Inter Miami logró este sábado a la noche una victoria contundente ante Nashville por 4-0 y avanzó por primera vez a las semifinales de la Conferencia Este de la MLS. Con Lionel Messi como figura estelar, autor de dos goles y una asistencia, el equipo floridano dominó de principio a fin como local en el Chase Stadium y sentenció la serie con una actuación arrolladora. Otro argentino, Tadeo Allende, completó la cuenta con un doblete, en una noche histórica para las Garzas, que ahora enfrentarán a Cincinnati.
Javier Mascherano realizó un solo cambio en la formación titular respecto al último partido: entra el argentino Mateo Silvetti por el uruguayo Luis Suárez, suspendido que lo miró desde el palco, y hará pareja de ataque con el 10. Además, serán titulares sus compatriotas Rocco Ríos en el arco, Tadeo Allende, Rodrigo De Paul y Baltasar Rodríguez, además del capitán.
Más allá del marco imponente y lo que estaba en juego, el partido comenzó sin intensidad ni ritmo, lejos de la tensión esperada para una definición de playoffs. Pero bastó una intervención de Lionel Messi, a los diez minutos, para cambiar el curso. Una presión alta del jamaiquino Ian Fray obligó a un pase atrás que, tras un rebote en Allende, le quedó al rosarino, pasando los tres cuartos de cancha. Encaró, amagó y, al perfilarse para su zurda, sacó un remate rasante que pasó entre las piernas del defensor y se coló junto al segundo palo. El arquero Joe Willis quedó inmóvil. Inter Miami se ponía 1-0 arriba.
A partir del gol, con la obligación de Nashville de salir a buscar el empate, el partido ganó en ritmo e intensidad. Sin embargo, al conjunto visitante le costó generar peligro y, en varios pasajes, perdió la pelota en zonas sensibles. Inter Miami aprovechó esas imprecisiones para recuperar alto y profundizar. Messi, envalentonado tras el primer tanto, se mostró activo: gambeteó, tiró caño, generó infracciones y participó con constancia en el circuito ofensivo, en una versión habitual para él.
La presión volvió a dar resultado en una jugada aislada, pero con combinación argentina: un pelotazo largo, a los 39 minutos, encontró a Silvetti, que ganó tras una pifia del defensor Walker Zimmerman. El delantero quedó mano a mano, pero en lugar de definir, asistió hacia atrás para que Messi, sin arquero, empujara la pelota y convirtiera su segundo gol de la noche. Fue su 15° tanto en los últimos 10 partidos.
Con esta nueva conquista, el máximo goleador de la temporada regular de la MLS llegó a 34 goles y 16 asistencias en apenas 31 partidos disputados con Inter Miami en la liga de Estados Unidos.
En el inicio del segundo tiempo, Nashville logró inquietar rápidamente. Antes del primer minuto de juego, el ingresado Jacob Shaffelburg desbordó por la derecha y envió un centro preciso que encontró sin marca al inglés Sam Surridge, quien definió con comodidad. Sin embargo, la jugada fue anulada de inmediato por el árbitro Rosendo Mendoza, por una falta previa del delantero sobre el defensor uruguayo, Maximiliano Falcón, a quien tocó abajo en la pasada, lo que le permitió quedar solo frente al arco.
El gol anulado fue un anticipo de lo que vendría. Nashville, que no había llegado al arco durante la primera mitad, comenzó a ganar metros en el complemento y a generar peligro, obligado por un marcador que lo tenía dos goles abajo. Inter respondió con inteligencia: Messi siguió siendo eje del juego, bien acompañado por los argentinos Mateo Silvetti y Baltasar Rodríguez, ambos muy activos en ataque. Sin embargo, el argentino que empezó a destacarse en ese tramo fue el arquero Ríos, decisivo con varias intervenciones para sostener la ventaja.
A los 72 minutos, llegó el golpe definitivo, otra vez con sello argentino. Tras una pared entre Jordi Alba y Messi por el sector izquierdo, el lateral español envió un centro rasante hacia atrás que encontró a Tadeo Allende bien ubicado en el área. El delantero, cedido por Celta de Vigo, definió con precisión para establecer el 3-0 y sentenciar un partido que, desde entonces, ya parecía cerrado.
Pero no era todo: apenas dos minutos después, llegó el cuarto. Allende volvió a decir presente en el marcador con una definición exquisita por arriba del arquero, luego de un pase profundo de Messi, que lo dejó mano a mano. Con sutileza, picó la pelota para sellar el 4-0. Ya era goleada, con clima de fiesta y celebración en el Chase Stadium.
Más allá de que la jugada no tuvo la espectacularidad en el pase gol, la asistencia de Messi tuvo un valor histórico: el argentino alcanzó las 400 asistencias oficiales en su carrera profesional, una cifra inédita, siendo el primer futbolista en la historia en llegar a ese número.
El triunfo no solo significó la clasificación a semifinales por primera vez en la corta historia del club, sino también otra demostración del número 10, que fue el guía principal del equipo a la victoria, despejando los fantasmas de la temporada pasada. Además, amplió más sus increíbles números: llegó a lo 894 goles oficiales en su carrera, quedando a solo seis de los 900.
Con su influencia intacta, decisivo en el juego y en el marcador, el rosarino lideró una actuación colectiva sólida, respaldado por un equipo que mostró carácter, eficacia y orden. Ahora, Inter Miami se enfrentará a Cincinnati, segundo en la temporada regular, que viene de vencer a Columbus Crew —también en tercer partido—. La semifinal promete ser exigente y decisiva. Pero con Messi en este nivel, el sueño sigue intacto.


