El Racing de Gustavo Costas es un fuego. Convicción, personalidad, fútbol de alto voltaje… y una pasión parecida a la de los hinchas. Juega con ese mismo ímpetu, mano a mano, en equipo. En Río de Janeiro, le ganó otra vez por 2 a 0 a Botafogo y se consagró campeón de la Recopa Sudamericana. No hay con qué darle: la Academia domina el fútbol en esta parte del mundo. Y es el candidato natural en la Copa Libertadores, que apenas empieza a desperezarse en su versión 2025.
Parece mentira: 36 años más tarde, dos lauros internacionales. En noviembre, la Copa Sudamericana acabó con la sequía. En febrero, la Recopa Sudamericana extendió la hegemonía. Le sobra coraje, no le teme a nadie ni a nada: Racing se convirtió en un equipo copero y en un chasquido. Todos jugaron bien, muy bien en realidad. Entre ellos, Nardoni y Zuculini, el autor de un golazo, el que definió la serie y el título. Maravilla y Salas volvieron locos a los zagueros cariocas, Colombo tuvo una tarea consagratoria, Martirena juga como en el potrero y… Arias. Está, casi siempre está, cuando hace falta un señor arquero.
Racing abre la enciclopedia de una nueva era. En su historia, es un antes y un después. Es un equipo que conmueve hasta al más desalmado. Verdaderamente, un gran campeón.
De contraataque, Racing era fuego. Primero, Salas provocó una reacción fantástica de John, el arquero, que envió el balón al córner. Al rato, la conexión Vietto (disminuido físicamente, siempre con la 10 y medias bajas), Maravilla, Salas generó otro contratiempo serio en la última línea carioca. Racing controló el desarrollo sin la pelota, al galope en espacios abiertos, peligroso en velocidad hasta el límite.
Hasta una excursión ofensiva de Colombo (el zaguero empezó y terminó la aventura) mostró los reflejos del gigante del arco. Botafogo intentó capturar el balón, ir para adelante, pero todo se le hacía excesivamente cuesta arriba. En el final del primer capítulo tuvo el primer llamado de atención. Barboza lanzó un cabezazo furioso, que Arias logró contener a medias, el travesaño fue su aliado.
Zaracho definió el título en el amanecer de la segunda mitad, con un bombazo inatajable, al capturar un rebote y conseguir un control de fuera de serie. El volante había ingresado por Vietto, a mitad de camino en el aspecto físico.
Contra un equipo abatido, hasta Zuculini se animó y definió el partido como si fuera un número 9. A partir de allí, el partido fue una fiesta albiceleste contra un rival destruido.
Tras firmar la mejor temporada de su historia el año pasado, Botafogo parece desmoronarse: no tiene entrenador desde hace dos meses, algunos futbolistas fueron críticos con la planificación del club carioca y ya dejó escapar tres títulos en lo que va de 2025. “Desastre y desorden” resultan las dos palabras se repiten en la prensa brasileña para definir la situación actual del equipo que pisó fuerte en 2024 al ganar la Copa Libertadores, por primera vez en su historia y el Brasileirao, gobernado por capitales privados.
La Estrella Solitaria no tiene técnico oficial desde que el portugués Artur Jorge, artífice de las dos conquistas, rescindió su contrato a principios de enero para firmar con el Al-Rayyan catarí. Desde entonces, los cariocas tuvieron dos comandantes interinos: Carlos Leiria, que los dirigió en la derrota por 3-1 frente a Flamengo en la definición de la Supercopa brasileña, y Cláudio Caçapa, con quien cayeron en la segunda etapa del torneo del estado de Río de Janeiro y en la serie con la Academia.
El comienzo tormentoso puede explicarse a partir de una visión polémica del dueño del equipo, John Textor, que considera que la temporada empezará formalmente con el inicio del Brasileirao, a finales de marzo. El controvertido magnate estadounidense tiene los ojos puestos este año en la liga local, la Libertadores y el Mundial de Clubes de la FIFA en Estados Unidos a mitad de año.
Pero el equipo del inmortal Garrincha ya dejó escapar tres trofeos, los hinchas están decepcionados (el estadio no estaba lleno) y algunos futbolistas demostraron públicamente su malestar con la situación. “Los jugadores también cambiaron, salieron 16. Poco a poco llegan refuerzos, muchos todavía no pueden jugar”, dijo Barboza.
“No logramos tener una idea nueva y hacer lo que el entrenador quiere. Es difícil que las cosas funcionen de esta forma”, agregó, aunque después se disculpó por haber hablado con la “cabeza caliente”. Textor sigue buscando un DT y ya chocó con las negativas de Rafa Benítez, Tata Martino y André Jardine.
El dueño del Fogao está en Río para intentar dar un mensaje de calma frente a unos inconvenientes que van más allá de la ausencia de timonel. El club todavía no encuentra reemplazos para piezas vitales de su antigua ofensiva que partieron hacia Europa, como el campeón del mundo Thiago Almada y el brasileño Luiz Henrique. A pesar de que conservó a la mayoría de la alineación titular doblemente campeona, perdió 9 de los 14 partidos que disputó en 2025.
De todos modos, no habría que desmerecerlo: Racing le dio un golpe de KO al vigente campeón de la Libertadores y lo será hasta noviembre próximo. Es el tiempo de la hegemonía de la Academia en esta parte del mundo. Con el ímpetu arrollador de Gustavo Costas y un equipo que juega como hinchas. Si antes no lo eran, se convirtieron todos en fanáticos de la Academia. De esta Academia, que engalana las vitrinas.
