Intel está lidiando con una etapa dura. Durante las últimas semanas os hemos contado que va a despedir a más de 10.000 trabajadores, y también que se ha visto obligada a cancelar varias inversiones que tenía planificadas en Italia y Francia, entre otras medidas. Es evidente que las circunstancias actuales exigen un cambio de rumbo, y precisamente esto es lo que parece que se está fraguando en las entrañas de esta compañía estadounidense.
Pat Gelsinger ha confirmado que su apuesta por la estrategia IDM 2.0 (Integrated Device Manufacturing) que puso en marcha poco después de llegar a la dirección general de esta compañía en febrero de 2021 sigue adelante. Este plan a grandes rasgos persigue reforzar la infraestructura global de fabricación de semiconductores de Intel con el propósito de ofrecer servicios de fabricación de circuitos integrados a terceros, y también consolidar sinergias con otras compañías del sector, entre las que se encuentra TSMC.
Pat Gelsinger prepara un plan para deshacerse de activos y reducir costes, según Reuters
A mediados de septiembre el director general de Intel y varios ejecutivos de la compañía que trabajan codo con codo con él presentarán un plan a la junta directiva para sanear sus cuentas y dejar atrás el difícil momento que están atravesando. Según Reuters una de las medidas que presumiblemente están sobre la mesa requiere vender su unidad de circuitos programables Altera. No obstante, es importante que no pasemos por alto que esta información aún no ha sido confirmada oficialmente por Intel.
Intel ha confirmado que prevé reducir sus gastos a un total de 21.500 millones de dólares en 2025
La fuente de Reuters también anticipa que probablemente el plan que están elaborando Gelsinger y sus colaboradores contempla la posibilidad de reducir de una forma importante los gastos de la compañía retrasando, o, incluso, cancelando la construcción de la fábrica de Magdeburgo, en Alemania.
Este proyecto tiene un coste de 30.000 millones de euros, aunque Intel recibirá una subvención de la Unión Europea de 10.000 millones. Hace varias semanas, en agosto, Intel confirmó que prevé reducir sus gastos a un total de 21.500 millones de dólares en 2025, lo que representa una reducción del 17% frente a los gastos planificados para 2024.
Otro movimiento importante recogido por Reuters confirma que Intel ha contratado a las instituciones financieras Morgan Stanley y Goldman Sachs para que sus expertos evalúen de qué negocios puede desprenderse y cuáles le interesa retener.
Esta medida tampoco ha sido confirmada oficialmente por Intel, pero es probable que vea la luz cuando la junta directiva de la compañía respalde el plan que está liderando actualmente Pat Gelsinger, o bien la estrategia por la que finalmente se decanten. Esta declaración reciente del director general de Intel refleja claramente el desafío que tienen por delante: «Han sido unas semanas difíciles. Estamos trabajando duro para abordar los problemas que tenemos».
Imagen | Intel
Más información | Reuters