Tackle, presión, garra, despliegue… Y más tackle, más presión, más garra y mayor despliegue en el frenético desenlace del clásico por un lugar en la final del Top 12 de URBA. La esencia misma de San Isidro Club expresada en pleno. La identidad de un equipo acostumbrado a este tipo de instancias, manifestada en esos minutos que corrían luego de la chicharra porque el adversario de toda la vida, de cuyas entrañas nació el Tricolor, mantenía la posesión en busca del try salvador. El try salvador nunca llegó. La actitud, dominante en el ADN zanjero, lo impidió. El CASI no logró salir de sus 25 yardas y tanto fervor del SIC le hizo perder la pelota. Entonces, el referí Pablo Deluca (h.) sopló su silbato, señaló el medio de la cancha y terminó la historia.
Las hinchadas mantenían un duelo aparte, tan parejo como el encuentro. Los dueños de casa iban perdiendo el entusiasmo a medida que Juan Akemeier no lograba sumar puntos con sus remates a los palos. Pero de repente, reaccionaron. Rompieron el silencio y se largaron a apoyar al equipo. Lo necesitaban los muchachos preparados por Oscar Murgier y Santiago Phelan. No como un incentivo anímico. No hacía falta. Se trataba de un reconocimiento a la gran campaña, al fenomenal año que tuvo el equipo, que acabó en el primer puesto de la etapa regular al cabo de 22 compromisos. Ese sentido “¡vamos, Acadé! ¡Vamos, Acadé!“ del epílogo sonó a tributo y contagió a todos los hinchas locales, distribuidos en diferentes sectores. En cambio, el canto del SIC era un respaldo a quienes defendían esa última pelota con la vida: “Zanja, ponga h… Y Zanja, ponga h…”.
La explosión llegó con las señas de Deluca. Estalló la parcialidad del ganador, ubicada en la tribuna central, del lado de la Plaza Aguirre. La mayoría exteriorizó la alegría con estribillos de apoyo a sus representantes, y la minoría entonó estrofas agresivas y subidas de tono. Ese lamentable costado barrabravesco de algunos veinteañeros, que está de sobra en el rugby, provocó a gente del CASI y volaron algunas trompadas. Varias trompadas.
Muchos las incentivaron con cantitos y gestos. Otros, con cordura, trataron de separar, entre ellos, el capitán del SIC, Carlos Pirán. Los agentes de la seguridad privada intervinieron y controlaron de inmediato la situación. Por las redes sociales circulan videos que exponen a algunos que alimentan la animosidad que un sector de la sociedad tiene respecto al rugby y que espera, ansioso, bochornos de este estilo para caerle al deporte y mofarse del principio que habla de la famosa defensa de los valores.
La pelea post partido
“La historia fue así”, cuenta un viejo conocedor de los rincones del club y a quien nada de lo que sucede se le escapa. “Entresemana, los del SIC robaron un pasacalle y lo exhibieron ahora en la tribuna. Entonces, algunos del CASI fueron a buscarlo y empezó la riña”, explicó. “Y a eso agregá la provocación de un grupito… Todo esto, al margen del alcohol que pueden haber ingerido”, concluyó el informante.
Estos hechos empañan las fiestas de rugby de este fin de semana. El viernes, en la primera semifinal, ocurrió una situación que también merece ser viralizada pero que nadie registró con los teléfonos. En uno de los yerros de Gonzalo Gutiérrez Taboada a los palos, un espectador de Belgrano se burló del 10 de Newman: “Esta sí que es tu noche, Scooby”, le gritó. De inmediato, otro simpatizante del equipo marrón y amarillo se le fue encima y le recriminó airadamente la penosa actitud: “Callate, pel… Y rajá de acá…”. Los abrazos entre vencedores y vencidos, una vez definido el asunto, reconfortaron. Y eso que se trató de un partido caliente, con el esfuerzo de todo el año arriesgado en apenas ochenta minutos.
El sábado ganó el SIC, y ahora lo espera Newman en la disputa del título de campeón. “Llegar a esta instancia es muy dificil. Cuesta mucho, y llegar reiteradas veces, mucho más. Es un mérito de este equipo. Es complicado llegar y también mantenerse. Les pasó a otros equipos estar en la definición y despúes ya no. Es muy duro. Por eso se disfruta mucho. Y más cuando se le gana al rival histórico”, valoró ‘Tati’ Pirán, capitán y símbolo de San Isidro Club. “El año pasado estuvimos cerca y caímos contra Alumni. Este año volvimos… Y ahora festejaremos este triunfo y después nos pondremos a pensar en Newman”, concluyó.
Del lado del CASI no había reproches. Todos los jugadores, protagonistas de una campaña fantástica, escucharon las mismas palabras de amigos y familiares: “Hicieron una temporada del car…”. Uno de los que hablaron fue Facundo Scaiano, destacado pilar. “Sí, fue un gran año para el club. ¡A seguir así!“, celebró pese a la reciente derrota. Tan buen año fue como el del propio Facundo, que minimizó la actuación personal: ”No lo miro así. Esto es un equipo y no me fijo mucho en lo que rendí yo”.

