Hoy me he enterado de dos cosas. Tres, realmente. La primera, que una de las que considero películas de mi infancia, ‘Batman y Robin‘, fue un fracaso estrepitoso. La segunda, que en ella salía Arnold Schwarzenegger haciendo de Mr. Freeze (no lo recordaba y no me juzguéis, tenía tres años cuando esa peli se estrenó). La tercera, que el actor lleva 29 años pagando un dólar anual a Warner Bros por guardar en su oficina uno de los objetos más míticos de la película. Vayamos por partes.
Año 1997. Llega a la gran pantalla ‘Batman y Robin’, la cuarta (y última) entrega de la tetralogía de Tim Burton, Joel Schumacher y Warner Bros basada en el universo de DC. La cinta contaba con un jovencísimo George Clooney como Batman, Chris O’Donell como Robin, Uma Thurman como Hiedra Venenosa y Arnold Schwarzenegger como Mr. Freeze. Una película de 125 millones de dólares de presupuesto que recaudó 238 millones.
«Era como si hubiera asesinado a un bebé». A pesar de que servidor guarda un recuerdo fantástico de la película, en particular de la escena en la que sale el Batmóvil del suelo, ‘Batman y Robin’ fue un fracaso total para la crítica. La peli más taquillera de Warner ese año, pero también un fracaso en términos de opiniones. La revista Empire la colocó como la peor de las 50 peores películas de la historia en el 2010 y, a día de hoy, tiene un 12 en Rotten Tomatoes y un 29 en Metacritic. Y un 80 en mi corazón, pero eso no cuenta.
Tanto es así que el propio director de la película, Joel Schumacher, salió a pedir perdón 20 años después. En una entrevista para Vice dijo «después de ‘Batman y Robin’ yo era escoria, era como si hubiera asesinado a un bebé […] Quería disculparme con todos los fans que estaban decepcionados porque creo que les debo eso». La parte positiva es que esta película hizo que el mundo del cine reflexionase sobre cómo debían contarse este tipo de historias.
Señor Frío. En este tipo de producciones reutilizar es esencial. Hay muchos trajes, decorados y elementos de attrezzo que se hacen desde cero, que son caros y que se conservan de cara a posibles secuelas. En una peli de más de 100 millones de dólares en 1995 (más de 206 millones de dólares ajustando por inflación, que se dice pronto) podemos imaginarnos lo importante que era ahorrar. Por eso los trajes y demás elementos que no fuesen el propio decorado debían almacenarse en cuanto acabase la película.
Arnold Schwarzenegger encarnó al Señor Frío / Mr. Freeze y quiso quedarse su traje para el recuerdo, un rocambolesco traje con luces que lucía, y luce, espectacular. Los encargados de la película se negaron, pero según explica el Macgregor-Scott, productor de la película, en una entrevista con Hollywood Reporter, el austríaco consiguió elevar su petición hasta las altas esferas de Warner. Así pues, firmó un contrato por el cual tendría que pagar un dólar al año a cambio de quedárselo. Y así fue.
Según el productor, las luces duran unas 9.000 horas y, aunque el actor no lo tiene siempre encendido, sí que suele activarlo a menudo.
Si alguno está interesado en ver la película, se puede encontrar en Max.
Imagen de portada | Fotograma de ‘Batman y Robin’