Pasaron casi 20 años de la última vez que Barcelona venció a Chelsea en Stamford Bridge por la Champions League. Por entonces, en febrero de 2006, se impuso por 2-1, con un Lionel Messi de 18 años, en plena ebullición creativa, imparable para la defensa del equipo de José Mourinho, que acusó a Leo de “hacer teatro” cada vez que iba al piso por los reiterados foules que recibía.
Las cuatro visitas posteriores del Barça a Londres se saldaron con dos empates y dos derrotas. Regresó este martes, con la bandera ofensiva de otro crack de 18 años, Lamine Yamal, ya campeón de la Liga con su equipo y de la Eurocopa con la selección de España, candidato a natural a más de un Balón de Oro, luego de haber quedado detrás de Ousmane Dembélé en el que se entregó este año.
Yamal tiene por ídolo a Neymar, a quien conoció en sus últimas vacaciones en Brasil. Se encontraron y charlaron largo y tendido. En el comienzo de esta temporada, diversos inconvenientes frenaron un poco la proyección que traía el delantero. Una pubalgia, lesión de lo más traicionera y de recuperación incierta en cuanto a los plazos, condicionó su potencial, mientras su vida fuera de las canchas tampoco le trajo tranquilidad: las críticas a su fastuosa fiesta de cumpleaños, para la que contrató a personas con enanismo, se acoplaron a su mediático romance -ya disuelto- con Nicki Nicole y a declaraciones antes del clásico (“el Madrid roba, se queja”). Empezaron a replicarse los comentarios de que Yamal no estaba llevando bien su carrera, con el grado de profesionalismo que se debe un atleta de elite.
El partido contra Chelsea, por la quinta fecha de la Champions League, era una buena medida para un Yamal que se siente a gusto bajo presión (“el miedo lo dejé en Mataró”, suele decir sobre su barrio, en el que se mezclan la inmigración y la marginalidad). Y tras los 90 minutos, Yamal la pasó tan mal como Barcelona, superado ampliamente por Chelsea, que en su victoria por 3-0 tuvo en Enzo Fernández -una asistencia- a una de sus figuras.
Lo más destacado de Chelsea 3 – Barcelona 0
Yamal fue anulado por su compañero de selección Marc Cucurella, implacable en los mano a mano y en los anticipos. No lo dejó progresar. Con gesto de abatimiento y un enojo apenas disimulado, Yamal salió reemplazado a los 35 minutos del segundo tiempo. Se hundió en el banco de los suplentes y se tapó la cabeza y parte del rostro con una capucha.
Hubo una figura de 18 años, pero estuvo en Chelsea, y es un brasileño que ilusiona a una selección necesitada de recuperar la alegría y el entusiasmo. Estevão, un extremo derecho que levanta a los hinchas de las butacas por su gambeta, velocidad y cercanía con el gol.
Hizo el 2-0 con un golazo, tras superar a Cubarsí con un enganche hacia adentro y aguantar la carga de Baldé mientras sacó un bombazo de derecha. Fue a festejar hacia una cabecera con los hinchas que se le querían tirar encima. Marcó por tercer encuentro consecutivo en la Champions, tras los tantos a Ajax y Qarabag. Una secuencia de eficacia que, con 18 años, solo tienen Kylian Mbappé y Erling Haaland.
Estevão, formado en las categorías juveniles de Palmeiras, pudo llegar a Barcelona, que en su momento lo descartó por el precio elevado de su pase y porque en ese puesto tiene a… Yamal. Su inevitable destino europeo se materializó con la transferencia a Chelsea por 45 millones de euros. Una negociación que estaba cerrada desde tiempo antes a que se incorporara, después del Mundial de Clubes, competencia en la representó a Palmeiras y le hizo un gol a Chelsea en la derrota por 2-1 en los cuartos de final.
Por ahora quedó atrás el sueño de Estevão de jugar algún día en Barcelona, porque su ídolo es Lionel Messi. Desde su irrupción en Palmeiras, donde anotó 27 goles y dio 15 asistencias en 83 cotejos, fue bautizado como Messinho. “El apodo surgió porque me gusta mucho Messi. Es alguien en el que me he inspirado y he tratado de fijarme en lo que hacía», declaró durante el Mundial de Clubes.
Su huella empieza a notarse en la selección -cinco goles en 11 encuentros- y Carlo Ancelotti le hará un lugar en el plantel que irá al Mundial 2026. “Estevão ha sido una sorpresa positiva desde que asumí. Lo convoqué en todas las listas porque su velocidad y precisión en el uno contra uno son ideales para nuestro estilo”, lo elogió Ancelotti.
Su entrenador en Chelsea, Enzo Maresca, intentó rebajar las expectativas cuando tras el partido lo consultaron por Yamal y Estevão: “Es demasiada presión. Estevão me recordó al que nos marcó en el Mundial de Clubes. Estevão necesita relajarse, disfrutar de su fútbol”.
El brasileño fue uno de los puntos altos de un Chelsea que hizo un gran partido, dominó ampliamente (15 remates contra 5), con Enzo Fernández muy influyente en una posición casi de enganche, por detrás del centro-delantero Pedro Neto. El volante argentino dio la asistencia para el 2-0 del ingresado Liam Delap y dirigió el juego durante varios pasajes. La apertura del marcador fue con un gol en contra de Jules Koundé, en un enredo con su compañero Ferrán Torres. Además de los tres goles, a Chelsea no le convalidaron otros tres, dos por off-side y otro por una mano.
Salvo una ocasión desperdiciada al principio por Ferrán Torres, Barcelona quedó lejos del arco de Robert Sánchez y se fue sin convertir en la Champions League después de 24 partidos. Chelsea, que ya era superior, encontró más facilidades a partir de la expulsión de Ronald Araújo -doble amarilla-en el final del primer tiempo.
En un Chelsea renovado, con una formación con un bajo promedio de edad -ninguno de los titulares y los cinco que ingresaron supera los 28 años-, los 18 de Estevão irradiaron el brillo futbolístico que no tuvo Yamal.


