Un equipo de investigadores del Laboratorio Nacional Argonne, administrado por el Departamento de Energía de Estados Unidos, ha desarrollado un sistema que convierte aguas residuales en combustible de aviación. El biocombustible orgánico produce un 70% menos emisiones que el queroseno de aviación.
Cómo funciona. El sistema convierte aguas residuales orgánicas en ácido butírico y otros ácidos grasos volátiles (AGV), precursores de los combustibles de aviación sostenibles (SAF). El proceso parte de un concentrado de aguas residuales ricas en carbono, como las de cervecerías y granjas lecheras.
Asistido por membranas, el sistema hace una digestión anaeoróbica detenida de metano (MAAD) para producir AGV. Esta tecnología minimiza la producción de ácido láctico, un compuesto químico que limita la eficiencia en la conversiónde AGV a SAF. Por lo tanto, produce un AGV más eficiente y de mejor rendimiento.
Un SAF más económico. La producción de SAF representa menos del 1% del combustible utilizado en la industria aérea porque depende principalmente de materias primas como grasas y aceites, que son limitadas y costosas.
El nuevo sistema produce AGV a 60 centavos por kilogramo, así que el SAF derivado podría venderse a un precio mínimo de 1,23 dólares por litro. El precio habitual del SAF es de 1,77 dólares. Es una reducción importante, aunque el precio del combustible de aviación sea de 0,75 dólares por litro.
Por qué es importante. Los aviones son responsables del 3% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Los SAF son vistos como una solución clave para reducir la huella de carbono de la aviación y cumplir con los objetivos climáticos globales, pero nunca han terminado de despegar.
Esta nueva tecnología escalable aborda dos de los principales problemas de los SAF: sus costes de producción y su escasa disponibilidad, ya sea por los altos costes de sus materias primas o una producción insuficiente para la aeronáutica.
La apuesta del DoE. El Departamento de Energía de Estados Unidos ha establecido dos objetivos ambiciosos para el sector: producir 11.000 millones de litros de SAF para 2030, y satisfacer el 100% de la demanda de combustible de aviación comercial con SAF de aquí a 2050.
Este enfoque, que transforma desechos como las aguas residuales en un combustible sostenible, podría ser clave para alcanzar esos objetivos. Pero harán falta más incentivos e investigaciones para que el precio de los SAF siga bajando y los aviones empiecen a funcionar con aguas residuales.
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