Todavía quedarán siete tests en el 2025 después del sábado, pero ya hay aroma a nostalgia y despedida. El Estadio José Amalfitani será el escenario del último encuentro del año de los Pumas en Argentina por la decisión de la Unión Argentina de Rugby de ceder la localía en el último test ante los Springboks para que se juegue en Londres; recién volverán en julio de 2026 en el inicio de la novedosa Nations League. El sábado, a partir de las 18.10 en Vélez, asoma la revancha ante los All Blacks en la segunda fecha del Rugby Championship.
El choque ocurrirá una semana después de romper el récord de asistencia de público en el país, con 55.724 almas que colmaron el Estadio Mario Alberto Kempes para ver el debut (y derrota) en el Championship. “Jugué con ese marco de público parecido en Francia, pero no en Argentina. Fue increíble lo que vivimos. El estadio fue una locura”, destacó Joel Sclavi, uno de los que busca volver al equipo titular. El pilar derecho de La Rochelle padeció una larga lesión en la temporada y descansó durante la ventana de julio. “Vélez es un estadio en el que se siente a la gente. Nos gusta jugar ahí. Va a ser un gran partido en el que ellos van a venir a redoblar y nosotros queremos dejar una buena imagen en el último partido en Argentina. No sabemos si va a ser con lluvia o con sol, pero nosotros pensamos en lo nuestro”.
Bajo un diluvio en Casa Puma, en Ingeniero Maschwitz, los jugadores terminaron antes de lo previsto el entrenamiento de alta intensidad del martes, con el foco puesto en la revancha ante los All Blacks y la misión de completar un gran partido como local en 2025. Las dos derrotas ante Inglaterra, la caída del último sábado y el lógico triunfo ante Uruguay por ahora dejan un saldo negativo. “Ganarles a los All Blacks de local es algo que nunca pasó, lo estamos buscando. Lo tenemos en cuenta y sería muy lindo terminar el 2025 como locales ganándoles en Vélez. Sería inolvidable. Sabemos que estamos en deuda acá en Argentina, nos cuesta ganar. Somos conscientes de eso y nos preparamos para ganar”, admitió Santiago Grondona, uno de los que busca su lugar entre los 23.
Una realidad distinta a la de los dos forwards está viviendo Justo Piccardo. Hace un año disputaba el torneo de la URBA con el SIC y hoy se afianza como una variante en el centro de la cancha de los Pumas. “El otro día hablaba con mi papá del hecho de haber jugado contra los All Blacks. No hay que pasarlo por alto, toda la vida los vi por televisión. También estaba nervioso, es un desafío, pero los disfruté: el haka, la cancha llena, los fuegos artificiales. Voy a seguir trabajando, que eso es lo que me pone en este lugar”, señaló, con una mueca de sonrisa, en diálogo con LA NACION. “Trato de disfrutarlo y salir a la cancha con una sonrisa. Ves el ambiente y la cancha y honestamente se te pone una sonrisa en la cara. Conlleva cierta presión, pero de esto se trata jugar en los Pumas”.
Con futuro en el Montpellier francés, Piccardo fue uno de los que aprovechó su oportunidad en julio y buscará hacerse un lugar que hoy tiene como principales opciones a Santiago Chocobares y Lucio Cinti. “Más en frío analizamos que estuvimos bien en defensa, con buenas acciones por afuera. Nos sentimos cómodos ahí y cuando fuimos directos, sentimos que nos metimos en su defensa. Lo malo fue que nos costaron los errores no forzados. Los Championship minutes los pagamos caro, en los últimos cinco del primer tiempo nos metieron 14 puntos. La defensa del maul es algo que también charlamos y los errores evitables, los penales tontos que se pueden no hacer y tratamos de corregir esas imprecisiones”, detalló. Sclavi también se refirió a las falencias en la primera fecha del Rugby Championship: “Los tres tries de maul nos siguen doliendo y lo estuvimos trabajando mucho ayer y hoy. Hay veces que nos pasamos de rosca y cometemos algunas infracciones evitables y hay que aprender a no hacerlas. También hicimos mucho foco en el scrum: el año pasado nos vimos muy afectados. El sábado sufrimos en dos scrums seguidos en el primer tiempo, pero después lo mejoramos un montón”.
Los Pumas volverán a Vélez, un escenario de grandes batallas, adverso en los últimos tiempos: el año pasado, ante un equipo alternativo de Francia, rompieron una racha de siete derrotas consecutivas allí. En un fin de semana sin fecha en la URBA se espera que esté lleno, en una cancha pesada, con pronósticos de lluvia para los próximos días en Buenos Aires. En un mes y medio serán locales en el Twickenham Allianz Stadium por una jugosa oferta que aceptó la UAR para que la definición del Rugby Championship sea en la Catedral del Rugby. El sábado buscará regalarle una sonrisa a su gente.