electrificación del transporte, la digitalización y las energías renovables.
Frente a este escenario, abordar los desafíos del suministro y aprovechar el potencial de desarrollo que ofrece el cobre representa una oportunidad estratégica para San Juan.
Ejemplos de arquitectura regenerativa en el mundo
- Suvela Chapel (Finlandia)
Un espacio espiritual y comunitario revestido en cobre, que combina durabilidad con una estética cálida y orgánica. El material fue elegido por su bajo mantenimiento y su capacidad de integrarse al paisaje urbano. - Museo del Holocausto y los Derechos Humanos de Dallas (EE.UU.)
Utiliza cobre reciclado en su revestimiento exterior, como símbolo de resiliencia y memoria. El edificio está diseñado para minimizar el consumo energético y maximizar la durabilidad de sus materiales. - NEMO Science Museum (Ámsterdam) Su icónica cubierta de cobre patinado no solo es visualmente impactante, sino que también actúa como una piel protectora que regula la temperatura y resiste la corrosión marina