Sí, la Unión Europea sabe lo que consumes con tu coche. También cómo conduces y la distancia que recorres. Al menos si tienes un vehículo comprado a partir de finales de 2020. Y eso, a la Unión Europea no le sirve de absolutamente nada. De nada, en lo que respecta a ti como conductor particular.
Un estudio. Dice que los híbridos enchufables consumen muy poco combustible. O que consumen mucho combustible. Es difícil saberlo porque por su propia tecnología es más complicado tener una idea clara. Habrá quien aproveche al máximo las virtudes de la batería y quien no le saque partido en absoluto.
Hace un año, la ONG Transport&Environment, una organización para la defensa del medio ambiente pero también conocida como uno de los mayores grupos de presión activos en Europa, aseguraba que los híbridos enchufables eran siete veces más contaminantes de lo esperado.
Basaban sus conclusiones en los resultados obtenidos al circular por ciudad con la batería descargada por completo con un híbrido enchufable. Aseguraban, entonces, que los resultados estaban extremadamente alejados de lo esperado en las pruebas de homologación. Algo que era totalmente esperable.
¿Más o menos contaminantes? El problema de ese estudio es que se recogían pruebas con un método y se afirmaban que las cifras declaradas en lso ciclos de homologación eran mentira. Pero se estaban enfrentando datos de consumos y emisiones recogidos por diferentes métodos. Métodos que, además, ninguno parece ser extremadamente fiable.
El problema con los híbridos enchufables es que un conductor puede circular en la inmensa mayoría de sus ocasiones con el bloque eléctrico y sólo hacer uso del motor térmico en circunstancias muy concretas. O, por el contrario, olvidar por completo el carácter eléctrico del coche y hacer un uso casi exclusivo del bloque de gasolina.
En el caso de la homologación WLTP, lo que se hace es realizar un mismo ciclo en repetidas ocasiones, aumentando la velocidad. Se empieza con la batería a plena carga, tirando de la parte eléctrica hasta agotarla. Cuando ésta se termina, se realiza un último ciclo a pleno rendimiento del motor de combustión. ¿El resultado? Consumos medios que rondan el litro de gasolina por cada 100 kilómetros, lo que es difícil de creer.
Habla la Unión Europea. A la fiesta del consumo de los híbridos enchufables se suma cada cierto tiempo la Unión Europea. Una de las últimas ocasiones fue hace unos meses cuando señalaron que los híbridos enchufables consumen un 20% más de lo declarado y que esto es algo que la Comisión Europea ya había adelantado.
Según sus datos, los híbridos enchufables debían consumir entre 1-1,5 l/100 km y expulsar 28-35 g de CO2/km, de media, atendiendo a sus homologaciones. Sin embargo, aseguran que lo habitual es que los híbridos enchufables consumen 4 l/100 km y expulsan 100 g CO2/km de media. Y esto lo saben con «datos reales de uso».
«Datos reales de uso». Esa afirmación es la que ha vuelto a poner encima de la mesa un aparato con el que cuentan todos los coches homologados desde 2021 y que ha hecho que algunos medios apunten a que la Unión Europea está «espiando» a los conductores. Lo cierto es que el verbo «espiar» presupone cierto grado de actuación si que el espiado se percate de ello pero aquí todo está claro desde el principio.
Desde 2021, todos los coches homologados que utilizan motores de combustión interna deben contar con un On-Board Fuel Consumption Monitoring (OBFCM). Esta obligación siempre ha sido pública. Con este aparato quedan registrados algunos parámetros.
De forma instantánea (grabado segundo a segundo):
- Velocidad
- Trabajo del motor (revoluciones por minuto)
- Carga del motor
- Consumo instantáneo del combustible
Acumulado en el tiempo:
- Kilómetros realizados
- Consumo total del combustible
- Cantidad de energía eléctrica recargada (sólo para los híbridos enchufables)
¿Cómo funciona? Estos datos son utilizados por la Unión Europea para sus propios informes. Los datos son enviados a la nube por el propio vehículo desde la OBD, el «cerebro» del coche que recoge todas las posibles averías e incidencias que ha sufrido el coche y que también es revisada en la ITV.
Los datos, sin embargo, no son trazables y, por tanto, no pueden ser «adjudicados» a un coche para saber cómo conduce una persona concreta. Toda la información se agrega a una base de datos que, posteriormente, los organismos pueden utilizar «en bruto» sin poder concluir qué conductor hizo qué.
Una aproximación. Una vez aclarado aquello de que la Unión Europea no «nos espía», es interesante adentrarnos en algunas particularidades de los datos recogidos. Aunque el titular asegure que el consumo de combustible de los híbridos enchufables es un 20% superior a lo esperado, no son tan malas noticias.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que es el primer informe que se realiza utilizando datos «reales» de consumo. Éstos se han recopilados con 600.000 híbridos enchufables homologados a partir de 2021, cuyas baterías generalmente ofrecían autonomías de poco más de 50 kilómetros. Coches que, además, entraron con fuerza en el mercado de flotas para empresas, donde el conductor es mucho menos cuidadoso con el consumo si tiene una tarjeta de la compañía para llenar el depósito que un conductor particular que ha hecho una inversión y trata de sacar el mayor partido posible a su vehículo.
Con el paso del tiempo, los híbridos enchufables con baterías que empiezan a entregar un centenar de kilómetros (o más) empiezan a ser más habituales. Y también sus ventas están ganando poco a poco cuota de mercado. A ello le sumamos que es la alternativa rápida de los fabricantes para adaptarse a las futuros límites en materia de emisiones y, por tanto, tendrán que aumentar sus ventas si no quieren pagar las multas que los acechan. Los números, por tanto, sólo deberían ir a mejor.
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En Xataka | La UE se ha empeñado en dar el salto al coche eléctrico: diez ventajas de quedarse en un híbrido enchufable